El sistema nervioso es la estructura que controla y coordina todas las funciones del cuerpo. Está formado por el sistema nervioso central, que incluye el cerebro y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico, compuesto por nervios y ganglios que conectan el cerebro y la médula con los órganos y músculos.
Cada parte cumple funciones importantes, procesar la información, controlar los movimientos y emociones, coordinar el equilibrio, regular funciones automáticas como la respiración y el ritmo cardíaco lo que le al cuerpo percibir el entorno y responder adecuadamente.
Esta estructura puede verse afectada por diversas enfermedades o lesiones, como Alzheimer, demencia o ACV, que alteran la comunicación entre el cerebro, la médula y el resto del cuerpo, afectando la memoria, el movimiento, la coordinación y otras funciones esenciales.
Partes del sistema nervioso
El sistema nervioso se divide en sistema nervioso central (SNC) y sistema nervioso periférico (SNP), que trabajan juntos para recibir información, procesarla y coordinar respuestas en el cuerpo.
1. Sistema nervioso central (SNC)
El sistema nervioso central está compuesto por el cerebro y la médula espinal, y se encarga de recibir e interpretar señales, planificar movimientos y coordinar funciones vitales del organismo.
La médula espinal actúa como vía de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, transmitiendo información de manera constante y organizando los reflejos automáticos que permiten respuestas rápidas e involuntarias frente a estímulos.
2. Sistema nervioso periférico (SNP)
El sistema nervioso periférico incluye todos los nervios ubicados fuera del SNC, conectando el cerebro y la médula espinal con los músculos y órganos del cuerpo.
Se divide en sistema somático, que controla los movimientos voluntarios y la sensibilidad corporal, y sistema autónomo, que regula funciones involuntarias como la frecuencia cardiaca, la digestión y la respiración.
El sistema autónomo se subdivide en:
En conjunto, estas divisiones permiten percibir el entorno, responder a estímulos, mantener la homeostasis y coordinar los movimientos, asegurando una comunicación continua entre órganos, músculos y sistemas.
Principales funciones
El sistema nervioso cumple múltiples funciones esenciales para la supervivencia y el bienestar del organismo. Entre las más importantes se encuentran:
- Control del movimiento: regula tanto los movimientos voluntarios, como caminar, correr o levantar los brazos, como los involuntarios, incluyendo la respiración, la digestión y la evacuación de la vejiga.
- Respuesta ante situaciones estresantes: activa mecanismos de alerta y adaptación, preparando al cuerpo para reaccionar ante peligros o cambios en el entorno.
- Procesamiento de información y memoria: integra la información sensorial recibida, retiene experiencias previas y permite el aprendizaje, la cognición y la recuperación de recuerdos.
- Lenguaje y comunicación: genera pensamientos, sentimientos y produce el habla, facilitando la interacción y expresión con otras personas.
- Control emocional y del comportamiento: regula el humor, la motivación y la respuesta emocional frente a estímulos internos o externos.
- Regulación de funciones vitales: mantiene el equilibrio de variables corporales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración, la digestión, el hambre, la sed y la temperatura.
- Coordinación con el sistema endocrino: estimula la producción de hormonas, como la oxitocina y la hormona antidiurética, que intervienen en procesos fisiológicos y conductuales.
En conjunto, estas funciones permiten que el cuerpo perciba el entorno, responda de manera adecuada, mantenga su equilibrio interno y se comunique, asegurando la coordinación de órganos, músculos y sistemas.
Cómo funciona
El sistema nervioso funciona enviando impulsos eléctricos que viajan de una neurona a otra hasta alcanzar la célula que debe ejecutar la orden, ya sea un músculo, una glándula u otro órgano. Este proceso se llama sinapsis.
Cuando una señal llega a una neurona, entra por las dendritas y recorre el axón hasta la parte terminal, donde se liberan neurotransmisores, mensajeros químicos que cruzan el pequeño espacio entre neuronas y transmiten la información a la siguiente célula.
La neurona receptora convierte nuevamente esa señal química en impulso eléctrico, que sigue su camino hasta que el mensaje llega al órgano o tejido que debe actuar.
Existen distintos tipos de neuronas con funciones específicas:
- Neuronas motoras: llevan órdenes desde el cerebro y la médula espinal a los músculos, permitiendo el movimiento voluntario y algunas funciones automáticas como la respiración o la deglución.
- Neuronas sensoriales: recogen información de los sentidos y del cuerpo, como tacto, temperatura o dolor, y la llevan al cerebro para su procesamiento.
- Interneuronas: comunican neuronas sensoriales y motoras, regulando reflejos y contribuyendo al pensamiento, la memoria y el aprendizaje.
Además de las neuronas, el sistema nervioso incluye células gliales, que sostienen y protegen las neuronas, producen mielina para acelerar la transmisión de impulsos y regulan los neurotransmisores, asegurando que la comunicación entre las neuronas sea eficiente y segura.
En conjunto, estas estructuras permiten que el cuerpo perciba el entorno, responda a estímulos, coordine movimientos y mantenga funciones automáticas vitales, como la respiración, la digestión y la presión arterial, integrando el funcionamiento del Sistema Nervioso Central y el Sistema Nervioso Periférico en un proceso continuo y coordinado.
Principales estructuras
Las estructuras que conforman el sistema nervioso son:
1. Cerebro
El cerebro es el órgano principal del sistema nervioso y se encuentra dentro del cráneo, protegido por varias capas llamadas meninges, por el líquido cefalorraquídeo y por una barrera natural que evita el paso de sustancias dañinas, conocida como barrera hematoencefálica.
Está formado por millones de neuronas que se organizan en dos tipos de tejido, la materia gris, donde se procesan las señales nerviosas y la materia blanca, que conecta diferentes partes del cerebro para que la información viaje rápidamente.
Dirige todas las funciones del cuerpo, desde acciones voluntarias como hablar, moverse o escribir, hasta procesos automáticos como la respiración, el control del ritmo cardíaco o la regulación de la temperatura corporal. Además, interviene en el pensamiento, la memoria, las emociones, la concentración y el lenguaje.
Este órgano funciona como el centro de control del organismo, integrando la información que recibe y enviando las órdenes necesarias para mantener la vida y permitir la interacción con el entorno.
2. Cerebelo
El cerebelo es una estructura del sistema nervioso central formada por tejido nervioso. Se ubica en la parte posterior e inferior del cerebro y su función principal es coordinar y suavizar los movimientos voluntarios, mantener la postura y el equilibrio, y asegurar que las contracciones musculares sean precisas y armoniosas.
3. Tronco encefálico
El tronco encefálico es una estructura del Sistema Nervioso Central que conecta el cerebro con la médula espinal y funciona como un puente para transmitir información entre el cerebro y el resto del cuerpo.
Su función principal es controlar procesos automáticos esenciales para la vida, como la respiración, el ritmo cardíaco, la presión arterial y reflejos como la deglución o el vómito, además de regular el nivel de alerta y la respuesta a estímulos importantes.
4. Médula espinal
La médula espinal es una estructura que conecta el cerebro con el resto del cuerpo. Se encuentra dentro de la columna vertebral y se extiende desde la base del tronco encefálico hasta la parte baja de la espalda.
Su función principal es transmitir señales entre el cerebro y el cuerpo, controlando movimientos voluntarios, reflejos automáticos y algunas funciones involuntarias, como la respiración y el ritmo cardíaco.
Además, gestiona reflejos rápidos que no requieren la intervención directa del cerebro, lo que garantiza respuestas inmediatas ante estímulos.
5. Nervios craneales y espinales
Los nervios craneales y espinales forman la mayor parte del Sistema Nervioso Periférico, conectando el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo. Los nervios craneales se unen directamente al cerebro y controlan principalmente la cabeza y el cuello, transmitiendo información sensorial, movimientos voluntarios y funciones automáticas como la secreción de saliva o la actividad de los órganos internos.
Mientras que los nervios espinales surgen de la médula espinal a lo largo de la columna vertebral y se extienden a todo el cuerpo, siendo los responsables de transmitir señales sensoriales hacia el cerebro y órdenes motoras hacia los músculos, controlando movimientos voluntarios, reflejos automáticos y funciones autónomas como la respuesta de “lucha o huida” o la actividad de órganos pélvicos.
6. Ganglios nerviosos
Los ganglios nerviosos son pequeños centros del Sistema Nervioso Periférico que ayudan a transmitir y procesar información fuera del cerebro y la médula espinal. Se encuentran a lo largo de la médula espinal, cerca de los órganos y en la cabeza.
Su función es enviar señales entre el cuerpo y el sistema nervioso central, controlar funciones automáticas como la digestión o la respuesta al peligro, y coordinar movimientos y reflejos rápidos.
Principales enfermedades
El sistema nervioso puede verse afectado por diversas enfermedades que alteran su funcionamiento y comprometen la comunicación entre el cerebro, la médula espinal y el resto del cuerpo. Entre las más conocidas se encuentran:
- Alzheimer;
- Demencia;
- Afasia;
- Accidente cerebrovascular (ACV);
- Enfermedad de Parkinson;
- Enfermedad de Huntington;
- Paralisis cerebral;
- Tumores cerebrales;
- Epilepsia;
- Meningitis;
- Inflamación del nervio ciático;
- Esclerosis múltiple;
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Además, un traumatismo craneoencefálico o en la columna vertebral, provocado por una lesión deportiva, un accidente automovilístico o un objeto penetrante, puede causar daños graves e incluso irreparables en el sistema nervioso, afectando funciones del organismo como el habla, la memoria o el movimiento.
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