Tras una extracción de muela, durante las primeras 24 a 48 horas se recomienda consumir líquidos y alimentos blandos, fríos o a temperatura ambiente, lo que ayuda a proteger la herida y favorecer su cicatrización.
Del segundo al séptimo día, conviene mantener una dieta blanda, incluyendo purés, yogur, huevos revueltos o pescado suave, evitando alimentos duros, muy calientes o pegajosos que puedan irritar la zona.
A partir de la primera semana, muchas personas pueden retomar su alimentación habitual de manera gradual, en porciones pequeñas y masticando con cuidado, para no afectar la herida y permitir que cicatrice correctamente. Conozca otros cuidados después de la extracción de una muela.
El tiempo exacto de recuperación puede variar según la complejidad de la extracción, por lo que es importante seguir las indicaciones del dentista y consultar ante cualquier dolor o sangrado, asegurando así una correcta cicatrización y recuperación.