La tomografía con contraste es un estudio de imagen que se realiza con rayos X, computadora y el uso de una sustancia llamada contraste, la cual resalta las estructuras internas del cuerpo, facilitando la identificación de órganos, alteraciones y posibles problemas.
Este estudio, también conocido como tomografía contrastada, permite detectar tumores, infecciones, inflamaciones, obstrucciones y pequeñas lesiones que podrían pasar desapercibidas en una tomografía sin contraste, siendo importante para el diagnóstico, planificación y seguimiento de tratamientos.
En la tomografía con contraste es esencial seguir las indicaciones médicas de preparación, que normalmente incluyen realizar ayuno de algunas horas e informar sobre alergias, problemas renales o uso de medicamentos, lo que ayuda a reducir riesgos y garantizar la seguridad del examen.
Para qué sirve
La tomografía con contraste sirve para:
- Hacer que órganos, músculos y tejidos sean más visibles;
- Ayudar a identificar infecciones, tumores e inflamaciones;
- Mostrar si existen obstrucciones o alteraciones en los vasos sanguíneos;
- Evaluar el tamaño y la extensión de tumores;
- Apoyar en la planificación de cirugías y tratamientos;
- Acompañar la respuesta del cuerpo a los tratamientos.
Asimismo, la tomografía contrastada ayuda a detectar condiciones graves, como hemorragias o coágulos, en situaciones de emergencia.
¿Cuál es la diferencia entre la tomografía con contraste y sin contraste?
La tomografía sin contraste muestra principalmente huesos y estructuras internas de forma general. Descubra más sobre la tomografia computarizada.
En cambio, la tomografía con contraste utiliza una sustancia que resalta órganos, vasos y tejidos blandos, permitiendo observar alteraciones con mayor claridad y precisión.
Tipos de tomografía con contraste
Los principales tipos de tomografía contrastada son:
1. Tomografía de abdomen total con contraste
La tomografía de abdomen total con contraste suele solicitarse para detectar tumores, lesiones e inflamaciones, además de ayudar a visualizar con claridad el sistema digestivo, incluyendo esófago, estómago e intestinos.
También permite evaluar órganos como hígado, páncreas, bazo y riñones, identificar obstrucciones o alteraciones en los vasos sanguíneos y proporcionar información detallada para un diagnóstico más preciso y planificación de tratamientos.
2. Tomografía de tórax con contraste
La tomografía de tórax con contraste se utiliza para examinar pulmones, corazón y grandes vasos sanguíneos, ayudando a detectar tumores, coágulos, acumulación de líquido e inflamaciones y a monitorear la evolución de condiciones cardíacas y pulmonares.
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La tomografía de cráneo con contraste está indicada para investigar tumores, lesiones, coágulos y hemorragias en el cerebro, permitiendo analizar con claridad vasos sanguíneos y estructuras cerebrales.
Este estudio también ayuda en el diagnóstico rápido de un accidente cerebrovascular (ACV), identifica la extensión de las áreas afectadas y contribuye a la planificación de tratamientos neurológicos de forma más precisa.
Lea también: Tomografia de cráneo: qué es, para qué sirve y cómo se realiza tuasaude.com/es/tac-de-craneo4. Tomografía de pelvis con contraste
La tomografía de pelvis con contraste se usa para examinar órganos reproductores, vejiga, intestino inferior y estructuras óseas, ayudando a detectar tumores, lesiones y ganglios linfáticos alterados, siendo útil en la evaluación del estadio de cánceres pélvicos.
Cuándo está indicada
El uso de contraste en la tomografía está indicado para planear cirugías, analizar con precisión los vasos sanguíneos, como arterias y venas, e identificar pequeñas lesiones o alteraciones que podrían pasar desapercibidas sin el contraste.
En casos de investigación de tumores, el contraste es esencial, ya que sin él el estudio puede no ofrecer información confiable, dificultando el diagnóstico y retrasando el inicio del tratamiento.
Preparación para la tomografía con contraste
Antes de realizar una tomografía contrastada, es importante seguir algunas indicaciones, como:
- Informar al médico sobre antecedentes de asma, problemas renales, diabetes, embarazo o alergias, especialmente al contraste a base de yodo;
- Realizar ayuno de 4 a 6 horas, según la indicación médica;
- Retirar objetos metálicos, como aretes, collar y sostén;
- Informar si se tiene algún dispositivo implantado, como marcapasos;
- Utilizar una bata.
En algunos casos, puede ser necesario tomar medicamentos preventivos, como antihistamínicos o corticosteroides, para reducir el riesgo de reacciones alérgicas al contraste, y suspender medicamentos como la metformina.
Cómo se realiza el examen
La tomografía con contraste inicia con la administración del contraste, que puede aplicarse por vía intravenosa, donde la sustancia se inyecta en la vena pocos minutos antes del examen.
También puede administrarse por vía oral, ingerida de 30 minutos a 2 horas antes del estudio, para que el contraste recorra el tracto digestivo. Existe además la vía rectal, utilizada en raras ocasiones, cuando es necesario obtener imágenes más detalladas del intestino.
Después de la administración, la persona se acuesta boca arriba en una mesa que se desliza hacia el centro del escáner, mientras la fuente de rayos X gira alrededor del cuerpo, emitiendo haces que atraviesan los tejidos y generan imágenes detalladas.
Durante el examen, es importante permanecer inmóvil y, en algunos momentos, contener la respiración para evitar que las imágenes salgan borrosas, según lo solicite el médico.
La tomografía contrastada es rápida, normalmente dura menos de 30 minutos y es común sentir una ligera sensación de calor, sabor metálico en la boca o un hormigueo momentáneo en el cuerpo cuando se inyecta el contraste.
Tipos de contraste
Los principales tipos de contraste usados en la tomografía son:
- Yodado iónico: puede causar más efectos secundarios, generalmente se utiliza para resaltar vasos sanguíneos y órganos;
- Yodado no iónico: es un tipo más moderno, con menos efectos secundarios, también se usa para vasos sanguíneos y órganos;
- Bario: usado principalmente en estudios del tracto digestivo, como esófago, estómago e intestinos.
Asimismo, existe el contraste a base de agua u otros agentes negativos, utilizado en el tracto digestivo para resaltar estructuras, que aparecen oscuras en las imágenes.
¿La tomografía con contraste es peligrosa?
La tomografía con contraste no se considera peligrosa en la mayoría de los casos, y cuando se realiza con preparación adecuada y supervisión médica, el estudio es seguro y proporciona información importante para el diagnóstico.
Cuidados después de la tomografía con contraste
Algunos cuidados después de la tomografía contrastada son:
- Beber líquidos adicionales para ayudar a eliminar la sustancia del organismo, especialmente en personas con diabetes o problemas renales;
- Observar posibles reacciones al contraste, como comezón, enrojecimiento o náuseas.
En casos raros, pueden presentarse reacciones graves, como la anafilaxia, que genera dificultad para respirar, por lo que requiere atención médica inmediata. Vea qué es la anafilaxia y cómo se trata.
¿La tomografía con contraste necesita acompañante?
La tomografía con contraste no requiere la presencia de un acompañante, a menos que la persona se sienta más segura. En ese caso, el acompañante puede ayudar a comunicar síntomas, brindar apoyo durante el examen y colaborar en los cuidados posteriores, si es necesario.
Contraindicaciones de la tomografía con contraste
La tomografía contrastada está contraindicada en personas que ya tuvieron reacciones alérgicas a medios de contraste, especialmente a los agentes a base de yodo.
En caso de insuficiencia renal grave, tampoco se recomienda realizar el estudio.
Otras condiciones, como embarazo, uso de metformina, asma o mieloma múltiple, requieren una evaluación médica cuidadosa y, cuando es necesario, medidas preventivas o estudios alternativos.