Confusión mental: qué es, síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en diciembre 2023

La confusión mental es una alteración del estado mental que indica un problema en el funcionamiento del cerebro y puede causar síntomas como dificultad para pensar, problemas de memoria y/o ejecución de tareas cotidianas, desorientación, alucinaciones o delirios.

Normalmente, la confusión mental es causada por deshidratación, falta de sueño o hipoglucemia, pero también puede ser provocada por infecciones, intoxicación, accidente cerebrovascular (ACV), insuficiencia renal o enfermedad de Parkinson, especialmente en personas mayores.

Ante la sospecha de confusión mental, es importante consultar a un neurólogo. Sin embargo, si los síntomas aparecen repentinamente, se recomienda buscar atención de emergencia para una evaluación y comenzar el tratamiento más adecuado.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de la confusión mental son:

  • Dificultad para realizar tareas diarias por cuenta propia, pudiendo no ser capaz de cuidarse a sí mismo;
  • Confundir información con frecuencia, como nombres, fechas y palabras;
  • Dificultad para razonar, planificar y/o prestar atención, pudiendo no ser capaz de realizar cálculos o tareas simples, por ejemplo;
  • Cambios en el habla, que puede ser incomprensible o sin sentido;
  • Desorientación, pudiendo no saber el día o año en que se encuentra y/o no reconocer lugares y personas familiares;
  • Alucinaciones y/o delirios, como ver objetos que no existen o creer que está siendo perseguido o observado.

Dependiendo de su causa, también pueden surgir síntomas como fiebre, somnolencia excesiva, agitación o irritabilidad, y especialmente en los casos en que los síntomas son repentinos, se recomienda buscar atención de emergencia para evaluación.

Sin embargo, es común que la confusión mental se desarrolle lentamente y, especialmente en estos casos, puede indicar demencia, como la enfermedad de Alzheimer. Sepa más sobre que es la demencia y sus tipos.

Confirmación del diagnóstico

El diagnóstico de confusión mental normalmente lo realiza un neurólogo, psiquiatra o médico general basándose en los síntomas y el historial médico de la persona.

En algunos casos, el médico puede realizar pruebas para verificar alteraciones en el razonamiento y la memoria, por ejemplo, además de indicar exámenes como hemograma, serología para VIH o sífilis y resonancia magnética craneal para identificar la causa de la confusión mental. Sepa cómo se realiza la resonancia magnética.

Posibles causas

Las principales causas de la confusión mental son:

  • Deshidratación y/o falta de sueño;
  • Infecciones, como infección urinaria, meningitis, VIH o sífilis;
  • Intoxicación, debido a medicamentos, consumo de alcohol o drogas, por ejemplo;
  • Diabetes no controlada o hipoglucemia;
  • Bajos niveles de oxígeno en la sangre;
  • Acumulación de sustancias tóxicas en la sangre, en casos de insuficiencia renal o hepática, por ejemplo;
  • Accidente cerebrovascular (ACV);
  • Demencias, como la enfermedad de Alzheimer y Parkinson.

Además, la confusión mental es más frecuente en personas mayores con dificultades auditivas o visuales, que consumen alcohol en exceso y tienen problemas de salud como depresión y enfermedades renales o cardíacas, por ejemplo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la confusión mental debe ser específico para su causa y puede implicar el uso de medicamentos como antibióticos, si existe una infección, anticoagulantes en algunos casos de accidente cerebrovascular o antipsicóticos en caso de problemas psiquiátricos, por ejemplo.

En algunos casos, el médico también puede recomendar la administración de suero directamente en la vena para corregir la deshidratación, controlar los niveles de azúcar en la sangre con la administración de insulina o diálisis para eliminar sustancias tóxicas de la sangre.

Además, especialmente al tratar con adultos mayores con confusión mental, son importantes medidas para su seguridad, como proporcionarles una pulsera de identificación, mantener fuera de su alcance objetos peligrosos y asegurar puertas y ventanas en el hogar.