Invaginación intestinal: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en julio 2023

La invaginación intestinal es una condición grave en la que una parte del intestino se desliza dentro sí mismo, pudiendo interrumpir el paso de sangre en esa porción y causar obstrucción, perforación intestinal o incluso muerte de los tejidos. 

Esta alteración del intestino, también conocida como intususcepción, es más frecuentes en niños menores de 3 años de edad, pero también puede ocurrir en adultos, causando síntomas como vómitos intensos, hinchazón abdominal, dolor abdominal intenso, diarrea y presencia de sangre en las heces. 

Cuando surgen estos síntomas, siempre se debe sospechar de una alteración a nivel intestinal, por lo cual es importante acudir rápidamente al hospital para identificar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado, evitando así complicaciones. 

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Imagen de intususcepción

Principales síntomas

La invaginación intestinal es más común en bebés, razón por la que el síntoma inicial más común es el llanto intenso y repentino, el cual surge sin razón aparente y no mejora. 

Sin embargo, como esta alteración del intestino también causa un dolor bastante intenso, el niño también puede colocarse en posición fetal, que es cuando las rodillas se flexionan sobre el abdomen, y puede empeorar el llanto cuando se toca la barriga. 

Por lo general, el dolor aparece y desaparece a lo largo del tiempo, durante unos 10 a 20 minutos, por lo que es común que el niño tenga crisis de llanto a lo largo del día. Otros síntomas posibles incluyen:

  • Heces con sangre o moco;
  • Diarrea;
  • Vómitos frecuentes;
  • Hinchazón abdominal. 

En el caso del adulto, la intususcepción puede ser más difícil de identificar, pues los síntomas son semejantes a otros problemas intestinales, como gastroenteritis, por ejemplo, razón por la cual el diagnóstico puede ser más complicado, recomendándose acudir al hospital cuando el dolor empeora o demora más de 1 día en desaparecer. 

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la invaginación intestinal debe ser realizado en el hospital, pues puede ser necesaria la realización de una ecografía abdominal, que es un examen de imagen donde el médico, en este caso, logra observar una porción del intestino dentro de la porción siguiente, lo que sugeriría una invaginación intestinal. 

Posibles causas

La mayoría de los casos de invaginación intestinal ocurre en los niños y, en este grupo de edad, la causa es indefinida, pero parece ser más frecuente durante el invierno, asociándose a infecciones intestinales comunes en los niños. 

Por otra parte, en los adultos, esta complicación parece ser más común como resultado de un pólipo, tumor o inflamación intestinal, aunque también puede surgir en personas que fueron sometidas a una cirugía bariátrica. Vea qué es una cirugía bariátrica y cuáles son sus riesgos.

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento para la intususcepción debe ser iniciado lo antes posible en el hospital, justo después de establecido el diagnóstico, mediante la administración de sueros para hidratación y antibióticos. Asimismo, puede incluso ser necesario colocar un tubo desde la nariz hasta el estómago, conocido como sonda nasogástrica, para retirar líquidos y aire que puedan estar ejerciendo presión sobre los intestinos. 

En el caso de los niños, el médico debe aplicar un enema con suero para intentar reposicionar el intestino en la zona correcta, y solo pocas veces es necesario recurrir a una cirugía. Ahora, en el caso de los adultos, normalmente la cirugía es la mejor forma de tratamiento, puesto que, aparte de corregir la invaginación intestinal, también permite tratar el problema que originó esta situación. 

Luego de la cirugía, es habitual que el intestino no funcione normalmente en las siguientes 24 a 48 horas, por lo cual, durante este período, la persona debe permanecer en reposo y no debe comer o beber. Por esta causa, se recomienda continuar hospitalizado para recibir suero por vía intravenosa, por lo menos hasta que el tránsito intestinal vuelva a la normalidad. Para aliviar las molestias de la cirugía, el médico suele prescribir la administración de un analgésico, como paracetamol, por ejemplo.