Hepatitis aguda: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en octubre 2023

La hepatitis aguda es la inflamación del hígado que dura menos de 6 meses y puede identificarse mediante síntomas como malestar, dolor de cabeza, fatiga, falta de apetito, náuseas, vómitos, y coloración amarillenta de la piel y los ojos.

La hepatitis aguda puede ser causada por virus, el uso prolongado de medicamentos, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y alteraciones en el sistema inmunológico, y comienza de manera repentina. Suele evolucionar de forma benigna y se cura después de algunas semanas o meses. Sin embargo, si persiste durante más de 6 meses, se considera hepatitis crónica.

En algunos casos, la hepatitis aguda puede volverse grave y potencialmente mortal. Por lo tanto, se debe consultar a un hepatólogo siempre que aparezcan síntomas de hepatitis aguda para que pueda realizarse un diagnóstico y comenzar el tratamiento adecuado, que variará según su causa.

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Síntomas de hepatitis aguda

Los principales síntomas de hepatitis aguda son:

  • Cansancio o fatiga;
  • Pérdida de apetito;
  • Fiebre;
  • Dolores en las articulaciones y músculos;
  • Mal estar;
  • Dolores de cabeza;
  • Náuseas;
  • Vómitos,

Después de algunos días desde el inicio de los síntomas, en algunos casos pueden surgir coloración amarilla en la piel y los ojos, la cual se llama ictericia, acompañada o no de picazón en la piel, orina oscura y heces blanquecinas.

Posteriormente, es común seguir un periodo de recuperación, con disminución de señales y síntomas, evolucionando con la curación de la enfermedad. En algunos casos, el proceso inflamatorio de la hepatitis puede durar más de 6 meses, convirtiéndose a ser una hepatitis crónica.

Causas de hepatitis aguda

Dentro de las principales causas de hepatitis aguda se encuentran:

  • Infección con el virus de la hepatitis A, B, C, D y E;
  • Otras infecciones, como adenovirus, citomegalovirus, parvovirus, herpes, fiebre amarilla o COVID-19;
  • El alcoholismo o el uso de drogas de abuso, como la cocaína o la metanfetamina;
  • Hepatitis inducida por medicamentos, como dosis altas de paracetamol, otros medicamentos y hierbas;
  • Condiciones inmunológicas o inflamatorias, como la hepatitis autoinmune o la obstrucción e inflamación de las vías biliares;
  • Alteraciones metabólicas o hereditarias, como la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la hemocromatosis o las enfermedades de Wilson;
  • Cambios relacionados con el embarazo, como la preeclampsia, la eclampsia, el síndrome de HELLP o el síndrome de hígado graso agudo del embarazo;
  • Condiciones isquémicas o vasculares, como el shock cardiogénico, la insolación o el síndrome de obstrucción sinusoidal;
  • Agravamiento de una hepatitis crónica o cáncer.

Además de eso, existe la hepatitis transinfecciosa, que es provocada por infecciones que no suceden directamente en el hígado, pero acompaña infecciones generalizadas graves, como la septicemia.

Cómo diagnosticar

El diagnóstico de la hepatitis aguda lo realiza el hepatólogo o el gastroenterólogo a través de la evaluación de los síntomas, el historial médico, el uso de medicamentos y el consumo de alcohol.

Para confirmar el diagnóstico, el médico debe solicitar pruebas que sean capaces de detectar lesiones en el tejido hepático o alteraciones en el funcionamiento del hígado y las vías biliares, como alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST), gamma-glutamil transferasa (GGT), fosfatasa alcalina, bilirrubina, albúmina y un perfil de coagulación. Conozca más sobre los exámenes que evalúan la función hepática.

Además, se pueden solicitar exámenes de imágenes, como ultrasonido o tomografía, para observar el aspecto del hígado. En caso de que el diagnóstico no esté claro, podría ser necesario realizar una biopsia hepática.

Tratamiento para la hepatitis aguda

El tratamiento de la hepatitis aguda es realizado por un hepatólogo o gastroenterólogo y varía según su causa. El médico puede recomendar tratamiento de apoyo en el hospital, que incluye administración intravenosa de suero y medicamentos para aliviar las náuseas o los vómitos en el caso de hepatitis aguda viral.

En todos los casos de hepatitis aguda se recomienda reposo, aumento de la ingesta de líquidos, suspensión del consumo de alcohol y una dieta ligera, equilibrada y baja en grasa. 

En el caso de que la hepatitis aguda sea causada por medicamentos, el médico también puede recomendar suspender el medicamento responsable de la inflamación. Sin embargo, si fue causada por el consumo de paracetamol, se puede recomendar el uso de N-acetilcisteína. Sepa cómo se utiliza la N-acetilcisteína para la intoxicación por paracetamol.

Cuándo puede ser grave

A pesar de no ser común, cualquier tipo de hepatitis aguda puede volverse grave, principalmente cuando no es detectada a tiempo o cuando el tratamiento no es realizado adecuadamente.

En el caso de que la hepatitis se torne grave, puede comprometer el funcionamiento del hígado y de las vías biliares, aumentando el riesgo de hemorragias, interfiriendo en la producción de proteínas y comprometiendo el sistema inmune, pudiendo afectar otros órganos del cuerpo.

Además de eso, durante la etapa aguda de las hepatitis, se puede desarrollar insuficiencia aguda del hígado, lo cual debe ser realizado el diagnóstico de manera temprana, ya que pueden ser necesarias intervenciones urgentes, como trasplante de hígado.

Cuándo se puede volver fulminante

La hepatitis aguda fulminante o falla hepática aguda, surge en casos muy raros de hepatitis que avanzan de forma muy rápida y perjudican todo el metabolismo del cuerpo.

La hepatitis fulminante se trata de una de las enfermedades más graves del hígado, pudiendo llegar a provocar la muerte en el 70 a 90 % de los pacientes, aumentando el riesgo con la edad.

Los síntomas iniciales de hepatitis fulminante son iguales al de los de una hepatitis común, sumado a la presencia de la orina bien oscura, ojos amarillos, alteraciones del sueño, interferencia en la voz, confusión mental y razonamiento lento, con el riesgo de otras complicaciones, como fallo múltiple de órganos.

Estas complicaciones pueden llevar al fallecimiento de la persona, siendo muy importante pedir ayuda médica urgente, siempre que surjan síntomas que indiquen esta enfermedad.