Lavado gástrico: qué es, cómo se realiza y contraindicaciones

Actualizado en enero 2021

El lavado gástrico es una técnica que permite lavar el interior del estómago, retirando el contenido que aún no ha sido absorbido por el organismo. Así, este procedimiento se utiliza generalmente en casos de ingestión de sustancias tóxicas o irritantes para las cuales no existe antídoto o no hay otra forma de tratamiento. Conozca qué hacer en caso de envenenamiento. 

Idealmente, el lavado gástrico debe hacerse hasta 2 horas después de la ingestión de la sustancia y necesita ser hecho en el hospital por un enfermero u otro profesional de la salud capacitado para evitar complicaciones como la aspiración hacia el pulmón.

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Cuándo se indica el lavado gástrico

En la mayoría de los casos, el lavado gástrico se usa para limpiar el estómago en caso de ingesta de dosis elevadas de sustancias o medicamentos que pueden ser tóxicos para el organismo, como:

  • Antihipertensivos, como propanolol o verapamilo;
  • Antidepresivos tricíclicos, como Amitriptilina, Clomipramina o Nortriptilina.

Sin embargo, no en todos los casos de ingestión exagerada de una sustancia necesitan de lavado gástrico. La mejor forma de saber si realmente este procedimiento es necesario y qué hacer para reducir el riesgo de complicaciones, es consultar a un médico especialista.

Menos frecuente, el lavado gástrico también puede utilizarse para vaciar el estómago antes de exámenes de diagnóstico, como la endoscopia, por ejemplo.

Conozca más sobre la endoscopia y cuándo debe realizarse.

Lavado gástrico paso a paso

El lavado gástrico necesita ser realizado en el hospital por un enfermero u otro profesional de la salud capacitado. Durante el procedimiento, el profesional deberá seguir los siguientes pasos:

  1. Insertar un tubo gástrico a través de la boca o nariz hasta el estómago;
  2. Recostar a la persona y voltearla del lado izquierdo para facilitar el vaciamiento del estómago;
  3. Conectar una jeringa de 100 mL al tubo;
  4. Remover el contenido del estómago utilizando la jeringa;
  5. Colocar 200 a 300 mL de suero fisiológico previamente calentado a 38º en el interior del estómago;
  6. Retirar nuevamente todo el contenido del estómago y volver a introducir 200 a 300 mL de suero;
  7. Repetir estos pasos hasta que el contenido retirado del estómago sea transparente.

Normalmente, para obtener un correcto lavado gástrico es necesario usar hasta 2500 mL de suero fisiológico durante todo el procedimiento. En el caso de niños, las cantidad necesaria de suero puede variar de 10 a 25 mL de suero por cada Kg de peso, hasta un máximo de 250 mL.

Después del lavado gástrico se aconseja introducir entre 50 a 100 gramos de carbón vegetal activado en el estómago para evitar la absorción de cualquier resto de sustancia que aún haya quedado en el estómago. En el caso de niños, esa cantidad debe ser de apenas 0,5 a 1 gramo de Kg de peso.

Posibles complicaciones 

Aunque el lavado gástrico sea una técnica que puede salvar la vida de alguien que tomó una dosis muy elevada de una sustancia tóxica, también puede causar algunas complicaciones. La más común es la aspiración de líquido hacia los pulmones, lo que puede acabar provocando una neumonía, por ejemplo.

Para evitar este riesgo, el procedimiento debe hacerse sentado y por un enfermero, ya que en esta posición existen menos posibilidades de que el líquido se vaya hacia las vías respiratorias. Otras complicaciones que pueden producirse incluyen sangrado gástrico, espasmo de laringe o perforación del esófago, que necesitan ser tratadas lo más rápido posible en el hospital.

Contraindicaciones

La decisión de realizar un lavado gástrico o no debe ser evaluada por un equipo médico, sin embargo, el lavado gástrico está contraindicado en casos como:

  • Persona inconsciente sin intubación;
  • Ingestión de sustancias corrosivas;
  • Presencia de várices esofágicas gruesas;
  • Volumen exagerado de vómitos con sangre.

Además, en caso de que se haya realizado una cirugía en el tracto gastrointestinal, el lavado también necesita ser bien evaluado, ya que existe mayor riesgo de complicaciones.