El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad autoinmune en que el propio sistema inmunológico produce anticuerpos que afectan los nervios del cuerpo, causando inflamación y síntomas como debilidad y dificultad para mover las piernas y brazos, sensación de hormigueo y, en los casos más graves, dificultad para respirar, pudiendo poner la vida en riesgo.
Debido a la gravedad, es importante diagnosticar el síndrome de Guillain-Barré rápidamente, pudiendo indicarse la realización de una electroneuromiografía y una punción lumbar para confirmar el diagnóstico.
En caso de sospecha de síndrome de Guillain-Barré es importante consultar a un neurólogo para una evaluación y el inicio del tratamiento apropiado, que puede incluir el uso de inmunoglobulina y plasmaféresis.

Principales síntomas
Los principales síntomas del síndrome de Guillain-Barré:
- Dificultad para mover ambas piernas o brazos;
- Parálisis del rostro;
- Dificultad para hablar o deglutir alimentos;
- Falta de aire;
- Dolor o sensación de ardor, hormigueo o choques en las partes afectadas;
- Corazón acelerado;
- Presión arterial poco controlada;
- Dificultad para controlar la orina y heces.
Los síntomas afectan primero las piernas y tienden a empeorar con rapidez, perjudicando la capacidad de la persona para caminar y hacer sus tareas diarias. Además, en pocas semanas el síndrome de Guillain-Barré también puede afectar los brazos, rostro y otras partes del cuerpo.
En los casos más graves, la función de los nervios importantes, como los que controlan la respiración, presión arterial y latidos cardíacos, también pueden afectarse y causar síntomas como dificultad para respirar, arritmias y presión alta o baja, poniendo en riesgo la vida de la persona.
Normalmente, los síntomas dejan de empeorar hasta 4 semanas y tienden a mejorar con el tiempo después de este período, incluso sin tratamiento específico.
Posibles causas
El síndrome de Guillain-Barré generalmente es causado por una respuesta del sistema inmune a una infección, que produce anticuerpos que pueden afectar los nervios del cuerpo, perjudicando su función.
Normalmente, el riesgo de desarrollar el síndrome de Guillain-Barré es mayor después de infecciones, como las causadas por el virus del zika, influenza A, Haemophilus influenzae e C. jejuni, pudiendo ocurrir de 1 a 6 semanas después de la infección. Además, durante la pandemia de COVID-19, este síndrome se relató después de casos de esta enfermedad, sin embargo esta alteración se considera poco frecuente.
El desarrollo del síndrome de Guillain-Barré después de algunas vacunas como el del sarampión o gripe es raro y el riesgo necesita de más estudios para comprobarse. Además, no se considera una preocupación para la mayoría de las vacunas actualmente recomendadas, no siendo mayor que los beneficios contra las enfermedades para las que están hechas.
¿La vacuna del COVID-19 puede causar Guillain Barré?
De acuerdo con documentos publicados por la FDA en los Estados Unidos [1], la vacuna producida por el laboratorio Janssen, de Johnson & Johnson, parece aumentar el riesgo de desarrollar el síndrome de Guillain-Barré en los primeros 42 días después de la vacunación.
Sin embargo, esta complicación continúa siendo muy rara y, así como para algunas vacunas contra otras enfermedades, no siendo considerada una contraindicación para la vacunación, además de que necesita más estudios para ser comprobada.
El aumento del riesgo de desarrollar este síndrome no sucede con otras vacunas como la de Moderna o la de Pfizer. Conozca más sobre las vacunas contra el COVID-19.
Cómo se confirma el diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de Guillain-Barré generalmente es realizado por el neurólogo que toma en consideración los síntomas presentados por la persona y, en algunos casos, puede solicitar exámenes como punción lumbar, resonancia magnética y electroneuromiografía, que es un examen que se realiza con el objetivo de evaluar la función de los nervios y músculos. Conozca cómo se realiza la electroneuromiografía.
Los pacientes diagnosticados con el síndrome de Guillain-Barré generalmente deben permanecer internados en el hospital para ser debidamente acompañados por el médico y tratados, ya que cuando esta enfermedad no es tratada puede poner la vida en riesgo.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para el síndrome de Guillain-Barré tiene como objetivo aliviar los síntomas y acelerar la recuperación, debiendo ser realizado en el hospital inicialmente para posteriormente continuar el alta con sesiones de fisioterapia.
Normalmente, el tratamiento en el hospital se realiza con:
1. Plasmaféresis terapéutica
La plasmaféresis es un tipo de tratamiento que consiste en la filtración de sangre con el objetivo de remover el exceso de sustancias que pueden estar causando la enfermedad. En caso del síndrome de Guillain-Barré, la plasmaféresis se realiza con el objetivo de remover el exceso de anticuerpos que están actuando contra el sistema nervioso periférico y causando la enfermedad.
La sangre filtrada es devuelta al organismo, la cual es estimulada a producir anticuerpos saludables, aliviando los síntomas de la enfermedad.
2. Inyección de inmunoglobulina
El tratamiento con inmunoglobulinas consiste en la inyección de anticuerpos directamente en la vena que actúan contra los anticuerpos que están causando la enfermedad. De esta forma, el tratamiento con inmunoglobulinas es más eficaz debido a que promueve la destrucción de los anticuerpos que están atacando al sistema nervioso, aliviando los síntomas.
3. Tratamiento con fisioterapia
La fisioterapia es importante en el síndrome de Guillain-Barré porque promueve la recuperación de las funciones musculares y respiratorias, pudiendo ser indicada después del alta, hasta que se recupere el máximo de las capacidades. Para la mayoría de las personas, el principal objetivo es volver a caminar sin ayuda.
Signos de mejoría y empeoramiento
Los signos de mejoría del síndrome de Guillain-Barré generalmente pueden observarse hasta en 4 semanas después del inicio de los síntomas. Sin embargo, se pueden observar antes, a partir del inicio del tratamiento adecuado, y generalmente incluyen la recuperación gradual de la fuerza muscular.
Los signos de empeoramiento generalmente ocurren en los cass más graves y que no recibieron tratamiento, apareciendo en las primeras semanas después del surgimiento de los primeros síntomas. En este período puede haber dificultad para respirar, alteraciones repentinas de la presión arterial e incontinencia, por ejemplo.
Incluso, después del tratamiento adecuado, algunos síntomas como cansancio, dolor y hormigueos pueden persistit durante algunos años y la mayoría de las personas logra caminar sin ayuda después de 6 meses.