Debilidad en las piernas: 10 causas y qué hacer

Actualizado en junio 2023

La debilidad en las piernas no suele ser señal de ningún problema grave y puede ocurrir por razones simples, como la realización de actividad física intensa o por sufrir de mala circulación.

No obstante, también puede ser causada por otras condiciones de salud como neuropatía periférica, ACV, hernia discal, enfermedad de Lyme o mielitis transversa, por ejemplo, estando en estos casos acompañado de otros síntomas.

Cuando la debilidad en las piernas se mantiene por mucho tiempo, va empeorando o dificulta la realización de las tareas diarias, puede ser síntoma de una condición más grave que debe ser tratada lo antes posible, debiendo en estos casos acudir a un médico general para que realice una evaluación e indique el tratamiento más adecuado, en caso de ser necesario.

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Principales causas

Las principales causas de debilidad en las piernas son:

1. Ejercicio intenso

Una de las causas más comunes del surgimiento de debilidad en las piernas es la realización de ejercicio intenso, especialmente en personas que no están acostumbradas a entrenar piernas, por ejemplo. Esta debilidad puede surgir justo después del entrenamiento y puede empeorar luego de algunos minutos.

En los días siguientes, es posible que la debilidad vuelva durante algunos períodos acompañada de dolor muscular, lo que indica que hubo desgaste de los músculos; sin embargo, esta sensación mejora de forma natural al cabo de 2 a 3 días.

Qué hacer: en la mayor parte de los casos, tan solo se recomienda descansar y realizar masajes en los músculos de las piernas para aliviar la incomodidad y ayudar en la recuperación muscular. No obstante, en caso de que el dolor sea muy fuerte, se puede consultar a un médico general para iniciar el uso de un antiinflamatorio, por ejemplo. Conozca más formas de aliviar el dolor muscular y la debilidad.

2. Mala circulación sanguínea

Otra condición relativamente usual que puede causar debilidad en las piernas es la mala circulación sanguínea, la cual tiende a ser común en personas por encima de los 50 años de edad o en aquellas que permanecen mucho tiempo de pie.

Aparte de la debilidad, es habitual que surjan otros signos y síntomas, como pies fríos, hinchazón de las piernas y pies, piel seca y aparición de várices, por ejemplo.

Qué hacer: una buena forma de mejorar la circulación sanguínea en las piernas es utilizar medias de compresión durante el día, principalmente cuando sea necesario permanecer de pie por un largo período. Asimismo, elevar las piernas al final del día y practicar ejercicio de forma regular, como caminar, también ayuda a aliviar el problema. Vea cómo es el tratamiento para la mala circulación.

3. Neuropatía periférica

La neuropatía periférica se caracteriza por daños graves en los nervios periféricos, responsables por la transmisión de información entre el cerebro y médula espinal y el resto del cuerpo, causando síntomas como debilidad de las extremidades, hormigueo y dolor persistente.

Generalmente, esta enfermedad es consecuencia de ciertas complicaciones, como diabetes, exposición a sustancias tóxicas o infecciones, por ejemplo.

Qué hacer: el tratamiento consiste en resolver la causa de la lesión en los nervios. En ocasiones, puede ser necesario mantener el uso constante de medicamentos para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

4. Hernia discal

La hernia discal se caracteriza por un abultamiento del disco intervertebral, la cual puede causar una sensación de debilidad en las piernas. Asimismo, pueden surgir otros síntomas, como dolor en la espalda que se irradia al glúteo o piernas, dificultad para moverse y adormecimiento, ardor o sensación de hormigueo en la espalda, nalgas o piernas.

Qué hacer: el tratamiento puede ser realizado con medicamentos, fisioterapia o cirugía, dependiendo de su gravedad.

5. ACV

El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus, se caracteriza por la interrupción brusca del flujo de sangre a alguna región del cerebro, lo que puede ocasionar debilidad en las extremidades y síntomas como parálisis de una parte del cuerpo, dificultad para hablar, desmayo, mareos y dolor de cabeza, dependiendo de la zona afectada.

Qué hacer: ambas condiciones deben ser tratadas con urgencia, pues pueden dejar secuelas como dificultades para hablar o moverse. Además, las medidas de prevención también son muy importantes para evitar un ACV, como tener una alimentación equilibrada, practicar ejercicio regularmente y evitar la presión alta, el colesterol y los triglicéridos altos y la diabetes. Conozca más sobre el ACV.

6. Síndrome de Guillain-Barré

El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad autoinmune grave en la que el sistema inmunitario ataca las células nerviosas, causando inflamación de los nervios y, en consecuencia, debilidad de las extremidades y parálisis muscular, la cual puede ser fatal.

Qué hacer: el tratamiento es realizado en el hospital mediante una técnica denominada plasmaféresis, en la que la sangre se extrae del cuerpo, se filtra para eliminar las sustancias que están causando la enfermedad y luego se devuelve al cuerpo. La segunda parte del tratamiento consiste en una inyección de altas dosis de inmunoglobulinas contra los anticuerpos que están atacando a los nervios, para así reducir la inflamación y la destrucción de la vaina de mielina.

7. Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca al propio organismo, ocasionando la degradación de la vaina de mielina que reviste las neuronas, lo que compromete el funcionamiento del sistema nervioso.

Algunos de los síntomas que pueden surgir son debilidad en los brazos y piernas; dificultad para caminar, coordinar los movimientos y retener la orina y las heces; pérdida de memoria; dificultad de concentración, y problemas para ver o visión borrosa.

Qué hacer: el tratamiento de la esclerosis múltiple consiste en el uso de medicamentos y la realización de sesiones de fisioterapia. Conozca más sobre el tratamiento de la esclerosis múltiple.

Asimismo, otras enfermedades que pueden causar debilidad en las piernas son la enfermedad de Parkinson, la miastenia gravis o las lesiones en la médula espinal, por ejemplo.

8. Síndrome de cola de caballo

El síndrome de cola de caballo es un alteración que se produce debido a la compresión de los nervios en el canal espinal, los cuales controlan la función de la vejiga, intestinos, órganos sexuales y miembros inferiores, produciendo síntomas como disminución de la sensibilidad en los muslos, genitales y área alrededor, así como debilidad en las piernas.

Este síndrome puede surgir como consecuencia de una hernia de disco lumbar, infecciones, fracturas o tumores, por ejemplo.

Qué hacer: el síndrome de cola de caballo se trata con cirugía de emergencia, ya que, en caso de no recibir atención quirúrgica en las primeras horas después de la manifestación de los síntomas, puede dejar secuelas a nivel motor, sexual y de esfínteres.

9. Mielitis transversa

La mielitis transversa es una inflamación de la médula espinal causada por una enfermedad autoinmune o una infección viral o bacteriana, pudiendo causar el surgimiento de algunos signos y síntomas, como parálisis muscular, dolor de espalda, debilidad muscular, disminución de la sensibilidad, así como debilidad y parálisis de las piernas y/o brazos.

Qué hacer: el tratamiento de la mielitis varía bastante dependiendo de cada caso, pero normalmente se inicia con el uso de medicamentos para evitar posibles infecciones, disminuir la hinchazón de la médula y aliviar los síntomas, mejorando la calidad de vida. Conozca más sobre el tratamiento de la mielitis transversa.

10. Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme es una enfermedad causada por la picadura de una garrapata, causando síntomas como lesión y enrojecimiento en la piel, cansancio, dolor y debilidad en los músculos, como en las piernas; articulaciones y dolor de cabeza, fiebre o escalofríos, por ejemplo.

Qué hacer: el tratamiento para la enfermedad de Lyme se realiza a través del uso de antibióticos como la Doxiciclina, por ejemplo, y cuanto más temprano se inicie el tratamiento más rápida será la recuperación, evitando las complicaciones. Conozca más sobre el tratamiento de la enfermedad de Lyme.