Úlceras por presión: qué son, grados y tratamiento

Las escaras en la piel son heridas que pueden aparecer en áreas que permanecen bajo presión durante mucho tiempo, como el talón, el tobillo, la cadera o el coxis, causando síntomas como manchas rojas en la piel, dolor, heridas abiertas, ampollas o úlceras en la piel.

Las úlceras de decúbito se desarrollan porque el flujo de sangre a la piel se reduce cuando una persona está en la misma posición durante más de 2 o 3 horas, especialmente en lugares con protuberancias óseas como el talón, el tobillo, la cadera o el coxis.

El tratamiento de las escaras es realizado por el dermatólogo, médico general o enfermero y varía según la etapa de la escara, pudiendo incluir cuidados de la piel, uso de pomadas o cirugía de desbridamiento.

Contenido sensible
Esta imagen puede tener contenido que es incómodo para algunas personas.
Imagem ilustrativa número 1
úlcer por presión de grado I

Principales síntomas

Los principales síntomas de las escaras son:

  • Dolor o picazón en la zona de la piel afectada;
  • Sensación de ardor;
  • Manchas rojas, moradas o azules en la piel;
  • Piel caliente, esponjosa o dura en la región afectada;
  • Disminución de la sensibilidad en el área afectada;
  • Heridas abiertas, ampollas con líquido o pus, o úlceras en la piel.

Los síntomas de escaras pueden no ser percibidos por personas que no tienen sensibilidad en alguna parte del cuerpo, como en el caso de parapléjicos o tetrapléjicos, o personas que estén inconscientes.

Los lugares más comunes para la aparición de escaras son la región del cóccix, justo encima de los glúteos, los laterales de la cadera, los talones, las orejas, los hombros y las rodillas.

Esto se debe a que son zonas del cuerpo que están más fácilmente sometidas a presión, lo que dificulta la circulación sanguínea.

Cómo confirmar el diagnóstico  

El diagnóstico de la escara se realiza por un médico general, dermatólogo o enfermero a través de la evaluación de la apariencia de la piel y de los signos de infección, para determinar el estadio de la escara e iniciar el tratamiento más adecuado.

En los estadios 3 y 4, el médico puede solicitar análisis de sangre para evaluar el estado de salud general e identificar si existe alguna infección en el cuerpo.

Grados de las escaras

Las escaras se clasifican de acuerdo con la gravedad de los síntomas, como:

  • Grado 1: es la fase inicial de la formación de la úlcera, en la que la piel se enrojece y se calienta. En algunos casos, la región afectada puede presentar un color azulado o morado, siendo común el surgimiento de algunos síntomas como ardor, dolor o comezón en la piel;
  • Grado 2: en esta etapa, la piel del área afectada tiene llagas o ampollas con un contenido acuoso transparente a amarillento que puede romperse y causar una llaga abierta. La piel alrededor de la llaga puede volverse blanca y el síntoma más común en esta etapa es el dolor;

  • Grado 3: se forman llagas abiertas, que pueden alcanzar la capa de grasa de la piel. En esta etapa, es importante identificar la existencia de signos de infección en la úlcera, como mal olor o pus;

  • Grado 4: esta etapa es la más grave de las escaras, que afecta tejidos más profundos como músculos, ligamentos y tendones, y en los casos más severos, puede afectar cartílagos y huesos. Generalmente, la piel presenta necrosis, que es el nombre que se le da al tejido muerto, presentándose una coloración negra en la piel y el riesgo de infección es mayor.

El estadio de la escara se identifica por el médico a través de la evaluación de la piel y las características de la lesión, lo que es importante para indicar el tratamiento más adecuado.

Qué puede causar úlceras por presión

Las escaras son causadas por presión, fricción, tracción o exceso de humedad en la piel, lo que reduce o interrumpe el flujo sanguíneo hacia el área, resultando en un menor suministro de oxígeno y nutrientes a los tejidos, y llevando a daños o muerte de los tejidos.

Además, el flujo sanguíneo disminuido puede favorecer el surgimiento de infecciones en la piel, ya que ocurre una disminución de las células sanguíneas, responsables de combatir los microorganismos.

Factores de riesgo

Al algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar escaras, como:

  • Edad, siendo más común en ancianos;
  • Estar postrado en cama debido a enfermedades o tras una cirugía;
  • Enfermedades neurológicas que reducen la percepción del dolor;
  • Obesidad, mala nutrición, anorexia nerviosa o deshidratación;
  • Insuficiencia cardíaca, enfermedades vasculares o enfermedad arterial periférica.

Generalmente, estas condiciones conducen a una menor movilidad del cuerpo, menor capacidad de movimiento de algún miembro, o aún perjudican una nutrición adecuada.

Además, las personas postradas en cama o con movilidad reducida que tienen contacto frecuente con orina o heces, o aquellas que necesitan usar pañales, especialmente cuando no se cambian con frecuencia, tienen un riesgo aumentado de desarrollar escaras.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para las escaras en la piel debe ser realizado bajo la orientación de un dermatólogo o clínico general, y varía según la etapa de las escaras, así como la presencia o no de infección.

Los principales tratamientos para escaras son:

1. Cuidados con la piel

El tratamiento para las escaras en las etapas 1 y 2, que aún no tienen heridas abiertas, consiste en mejorar la circulación sanguínea local a través de un suave masaje con aceite de girasol, Dersani o crema hidratante, por ejemplo.  

Además, es importante que la piel esté siempre limpia y seca, especialmente después de episodios de incontinencia urinaria, ya que la orina puede irritar la piel, para evitar el empeoramiento o la aparición de escaras.

2. Cambios de posición

Cambiar de posición cada 2 horas en un colchón común, o cada 4 horas en colchones de espuma viscoelástica, ayuda a prevenir el empeoramiento de las escaras y la evolución hacia heridas abiertas.  Además, se pueden usar colchones neumáticos que se inflan y desinflan en puntos específicos cada 5 a 10 minutos durante 24 horas, aliviando la presión en áreas de mayor riesgo para el desarrollo de escaras, evitando su empeoramiento o su aparición.  

Otra recomendación es utilizar almohadas o cojines para elevar partes del cuerpo que pueden estar bajo mucha presión, como las rodillas, los talones o los tobillos.

3. Pomadas para escaras

Las pomadas para escaras, como las de colagenasa, alginato de plata o sulfadiazina de plata, varían según el tipo de tejido presente en la herida, así como la posibilidad de existir infección o la liberación de algún tipo de líquido.  

Así, el médico o enfermero debe aconsejar el tipo de crema o pomada más adecuado.  

Si este producto puede ser utilizado en casa para hacer vendajes, el enfermero enseñará cómo hacerlo; de lo contrario, el vendaje deberá ser siempre realizado por el enfermero. Consulte las principales pomadas indicadas para el tratamiento de las escaras.

4. Desbridamiento

El desbridamiento es un tipo de cirugía para la remoción del tejido muerto e infectado de la escara, lo que ayuda a mejorar la cicatrización y evita que la infección se propague a otras partes del cuerpo.  

Este tratamiento es realizado por el médico en un entorno hospitalario o por un enfermero especialista en heridas, con anestesia local. 

Posibles complicaciones

Las complicaciones que pueden causar las úlceras por presión son:

  • Celulitis, que es un tipo de infección de la piel;
  • Infección en huesos o articulaciones;
  • Cáncer, cuando la herida no cicatriza;
  • Infección generalizada.

Una vez que se desarrolla una escara, puede tardar días, meses o incluso años en sanar. Por este motivo, es importante seguir el tratamiento recomendado por el médico, esto ayudará a prevenir la infección de la herida, que puede extenderse por todo el cuerpo, ocasionando síntomas como confusión mental, latidos cardíacos rápidos o debilidad generalizada.