El síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, también conocido por la sigla SIBO, es una condición en la cual existe un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, llegando a valores semejantes a la cantidad de bacterias presentes en el intestino grueso.
Aunque las bacterias sean importantes para la digestión de los alimentos y absorción de nutrientes, cuando están en exceso pueden causar problemas intestinales que generan síntomas, como exceso de gases, sensación constante de barriga hinchada, dolor abdominal y diarrea recurrente, por ejemplo. Además de eso, por alterar la absorción de nutrientes, algunas personas pueden presentar desnutrición.
Este síndrome tiene cura y puede ser tratado en la mayoría de los casos con alteraciones en la dieta y cambios en el estilo de vida, aunque también puede incluir el uso de antibióticos recetados por el gastroenterólogo.

Principales síntomas
La presencia excesiva de bacterias en el intestino delgado puede causar síntomas como:
- Dolor de barriga, especialmente después de comer;
- Sensación constante de barriga hinchada;
- Períodos de diarrea, intercalada con estreñimiento;
- Sensación frecuente de mala digestión;
- Exceso de gases intestinales.
Aunque el síndrome pueda causar periodos de diarrea y estreñimiento, es más común que la persona presente diarrea crónica.
En los casos más graves, el SIBO puede disminuir la capacidad para absorber los nutrientes en el intestino, y de esta forma, puede generarse un cuadro de desnutrición, aunque la persona se alimente de forma correcta. En este caso, la persona puede presentar cansancio excesivo, pérdida de peso, inclusive anemia.
Cómo confirmar el diagnóstico
La forma más utilizada para confirmar el diagnóstico de SIBO consiste en realizar un test de respiración, en el cual es evaluada la cantidad de hidrógeno y metano presentes en el aire expirado. Esto es porque el exceso de bacterias en el intestino delgado liberan este tipo de gases en una cantidad superior al considerado normal.
Para realizar este test es necesario permanecer en ayuno por 8 horas y después ir a la clínica para realizar la expiración en el interior del tubo. Después de eso, el técnico entrega un líquido especial que debe ser bebido, y a partir de ese momento, son recolectados nuevos tubos con otras expiraciones cada 2 a 3 horas.
Normalmente, las personas con SIBO presentan un aumento de las cantidades de hidrógeno y metano en el aire expirado a lo largo del tiempo. Y cuando sucede eso, el resultado es considerado positivo. Además, si este test no fuera confirmado, el médico puede pedir la realización de otros exámenes, especialmente la recolección de una muestra de líquido del intestino delgado para enviar al laboratorio y evaluar la cantidad de bacterias.
Posibles causas
Algunas causas que pueden originar SIBO son alteraciones en la producción de ácido gástrico, defectos anatómicos en el intestino delgado, alteraciones de pH en intestino delgado, además de alteraciones en el sistema inmunitario, motilidad gastrointestinal, enzimas o de las bacterias comensales.
Este síndrome también puede estar relacionado con la utilización de algunos medicamentos, como inhibidores de la bomba de protones, agentes antimotilidad y algunos antibióticos.
Además de eso, este síndrome puede estar relacionado con algunas enfermedades, como gastroenteritis viral, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, bajos niveles de ácidos en el estómago, gastroparesia, daños en los nervios, cirrosis, hipertensión portal, síndrome de intestino irritable, procedimientos como bypass o determinadas cirugías, por ejemplo.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento para este síndrome debe ser orientado por el médico gastroenterólogo, sin embargo; también puede ser necesario el acompañamiento de un nutricionista. El tratamiento para el SIBO pude incluir:
1. Uso de antibióticos
El primer paso para tratar el SIBO consiste en controlar la cantidad de bacterias en el intestino delgado, siendo indicado por el gastroenterólogo el uso de antibioticos, como ciprofloxacina, metronidazol o rifaximina.
Cuando el síndrome está causando desnutrición o deshidratación, puede ser necesario que la persona permanezca internada durante algunos días en el hospital, para recibir suero o realizar alimentación parenteral, que es realizada por medio de vena.
2. Alteraciones en la dieta
Aunque no se conoce una dieta específica que pueda curar el SIBO, existen algunas alteraciones en la alimentación que parecen aliviar los síntomas, como:
- Hacer pequeñas comidas a lo largo del día, evitando comidas abundantes;
- Evitar alimentos y bebidas con alto tenor de azúcar;
- Evitar alimentos que parecen empeorar los síntomas, como alimentos con gluten o con lactosa.
Asimismo, varios médicos indican que seguir una dieta rica en FODMAPs, donde son retirados alimentos que generan fermentación en el intestino, puede ser ideal para aliviar rápidamente los síntomas. Conozca cómo se realiza la dieta FODMAP.
3. Tomar probióticos
Aunque todavía sean precisos más estudios para comprobar su eficacia, el uso de probióticos parece ayudar al intestino a volver a equilibrar la flora intestinal natural, reduciendo el exceso de bacterias.
Por eso, los probióticos también pueden ser ingeridos naturalmente a través de la alimentación, por alimentos fermentados como el yogur, kéfir o la kombucha, por ejemplo.