¿Qué hago si mi hijo no quiere comer?

Actualizado en julio 2022

Un niño que tiene dificultades para comer ciertos alimentos debido a su textura, color, olor o sabor puede tener un trastorno alimentario, que debe identificarse y tratarse correctamente. Generalmente, estos niños muestran una fuerte aversión a algunos alimentos, mostrando deseos de vomitar o haciendo berrinches por no comer.

Es normal que casi todos los niños atraviesen una fase de disminución del apetito entre los 2 y los 6 años de edad, que termina por resolverse sin ningún tratamiento específico.

No obstante, los niños con trastornos alimentarios tienen tendencia a mostrar una mayor selectividad en lo que comen desde la introducción de los primeros alimentos, no pudiendo variar mucho el tipo de comida que ingieren, ni en la forma en que se preparan. Cuando este tipo de comportamiento permanece en el tiempo se debe buscar ayuda de un profesional.

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Trastornos alimentarios en la infancia

A pesar de no ser tan común, existen algunos trastornos que pueden hacer con que el niño coma con una textura específica, como por ejemplo solo ingiera sopas o alimentos tipo puré, o inclusive con una temperatura especifica. Estos son:

1. Trastorno de alimentación restrictivo y/o selectivo

Este es un tipo de trastorno de la alimentación, que generalmente se presenta durante la infancia o la adolescencia, pero que también puede surgir o persistir en la vida adulta. En este desorden el individuo limita la cantidad de alimento y/o evita el consumo de ciertos alimentos en base a su apariencia, color, olor, sabor, textura y a la presentación. 

Los principales signos y síntomas presentes en este trastorno son:

  • Pérdida de peso importante o incapacidad para lograr el aumento de peso esperado según la edad;
  • Sólo come ciertas texturas de comida;
  • Restricción en los tipos o en la cantidad de los alimentos ingeridos;
  • Falta de apetito o de interés en la comida;
  • Selección de alimentos muy restrictiva, que puede ir empeorando con el tiempo;
  • No presenta alteraciones en la imagen corporal o miedo de aumentar de peso como ocurre en la anorexia;
  • Miedo a comer después de un episodio de vómito o de haberse atragantado;
  • Presencia de síntomas gastrointestinales como malestar estomacal, estreñimiento, dolor abdominal.

Estos niños suelen presentar problemas para relacionarse con otras personas debido a sus problemas de alimentación, y pueden presentar deficiencias nutricionales importantes afectando su crecimiento y desarrollo, además de su rendimiento en la escuela. 

Conozca más sobre qué es el trastorno de la alimentación selectiva y cómo tratar

2. Trastorno del procesamiento sensorial 

Este trastorno es una condición neurológica en donde el cerebro tiene problemas en recibir y responder apropiadamente a la información que provienen de los sentidos como el tacto, el gusto, el olfato, la audición y la visión. El individuo puede verse afectado en un sentido o en varios sentidos, por lo que una persona con DPS puede responder exageradamente a un estímulo siendo insoportable el ruido, la ropa, el contacto físico, la luz e inclusive la comida.

Cuando se ve afectado el sentido del gusto el niño puede presentar:

  • Hipersensibilidad oral

En estos casos el niño tiene preferencias extremas de comida, con un repertorio muy limitado de alimentos, puede ser exigente con las marcas, se resiste a probar nuevas comidas o restaurantes y no puede comer en casa de otras personas, evitando comidas condimentadas, picantes, dulces, agrias o saladas.

Es posible que solo coma alimentos de consistencia blanda, puré o líquida, después de los 2 años de edad, pudiendo atragantarse con los alimentos con textura. También puede tener dificultad para chupar, masticar y tragar por tener miedo a asfixiarse. 

Y puede resistirse o rechazar acudir al odontólogo, quejarse sobre el uso de pasta de diente y de enjuague bucal, e inclusive negarse a lamer sobres o calcomanías debido a su gusto.

  • Hiposensibilidad oral 

En esta situación el niño podrá preferir los alimentos con sabor intenso, es decir, excesivamente picante, dulce, agrio o salado, sintiendo inclusive que la comida no tiene suficiente condimentos. Y puede referir que todos los alimentos tienen el "mismo sabor".

También es posible que mastique, pruebe o lama objetos no comestibles, masticándose con frecuencia el cabello, la camisa o los dedos. Al contrario de la hipersensibilidad oral, le gusta el uso de cepillos de dientes eléctricos e incluso acudir al odontólogo, además de babearse excesivamente.

Qué hacer para que su hijo coma de todo

Algunos consejos prácticos para intentar que el niño coma mayor variedad de alimentos y/o mayor cantidad en general son: 

  • Ofrecer alimentos nuevos preferiblemente cuando el niño tiene hambre, debido a que son mejor aceptados;
  • Para que un niño acepte alimentos nuevos de exponerse repetidamente a ese alimento o al que rechaza de una manera consciente, entre 8 a 10 veces;
  • Tratar de combinar los alimentos preferidos con los menos aceptados;
  • La introducción de nuevos alimentos debe ser gradualmente;
  • El niño suele responder mejor si se le da a escoger algunos alimentos, por lo menos dos;
  • Evitar la ingesta de grandes cantidades de líquidos antes de las comidas;
  • El tiempo para comer no debe ser menor de 20 minutos ni mayor de 30 minutos, suficiente para que el niño reconozca las señales de saciedad de su organismo;
  • Si el niño no quiere comer, se debe intentar no regañarlo o castigarlo, porque refuerza la conducta negativa, se debe retirar el plato, se le invita a abandonar la mesa y se le ofrece en la próxima comida una dieta nutritiva;
  • Es importante que el niño y la familia estén sentados a la mesa, con tranquilidad, siendo importante tratar de establecer horarios fijos para la comida;
  • Tratar de que participe en las actividades de compra, selección, preparación de los alimentos y en la servida;
  • Leer cuentos e historias sobre los alimentos.

Vea otros consejos en el siguiente video:

En los casos donde se evidencia un trastorno es posible que el proceso para regular la alimentación demore semanas, meses y, a veces, años de tratamiento antes que su hijo pueda tolerar suficientes alimentos "normales", obtener la nutrición adecuada y adaptarse, por lo que es muy importante asesorarse con el personal de salud cualificado para tratar este tipo de situaciones.

Cuándo acudir al médico

En aquellos casos donde se evidencia signos y síntomas de algún trastorno de la alimentación, lo ideal es acudir al médico para que sea evaluado y, muy probablemente, deberá acudir a otros especialistas como el psicólogo para la realización de una terapia cognitiva conductual que le de las herramientas al niño para trabajar sus pensamientos y sus acciones. 

Esta terapia cognitiva conductual lleva el nombre de desensibilización sistemática donde se le pide al niño que realice un registro de sus comportamiento típicos de alimentación, luego se le pide que creen una lista de alimentos que les gustaría probar algún día, cuando logra probar un alimento son recompensados. Para aquellos niños que sufren de ansiedad se les enseña a relajarse cuando se les presentan nuevos alimentos, creando cuentos e historias antes de comer los nuevos alimentos para que se imaginen a ellos mismos participando mientras están relajados. 

Además de esto, también podrá ser necesario acudir a un terapeuta ocupacional para aplicar otra terapia llamada el Protocolo de Wilbarger en la boca, donde se realiza una integración sensorial con el uso de ciertas técnicas que incluyen el uso de un cepillo de dientes, por ejemplo.  

También será importante acudir a un nutricionista, debido a que la restricción de los nutrientes puede causar una malnutrición, debiendo evaluar al niño para la elaboración de un plan nutricional individualizado, con la posibilidad de que sea suplementado con fórmulas como pediasure para alcanzar las calorías que su organismo necesita. 

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