Úlceras por presión: qué son, grados y tratamiento

Actualizado en enero 2023

Las úlceras por presión, también conocidas como escaras o escaras de decúbito, son heridas que pueden surgir en áreas de la piel que se mantienen mucho tiempo bajo presión. Por este motivo, las escaras son más comunes en personas que se mantienen mucho tiempo en la misma posición, ya sea en la cama o en una silla de ruedas, situación común en pacientes hospitalizados o encamados.

Las úlceras de decúbito se desarrollan porque el flujo de sangre a la piel se reduce cuando una persona está en la misma posición durante más de 2 o 3 horas, especialmente en lugares con protuberancias óseas como el talón, el tobillo, la cadera o el coxis.

El mayor peligro es la infección que pueda ocurrir en estas heridas. Las bacterias pueden entrar fácilmente en el cuerpo a través de una escara abierta y mal cuidada, generando mayores complicaciones para el estado de salud.

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Imagem ilustrativa número 1
úlcer por presión de grado I

Principales síntomas

Los principales síntomas de las úlceras por presión son dolor o picazón en la región de la piel afectada. En algunos casos, estos síntomas no son detectados a tiempo, principalmente en personas parapléjicas o tetrapléjicas, debido a que no tienen o tienen muy poca sensibilidad en la piel, o que se encuentran mínimamente conscientes e incluso inconscientes.

Las úlceras por presión pueden ser clasificadas de acuerdo con la gravedad de los síntomas, pudiendo ser:

  • Grado 1: es la fase inicial de la formación de la úlcera, en la que la piel se enrojece y se calienta. En algunos casos, la región afectada puede presentar un color azulado o morado, siendo común el surgimiento de algunos síntomas como ardor, dolor o comezón en la piel;

  • Grado 2: en esta etapa, la piel del área afectada tiene llagas o ampollas con un contenido acuoso transparente a amarillento que puede romperse y causar una llaga abierta. La piel alrededor de la llaga puede volverse blanca y el síntoma más común en esta etapa es el dolor;

  • Grado 3: se forman llagas abiertas, que pueden alcanzar la capa de grasa de la piel. En esta etapa, es importante identificar la existencia de signos de infección en la úlcera, como mal olor o pus;

  • Grado 4: esta etapa es la más grave de las escaras, que afecta tejidos más profundos como músculos, ligamentos y tendones, y en los casos más severos, puede afectar cartílagos y huesos. Generalmente, la piel presenta necrosis, que es el nombre que se le da al tejido muerto, presentándose una coloración negra en la piel y el riesgo de infección es mayor.

Las zonas más frecuentes para la aparición de escaras son la región sacra, situada en la parte posterior de la pelvis, los laterales de los muslos, los talones, las orejas, los hombros y las rodillas; pues son zonas del cuerpo que se ubican de forma más fácil sobre superficies duras, dificultando la circulación de la sangre.

Qué puede causar úlceras por presión

Las úlceras por presión o escaras son causadas por la presión, fricción, tracción o exceso de humedad en la piel. Estas situaciones pueden reducir o detener el flujo de sangre en la región, haciendo con que se suministre menos oxígeno y nutrientes a los tejidos, provocando daño o la muerte de los mismos.

Además, la disminución del riego sanguíneo puede favorecer la aparición de infecciones cutáneas, ya que se produce una disminución de las células sanguíneas que se encargan de combatir los microorganismos.

Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar úlceras por presión son:

  • Edad, siendo más común en personas mayores;
  • Estar encamado debido a alguna enfermedad o post cirugía;
  • Daños en la médula espinal o parálisis en alguna parte del cuerpo;
  • Daños cerebrales, debido a un ACV o a un trauma cerebral;
  • Obesidad;
  • Enfermedades neurológicas que reducen la percepción del dolor;
  • Deficiencias nutricionales;
  • Anorexia nervosa;
  • Anemia;
  • Deshidratación;
  • Diabetes;
  • Enfermedades vasculares;
  • Enfermedad de Alzheimer;
  • Esclerosis múltipla;
  • Enfermedad de Parkinson;
  • Artritis reumatoides;
  • Fracturas óseas;
  • Enfermedad arterial periférica;
  • Insuficiencia cardíaca;
  • Insuficiencia renal;
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC);
  • Esquizofrenia;
  • Depresión grave;
  • Coma.

Generalmente, estas condiciones ocasionan una menor movilidad del cuerpo o de una extremidad, ocasionando una reducción o interrupción del flujo sanguíneo a la región afectada, lo que resulta en una disminución del suministro de oxígeno y de nutrientes a los tejidos, provocando el desarrollo de la escara y aumentando el riesgo de que el tejido muera o de que se produzca una infección cutánea.

Además, las personas encamadas o con movilidad reducida que tienen un contacto frecuente con la orina o las heces, como en casos de incontinencia urinaria o fecal, necesitan usar pañales. Cuando los pañales no se cambian con frecuencia, ocasionan mayor riesgo de desarrollar este tipo de úlceras.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de escara lo realiza el médico o enfermera evaluando el aspecto de la piel y de los signos de infección, para determinar el grado de la úlcera de presión e iniciar el tratamiento más adecuado. En las etapas 3 y 4, el médico puede solicitar algunos análisis de sangre para evaluar el estado general de salud e identificar si hay una infección en el cuerpo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para las úlceras por presión, que todavía no están abiertas, consiste en mejorar la circulación sanguínea local, a través de masajes suaves con aceite de girasol o crema hidratante, así como cambios regulares de posición del cuerpo. Conozca algunos ejercicios para personas postradas en cama

Sin embargo, en las úlceras por presión que ya están abiertas, se aconseja que el tratamiento sea realizado por un médico o enfermero, en el hospital o en el puesto de salud, ya que el uso de pomadas inadecuadas o no realizar la cura con las medidas higiénicas necesarias pueden ocasionar que esta se infecte, siendo mucho más difícil de tratar y pudiendo colocar en riesgo la vida de la persona.

Las pomadas para las escaras varían de acuerdo con el tejido presente en la herida, así como la posibilidad de existir infección o liberación de algún tipo de líquido. Por lo tanto, la escara necesita ser siempre evaluada por un médico o enfermero, el cual va a aconsejar el tipo de crema o pomada más adecuada. Si este producto puede ser usado en casa para hacer curas, el enfermero enseñará cómo realizarlo; en caso contrario, necesitará siempre ser realizado por este profesional. Vea cuáles son las pomadas usadas para cicatrizar escaras.

Cómo prevenir las úlceras por presión

Las úlceras por presión se pueden prevenir con algunas medidas sencillas, las cuales deben ser adoptadas por el enfermero en el hospital o el cuidador en casa, así como la propia persona (si puede moverse), e incluyen:

  • Cambio de posición del cuerpo cada 2 horas para evitar el estrés de la piel;
  • Uso de cojines o almohadas para elevar partes del cuerpo que puedan estar bajo mucha presión, como las rodillas, los talones o los tobillos;
  • Utilizar un colchón de cáscara de huevo o neumático, un tipo de colchón que evita el exceso de presión sobre la piel;
  • Evitar colocar a la persona del lado donde la piel presenta signos de hinchazón, dolor o enrojecimiento;
  • Mantener la piel siempre limpia y seca, principalmente en aquellas personas que sufren de incontinencia urinaria o fecal, ya que puede dañar la piel;
  • Utilizar cremas humectantes o emolientes sobre la piel, recomendadas por el médico o enfermero;
  • Aplicar una crema barrera para proteger la piel del exceso de humedad, que contenga óxido de zinc, vaselina o dimeticona, como Pomada Halibut, Dermodex o Bepanthen, por ejemplo;
  • Utilizar apósitos de espuma o una película transparente en las zonas con mayor riesgo de desarrollar escaras, como el talón, la zona lumbar, los costados de las caderas, los hombros o los codos, por ejemplo;
  • Usar un cojín antiescaras de asiento cuando la persona esté sentada o para las personas que andan en sillas de ruedas, debiendo cambiar de posición cada 15 minutos.

También se recomienda examinar la piel a diario, buscando signos de hinchazón o enrojecimiento, especialmente en las zonas óseas, y beber al menos 2 litros de agua al día para mantener la piel hidratada, evitar fumar y mantener una buena alimentación. incluyendo alimentos cicatrizantes como el salmón, la naranja o el brócoli, por ejemplo. Vea una lista de alimentos cicatrizantes que ayudan en el tratamiento de las escaras.

Además, en el caso de personas encamadas, se puede colocar una sábana por debajo, a modo de apoyo, para facilitar el cambio de posición de la persona, sin arrastrarla, evitando ocasionar heridas en la piel y ayudando a prevenir la aparición de las escaras.

Posibles complicaciones

Las complicaciones que pueden causar las úlceras por presión son:

  • Celulitis, que es un tipo de infección de la piel;
  • Infección en huesos o articulaciones;
  • Cáncer, cuando la herida no cicatriza;
  • Infección generalizada.

Una vez que se desarrolla una escara, puede tardar días, meses o incluso años en sanar. Por este motivo, es importante seguir el tratamiento recomendado por el médico, esto ayudará a prevenir la infección de la herida, que puede extenderse por todo el cuerpo, ocasionando síntomas como confusión mental, latidos cardíacos rápidos o debilidad generalizada.