Inmersión en hielo: 6 beneficios, cómo hacerlo y cuidados

Actualizado en abril 2024

La inmersión en hielo es una técnica que implica exponer el cuerpo a temperaturas bajas por breves períodos de tiempo. Esta práctica ofrece una serie de beneficios para la salud, tales como la reducción de la inflamación corporal, la aceleración de la recuperación muscular tras el ejercicio físico y la mejora del estado de ánimo.

Esta técnica, también llamada baño de hielo o inmersión en agua fría, se puede realizar en casa, utilizando una bañera, tanque o barril, siguiendo el método Wim Hof, ​​que combina la exposición al frío y ejercicios de respiración.

Es fundamental que la inmersión en hielo se realice bajo la supervisión y las indicaciones de un médico, ya que el tiempo de exposición puede variar según los objetivos deseados. Además, si no se realiza adecuadamente, podría ocasionar complicaciones como quemaduras o hipotermia.

Hombre en una bañera sumergida en agua helada.

6 beneficios de la inmersión en hielo

Los principales beneficios de la inmersión en hielo son:

1. Reducir la inflamación

La inmersión en hielo puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo después de una lesión. Esto se debe a que esta técnica reduce la temperatura corporal y promueve el estrechamiento de los vasos sanguíneos de la piel, lo que resulta en un aumento del flujo sanguíneo a los órganos para mantener el cuerpo caliente.

Cuando la persona sale del baño de inmersión, los vasos sanguíneos periféricos se dilatan, aumentando la circulación sanguínea y la oxigenación de los músculos y tejidos, ayudando a reducir la inflamación.

2. Acelera la recuperación muscular

La inmersión en hielo puede acelerar la recuperación muscular tras un ejercicio físico intenso, ya que ayuda a reducir la inflamación muscular, por lo que es una práctica muy común entre los deportistas.

Además, la inmersión en hielo también ayuda a reducir el dolor muscular tras el ejercicio que puede comenzar entre 12 y 48 horas después de la actividad física intensa.

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3. Aliviar el dolor

Al reducir la inflamación en el cuerpo y la producción de citocinas proinflamatorias, la inmersión en hielo puede ayudar a reducir el dolor, incluido el dolor crónico.

4. Mejorar el humor

La inmersión en hielo, cuando se combina con una respiración controlada, puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, aumentar la energía y el estado de alerta.

5. Reducir el estrés

La inmersión en hielo también puede ayudar a reducir el estrés, la tensión, la depresión o la ansiedad, ya que mejora la circulación sanguínea en el cuerpo y favorece la liberación de endorfinas relacionadas con la sensación de bienestar.

6. Fortalecer el sistema inmunológico

La inmersión en hielo también puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, ya que mejora la circulación sanguínea, reduce la producción de sustancias proinflamatorias y estimula la producción de células de defensa, que pueden ayudar a combatir o prevenir infecciones.

Sin embargo, aún se necesitan más estudios que demuestren todos los beneficios de la inmersión en hielo y, por tanto, sólo debe realizarse con consejo médico.

¿La inmersión en hielo te hace adelgazar?

La inmersión en hielo puede ayudar a acelerar el metabolismo y ayudar a aumentar la quema de calorías, favoreciendo la pérdida de peso.

Esto se debe a que la exposición al frío parece estimular la producción de adiponectina, una hormona producida por las células grasas que ayuda a regular el metabolismo energético y mejorar el metabolismo de la glucosa, mejorando la sensibilidad a la insulina.

Sin embargo, no existe prueba científica de la inmersión en hielo para bajar de peso.

Por tanto, la mejor forma de perder peso es llevar una dieta equilibrada y saludable indicada por un nutricionista, así como practicar actividad física de forma regular para mantener un déficit calórico y favorecer la pérdida de peso saludable.

Cómo se hace

El baño de inmersión en hielo se puede realizar en bañera, tanque o barril, así como en recipientes aptos para este tipo de terapia con control de temperatura.

Para realizar el baño de hielo es importante seguir algunos pasos, que incluyen:

  • Agregar agua fría a la bañera, tanque o barril, en una cantidad que permita sumergir el cuerpo desde el cuello hacia abajo;
  • Agregar cubitos de hielo al agua;
  • Colocar un termómetro en el agua para controlar la temperatura, que lo ideal es que esté entre 10º y 15ºC;
  • Dejar una toalla limpia y ropa seca junto a la bañera, tanque o barril;
  • Debe vestirse con pantalón corto, camiseta, traje de baño o ropa deportiva;
  • Entrar al agua lentamente, comenzando por los pies y bajando poco a poco hasta sumergir el cuerpo en el agua, manteniendo la cabeza fuera del agua;
  • Relajarse y respirar profundamente;
  • Permanecer sumergido en hielo durante 3 a 15 minutos como máximo.

Pasado el tiempo tolerado por la persona, se debe salir del agua, secarse inmediatamente y calentar rápidamente el cuerpo usando ropa abrigada y seca, guantes, gorro y calcetines, también se puede tomar té caliente para calentar el cuerpo.

Además, es importante mover el cuerpo, dar una caminata ligera, permanecer en ambientes cálidos y comer algún alimento dulce para aumentar la temperatura corporal. Sin embargo, debes evitar tomar una ducha caliente inmediatamente después de sumergirte en el baño.

¿Cuánto tiempo puedes permanecer sumergido en hielo?

El tiempo que permanecerá sumergido en el hielo es de máximo 15 minutos, a una temperatura entre 10º y 15ºC.

Es importante que al iniciar la terapia de inmersión en hielo se comience con menos tiempo, manteniéndose unos minutos según la tolerancia, y poco a poco se vaya aumentando el tiempo hasta 15 minutos.

Método Wim Hof

El método Wim Hof ​​fue creado por un holandés, combinando tres técnicas, que son ejercicios de respiración, exposición al frío y compromiso.

Los ejercicios de respiración se deben realizar inhalando profundamente por la nariz y exhalando lentamente por la boca, repitiendo esta respiración 30 veces. Al final de la trigésima respiración, se debe exhalar todo el aire que se pueda y mantenerlo todo el tiempo que se pueda, para luego volver a respirar normalmente y tratar de mantener el aire en los pulmones durante 15 segundos.

La exposición al frío se puede realizar sumergiéndose en hielo o bañándose en agua fría, por ejemplo. Los ejercicios de respiración y la exposición al frío se pueden realizar solos o en combinación.

Además, el compromiso se refiere al compromiso, dedicación, determinación y concentración para realizar ejercicios de respiración y exposición al frío.

Cuidados al hacer la inmersión en hielo

Algunas precauciones son importantes al sumergirse en hielo, como por ejemplo:

  • Comenzar a hacer baños de remojo poco a poco, sumergiendo solo las piernas, por ejemplo, hasta que pueda sumergirse hasta el cuello;
  • Empezar a sumergirse por un tiempo breve y, con el tiempo, aumentar el tiempo según la tolerancia;
  • Verificar la temperatura del agua, preferiblemente con un termómetro;
  • Tener una persona cerca cada vez que se realice una inmersión, por si presenta algún efecto secundario;
  • Calentar su cuerpo inmediatamente después de salir de la inmersión en hielo.

Además, otra recomendación importante es consultar a un cardiólogo antes de iniciar los baños, ya que al tener efecto sobre la circulación sanguínea, la presión arterial y el ritmo cardíaco, esta técnica puede provocar complicaciones en personas con problemas cardiovasculares.

Contraindicaciones

El baño de inmersión en hielo no debe ser realizado por niños, personas mayores, mujeres embarazadas o en período de lactancia ni por personas que tengan alergia al frío, enfermedad de Raynaud, crioglobulinemia, hemoglobinuria paroxística por frío, heridas o enfermedades de la piel, sangrado activo, mala circulación sanguínea o periférica. enfermedad vascular.

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La inmersión en hielo también está contraindicada para personas que tengan problemas cardíacos, como presión arterial alta o baja, ACV, infarto o arritmias cardíacas; problemas pulmonares, como edema pulmonar o asma y problemas neurológicos, como epilepsia, convulsiones o neuropatía.

Este tipo de terapia debe realizarse con precaución y sólo con supervisión médica en personas que utilizan medicamentos relajantes musculares, sedantes, ansiolíticos o antidepresivos. La inmersión en hielo tampoco debe ser realizada por personas bajo la influencia del alcohol o drogas.

Posibles riesgos

La inmersión en hielo tiene algunos riesgos, que incluyen:

  • Choque de frío;
  • Hipotermia;
  • Paniculitis por exposición al frío, con formación de ampollas en la piel;
  • Quemadura por hielo;
  • Ataque cardíaco o ACV;
  • Daño en los nervios.

En estos casos es importante acudir al servicio de urgencia hospitalario más cercano o llamar al número de emergencias, principalmente si la persona presenta dificultad para respirar, respiración acelerada, dolor en el pecho, taquicardia o dificultad para hablar, desmayo o dificultad para moverse o razonar.

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