Electromiografía: qué es, para qué sirve y cómo se realiza

Actualizado en enero 2023

La electromiografía (EMG) es una etapa de un examen llamado electroneurografía, que evalúa la presencia de lesiones que afectan los nervios y los músculos, como puede ocurrir en enfermedades como por ejemplo esclerosis lateral amiotrófica, neuropatía diabética, síndrome del túnel carpiano o el síndrome de guillain-barré. Es un examen que tiene mucha importancia porque ayuda al médico a confirmar el diagnóstico y planear el mejor tratamiento.

Este examen es capaz de registrar la conducción de un impulso eléctrico en un nervio y evaluar la actividad del músculo durante un determinado movimiento y, generalmente, son evaluados los miembros inferiores o superiores como piernas o brazos.

El electromiografía no es un examen considerado importante para el diagnóstico de enfermedades nerviosas y musculares, sin embargo, su resultado debe ser interpretado de acuerdo a la historia clínica y el resultado de examenes neurólogicos del paciente.

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Para qué sirve la electromiografía

La electromiografía sirve para evaluar la función de los nervios y músculos, siendo útil para el diagnóstico de enfermedades que están relacionadas con impulsos nerviosos o con la actividad eléctrica muscular eléctrica muscular. De esta forma, la electromiografía puede indicarse en caso de:

  • Polineuropatía, causada por diabetes o por alguna enfermedad inflamatoria;
  • Atrofia muscular progresiva;
  • Hernia discal u otras radiculopatías, que causan lesiones en los nervios de la columna;
  • Síndrome del túnel del carpo;
  • Parálisis facial;
  • Esclerosis lateral amniotrófica;
  • Poliomielitis;
  • Alteración de la fuerza o sensibilidad causada por un trauma o golpe;
  • Enfermedades musculares, como miopatías o distrofias musculares.

Con la información obtenida durante el examen, el médico podrá confirmar el diagnóstico, indicar el mejor tratamiento o, en algunos casos, acompañar la gravedad y evolución de la enfermedad.

Cómo prepararse para el examen

Para la realización de la electromiografía, se recomienda acudir al lugar del examen bien alimentado y llevar ropa holgada o que sea fácil de quitar como faldas o shorts. No se deben utilizar aceites o cremas hidratantes 24 horas antes de realizar el examen, ya que estos cosméticos pueden dificultar la adherencia de los electrodos.

Es importante informar al médico si utiliza algún tipo de medicamento, ya que algunos como los anticoagulantes, pueden interferir o contraindicar el examen, tiene un marcapasos o si sufre de enfermedades de la sangre, como hemofilia.

Además de esto, se debe recordar que la electromiografía suele ser hecha en ambos lados (ambas piernas o brazos), pues es importante comparar los cambios encontrados entre el lado afectado y el lado sano.

No hay efectos permanentes después del examen, por lo que es posible volver a las actividades diarias.

Cómo se realiza la electromiografía

La electromiografía se realiza en dos etapas:

  • Electroneurografía o neuroconducción: donde se posicionan pequeños sensores estratégicamente en la piel para evaluar determinados músculos o tramos de nervios, y luego se mandan pequeños estímulos eléctricos de forma tal que se produzca actividad en esos nervios y músculos, que son captadas por el aparato. Esta etapa puede provocar una incomodidad similar a un pequeño golpe, pero es soportable;
  • Electromiografía: un electrodo en forma de aguja se inserta en la piel hasta alcanzar el músculo, para evaluar directamente la actividad. Para ello, se le pide al paciente que realice algunos movimientos mientras el electrodo detecta las señales. En esta etapa, se siente dolor durante la inserción de la aguja, y puede haber una molestia durante el examen, que es tolerable.

Este examen es realizado por el médico y suele estar disponible tanto en los hospitales públicos como en las clínicas privadas.

Contraindicaciones

La electromiografía no representa ningún riesgo para la salud, sin embargo, no debe ser realizada en personas que tengan marcapasos o que utilizan medicamentos anticoagulantes como Warfarina, Marevan o Rivaroxaban, por ejemplo. En estos casos, se debe informar al médico, el cual evaluará la situación e indicará qué tipo de tratamiento que podrá realizarse.

Existen algunas contraindicaciones absolutas para la realización del examen, tales como: la no cooperación del paciente para la realización del examen, el rechazo del paciente para su realización y la presencia de lesiones en el lugar donde se hará la prueba.

Posibles riesgos

La electromiografía es segura en la mayoría de los casos, sin embargo, pueden haber situaciones en las que el procedimiento puede presentar riesgos, como por ejemplo:

  • Pacientes en tratamiento con anticoagulantes;
  • Enfermedades de la sangre, como hemofilia y alteraciones de las plaquetas;
  • Enfermedades que debilitan el sistema inmune, como SIDA, diabetes y enfermedades autoinmunes;
  • Personas que tienen marcapasos;
  • Lesiones infecciosas activas en donde se realizará la prueba.

Por ello, es importante comunicar al médico en caso de que presente algunas de las condiciones en que se considera que existe riesgo, además del uso de medicamentos para que de esta forma, pueda disminuir el riesgo de complicaciones.