Alergia al polvo: síntomas, causas y cómo curar

La alergia al polvo ocurre cuando el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a sustancias presentes en el polvo, provocando síntomas como estornudos, picazón en la nariz, tos y ojos rojos.

Esta alergia es causada principalmente por los ácaros, microorganismos que se desarrollan en lugares cálidos y húmedos, como colchones, tapetes y cortinas. El polvo también puede contener otros alérgenos, como polen, moho y pelos de animales.

El tratamiento debe ser indicado por un alergólogo o inmunólogo, quien puede recomendar el uso de antihistamínicos, corticoides y, en algunos casos, inmunoterapia, además de sugerir que se mantengan los ambientes limpios, secos y bien ventilados.

Imagem ilustrativa número 1

Principales síntomas

Los principales síntomas de la alergia al polvo son:

  • Estornudos constantes;
  • Nariz tapada o secreción nasal;
  • Ojos rojos, con picazón o lagrimeo;
  • Picazón en la nariz, la garganta o la piel;
  • Tos y silbido en el pecho;
  • Falta de aire;
  • Ojeras oscuras e hinchadas.

La alergia al polvo puede causar dolor en la cara y goteo nasal posterior, que es cuando hay exceso de moco en la parte posterior de la nariz en dirección a la garganta, causando irritación en la garganta y tos persistente.

Alergia al polvo en la piel

La alergia al polvo también puede afectar la piel, provocando síntomas como picazón, enrojecimiento, resequedad y episodios de eczema, que es la inflamación de la piel. Conozca más sobre el eczema.

En casos más graves, estos síntomas pueden afectar la calidad del sueño, causar heridas por rascado excesivo e incluso favorecer infecciones secundarias.

Test de síntomas de alergia

Para conocer la posibilidad de tener una alergia, como la alergia al polvo, por favor, indique a continuación los síntomas que presenta:

Este test es simplemente una herramienta orientativa y, por lo tanto, no tiene la intención de ofrecer un diagnóstico ni reemplazar la consulta con un alergólogo, inmunólogo o médico general.

Posibles causas

La alergia al polvo ocurre cuando el sistema inmunológico reacciona a sustancias presentes en el polvo, principalmente a los ácaros, que son pequeños microorganismos que se desarrollan en lugares cálidos y húmedos, como colchones, tapetes, cortinas y peluches.

El polvo también puede contener otros alérgenos, como polen, moho, fibras de tejidos, residuos de cucarachas, pelos y caspa de animales, que pueden provocar reacciones alérgicas.

Además, las personas con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas, como rinitis, asma o dermatitis atópica, tienen mayor predisposición a desarrollar alergias, incluida la alergia al polvo.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de alergia al polvo lo realiza un alergólogo o inmunólogo, evaluando los antecedentes familiares y de salud de la persona, así como la frecuencia e intensidad de los síntomas.

Para confirmar el diagnóstico, el médico puede indicar una prueba de alergia, un examen diseñado para identificar posibles sensibilidades alérgicas. 

Lea también: Pruebas de alergia: cuándo se indican y cómo se realizan tuasaude.com/es/prueba-de-alergia

Cómo curar

Aunque la alergia al polvo no tiene cura, es posible controlar los síntomas mediante el tratamiento adecuado y evitando el contacto con ambientes y objetos que acumulan polvo.

El tratamiento de la alergia al polvo debe ser indicado por un alergólogo o inmunólogo, quien puede indicar el uso de antihistamínicos, como desloratadina o Polaramine, así como descongestivos y corticoides, como la prednisona, para aliviar los síntomas.

Lea también: 7 medicamentos para la alergia tuasaude.com/es/medicamento-para-alergia

En algunos casos, también puede indicarse inmunoterapia, que consiste en administrar inyecciones o comprimidos sublinguales para ayudar al cuerpo a adaptarse gradualmente a los alérgenos.

Además, se recomienda evitar el contacto con objetos que acumulen polvo, así como con lugares cerrados y húmedos.

Cómo prevenir

Para prevenir las crisis de alergia al polvo, es importante tomar medidas de control ambiental, como por ejemplo:

  • Limpieza regularmente la casa;
  • Evitar almohadas y edredones de plumas o algodón, optando por tejidos sintéticos de poliéster;
  • Limpiar el piso con un trapo húmedo para evitar levantar polvo;
  • Evitar alfombras y cortinas en la habitación;
  • Aspirar las alfombras al menos 2 veces por semana;
  • Cambiar la ropa de cama semanalmente y lavarla en la máquina con agua caliente.
  • Evitar el contacto con peluches;
  • Cambiar con regularidad los filtros del aire acondicionado y de los purificadores;
  • Usar mascarilla de protección al limpiar lugares con mucho polvo.

Mantener el ambiente limpio, seco y bien ventilado, y reducir objetos que acumulen polvo, es esencial para prevenir la alergia al polvo. Sepa cuáles son los síntomas de alergia a los pelos de animales.