Hipomanía y manía bipolar: qué son, síntomas y cómo tratar

Actualizado en febrero 2024

La manía es una de las fases del trastorno bipolar, un trastorno también conocido como enfermedad maníaco-depresiva. Esta se caracteriza por un estado de intensa euforia, en la cual hay un aumento de energía, agitación, inquietud, delirios de grandeza y menor necesidad de sueño; pudiendo incluso causar agresividad, delirios y alucinaciones. 

Con respecto a la hipomanía, este es un cuadro más leve de manía, el cual presenta síntomas menos graves que interfieren en menor medida en el día a día de la persona, pudiendo haber locuacidad inusual, mayor disposición, impaciencia, mayor sociabilidad, iniciativa y energía para realizar actividades diarias. 

La persona con trastorno bipolar experimenta cambios de humor entre crisis de manía o hipomanía y depresión. Generalmente, cuando se alterna entre episodios de manía y depresión, la enfermedad es clasificada como Trastorno Bipolar tipo 1. Ahora, cuando se alterna entre hipomanía y depresión, es clasificada como Trastorno Bipolar tipo 2. 

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Es importante tomar en cuenta que no toda alteración de humor indica manía o trastorno bipolar, pues es común que todas las personas tengan pequeñas variaciones de humor a lo largo del día o de la semana. Para detectar la manía bipolar, es necesario que el psiquiatra realice una evaluación de los signos y síntomas e identifique que estos son característicos de la enfermedad. 

Principales síntomas

La manía e hipomanía bipolar provocan sentimientos de euforia que son muy desproporcionados en relación a cualquier evento positivo. Los principales síntomas incluyen: 

1. Hipomanía 

Los signos y síntomas de un episodio de hipomanía son semejantes a los de la manía, sin embargo, estos son más leves. Los principales incluyen: 

  • Euforia o humor elevado;
  • Mayor creatividad;
  • Reducción de la necesidad de sueño, sintiéndose descansado luego de dormir alrededor de 3 horas, por ejemplo;
  • Hablar más de lo normal o hablar temas insustanciales;
  • Pensamiento acelerado;
  • Fácil distracción;
  • Agitación o aumento de la energía para realizar actividades;
  • Realizar fácilmente actividades que exigirían mayor cautela, como compras desenfrenadas, inversiones financieras arriesgadas y aumento del apetito sexual.

Los síntomas de hipomanía usualmente no afectan las relaciones sociales y profesionales ni causan síntomas como delirios o alucinaciones, además de que, normalmente, duran poco tiempo, alrededor de una semana. 

Asimismo, estos síntomas no son graves lo suficiente como para necesitar hospitalización y, en ciertos casos, pueden pasar desapercibidos. En estos casos, muchos pacientes terminan siendo tratados como pacientes con depresión, pues los cambios de humor pueden no ser detectados. 

2. Manía bipolar

El episodio maníaco presenta síntomas que incluyen:

  • Euforia excesiva;
  • Autoestima inflada o delirio de grandeza;
  • Hablar excesivamente;
  • Pensamiento acelerado con fuga de ideas;
  • Mucha distracción;
  • Mayor agitación o energía para realizar actividades;
  • Pérdida del control sobre sus actitudes;
  • Participación en actividades arriesgadas que normalmente exigirían cautela, como inversiones financieras arriesgadas, realizar compras desenfrenadas o apetito sexual muy aumentado, por ejemplo;
  • Puede haber irritabilidad o agresividad;
  • Puede haber delirios o alucinaciones.

Para que el episodio sea caracterizado como manía, es necesario que haya por lo menos 3 síntomas, los cuales deben durar por lo menos 4 días y persistir la mayor parte del día o, en los casos que son muy graves, llegar al punto de necesitar hospitalización.

Estos síntomas son tan intensos que usualmente afectan las relaciones sociales y profesionales de la persona que sufre la enfermedad, siendo considerada una emergencia médica y social, la cual debe ser tratada lo más rápido posible. 

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Cómo se realiza el diagnóstico

El episodio de manía o de hipomanía es identificado por el psiquiatra, el cual evalúa los síntomas relatados por el paciente o por personas cercanas. 

Además, es importante que el médico realice evaluaciones y exámenes que puedan descartar otras enfermedades o situaciones que provoquen síntomas similares, como trastornos de la tiroides, efectos secundarios de medicamentos como corticoides, uso de drogas ilícitas u otras enfermedades psiquiátricas, como esquizofrenia o trastornos de personalidad, por ejemplo. Conozca también cuáles son los principales trastornos mentales y cómo identificar cada uno

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del trastorno bipolar es orientado por el psiquiatra mediante medicamentos que actúan estabilizando el humor, como el litio o valproato, por ejemplo.

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También pueden ser indicados antipsicóticos con la finalidad de calmar el comportamiento y disminuir los síntomas psicóticos, como haloperidol, olanzapina o quetiapina. Vea los posibles efectos secundarios de la quetiapina.  

La psicoterapia realizada por el psicólogo es muy útil para ayudar al paciente y a la familia a lidiar con las alteraciones de humor. Los medicamentos ansiolíticos también pueden ser indicados en los casos de mucha agitación; asimismo, en casos graves o resistentes al tratamiento, puede ser indicada la terapia electroconvulsiva.