La hernia inguinal es una protuberancia que surge en la región de la ingle, más frecuentemente en hombres, que generalmente se debe a que una parte del intestino se sale a través de un punto débil de los músculos abdominales.
Existen 2 tipos principales de hernia inguinal:
- Hernia inguinal directa: es la más común en adultos y ancianos, sucediendo después de hacer esfuerzos que aumentan la presión en el abdomen, como cargar objetos pesados;
- Hernia inguinal indirecta: es más común en los bebés y niños, ya que existe un problema que permite la entrada de una parte del intestino en el saco escrotal.
En ambos casos, el tratamiento se hace con cirugía, para colocar el intestino en el lugar correcto y reforzar los músculos del abdomen para que no suceda de nuevo.

Síntomas de hernia inguinal
Los signos y síntomas más comunes de hernia inguinal son:
- Protuberancia o hinchazón en la región de la ingle;
- Dolor o molestia en la ingle al levantarse, inclinarse o levantar peso;
- Sensación de peso en la ingle;
- Dolor agudo que se irradia hacia los testículos, en el caso de los hombres.
En los bebés, la hernia puede ser más difícil de identificar porque puede que no haya una protuberancia en la ingle al momento de cambiar el pañal. Sin embargo, una forma de evaluar la presencia de hernia es observando la ingle al momento en que el bebé llora, ya que la presión producida por el llanto, hace a la hernia más visible.
En casi todos los casos de hernia, el médico puede regresar el intestino hacia el interior del abdomen, evaluando los síntomas, pero es necesario realizar siempre la cirugía para corregir definitivamente el problema. Cuando la hernia no regresa hacia el interior del abdomen, existe un riesgo elevado de encarcelación, en que el intestino queda preso y puede haber muerte de los tejidos.
Cómo saber si la hernia está encarcelada
Para saber si el intestino está atrapado, es importante estar atento a los síntomas como:
- Dolor intenso en la hernia;
- Vómitos;
- Distensión abdominal;
- Ausencia de heces;
- Hinchazón y enrojecimiento en la región inguinal.
Este tipo de complicación es más frecuente en bebés, ya que muchas veces la hernia es difícil de identificar y, por eso, como el tratamiento no se inicia lo antes posible, la hernia va empeorando a lo largo del tiempo. Si sospecha que su bebé pueda tener una hernia, consulte al pediatra lo más pronto posible.
Qué puede causar una hernia inguinal
La hernia inguinal se produce cuando la pared abdominal se encuentra debilitada, haciendo que el intestino haga presión sobre los músculos y acabe por salir por debajo de la piel. Por este motivo, la hernia sólo sucede cuando hay un debilitamiento de los músculos del abdomen, que es más común en personas con:
- Aumento de la presión abdominal por tos crónica o estreñimiento;
- Defectos congénitos en la región abdominal, en niños;
- Personas con obesidad e hipertensión;
- Fumadores.
Además, la hernia también es mucho más frecuente en niños y ancianos, debido a la fragilidad de la pared abdominal.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de hernia normalmente lo realiza el médico basado en la observación y palpación de la región. En este examen físico es muy común que el médico pida al individuo para toser o para realizar un poco de esfuerzo con el abdomen para identificar si la hernia protruye, ayudando a identificarla.
Sin embargo, el algunos casos puede ser necesario realizar otros exámenes, como un ultrasonido, para confirmar el diagnóstico.
Cómo se cura la hernia inguinal
La hernioplastia es el nombre de la cirugía para tratar la hernia inguinal, siendo indicada por el médico cuando esta genera síntomas. Esta operación se realiza bajo anestesia local o raquídea y dura aproximadamente 2 horas.
Este tipo de cirugía puede realizarse de forma clásica, en el cual se hace un corte en la región de la hernia para colocar el intestino en su lugar, o por laparoscopia, donde se hacen 3 pequeños cortes y se coloca una malla sintética, la cual ayuda a reforzar la musculatura del área y evitar así la formación de una nueva hernia. Sin embargo, es común que la mayoría de las cirugías sean realizadas de forma clásica, ya que facilitan la colocación del intestino en el lugar correcto.
Cómo es la recuperación
La recuperación es relativamente rápida, pero como la hernioplastia casi siempre se realiza de forma clásica, generalmente es necesario permanecer hospitalizado 1 o 2 días, para garantizar que los signos vitales se encuentran estables y que no surge alguna infección.
Después, al regreso a casa, es importante tener algunos cuidados, especialmente durante las primeras 2 semanas, como:
- Evitar inclinar el tronco hasta que haya una cicatrización completa de la herida;
- No cargar más de 2 kg de peso;
- No dormir boca abajo;
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, para evitar el estreñimiento y el esfuerzo para defecar. Vea cuáles son los alimentos con fibra.
También se aconseja que durante el primer mes se evite permanecer mucho tiempo sentado, así como conducir.
Posibles complicaciones de la hernia inguinal
La complicación principal de la hernia sucede cuando el intestino queda preso en la pared abdominal, terminando por perder el suministro de sangre. Cuando esto sucede, los tejidos del intestino pueden comenzar a morir, causando dolor intenso, vómitos, náuseas y dificultad para moverse.
Estos casos normalmente suceden en una hernia que no ha recibido tratamiento y deben ser tratados lo más rápido posible en el hospital para evitar la muerte completa de los tejidos. En caso de que suceda, puede ser necesario realizar una cirugía para retirar una parte del intestino.
Además de esto, como consecuencia de la hernia inguinal, puede desarrollarse una hernia escrotal, en la que la hernia alcanza el escroto, que es el tejido que envuelve y protege al testículo. De esta forma, además del estrangulamiento intestinal, también puede haber alteración en la producción y almacenamiento de los espermatozoides, llevando a la infertilidad.
Cómo evitar el surgimiento de una hernia
No en todos los casos es posible evitar el surgimiento de una hernia, sin embargo, existen algunas medidas que pueden disminuir el riesgo, como por ejemplo:
- Practicar ejercicio físico de forma regular, por lo menos 3 veces a la semana, para mantener los músculos fortalecidos;
- Llevar una dieta rica en legumbres y otras fibras, para disminuir las posibilidades de estreñimiento;
- Evitar cargar objetos muy pesados, especialmente sin ayuda.
Además, parar de fumar y mantener un peso ideal corporal también ayuda a reducir la presión en la región abdominal, disminuyendo las posibilidades de una hernia.