Estenosis aórtica: síntomas, diagnóstico, causas y tratamiento

La estenosis aórtica es una enfermedad del corazón caracterizada por el estrechamiento de la válvula aórtica, lo que dificulta que la sangre sea bombeada hacia el resto del cuerpo, ocasionando dificultad para respirar, dolor en el pecho y palpitaciones.

Esta enfermedad es causada principalmente por el envejecimiento, aunque también puede presentarse por malformaciones congénitas o por algunas enfermedades crónicas, como insuficiencia renal, colesterol alto hereditario y enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide.

El tratamiento de la estenosis aórtica varía de acuerdo con la gravedad y los síntomas. En los casos leves, puede limitarse al seguimiento médico regular; en los casos sintomáticos, puede incluir el uso de medicamentos, y en los más graves, puede ser necesaria una cirugía para reemplazar la válvula aórtica.

Médico mostrando un modelo de corazón a un paciente

Síntomas de estenosis aórtica

Los principales síntomas de la estenosis aórtica normalmente incluyen:

  • Fatiga, especialmente al realizar ejercicio físico;
  • Palpitaciones cardíacas;
  • Dolor en el pecho, que empeora con el esfuerzo;
  • Dificultad para respirar, especialmente durante la actividad física;
  • Desmayos, debilidad o mareos, sobre todo al hacer ejercicio.

En etapas más avanzadas, la estenosis aórtica puede causar problemas como insuficiencia cardíaca, lo que lleva a síntomas más graves, como cansancio extremo, falta de aire, hinchazón en los tobillos y pies, y tos, en ocasiones con sangre.

Lea también: Insuficiencia cardíaca: síntomas, causas y tratamiento tuasaude.com/es/insuficiencia-cardiaca

Clasificación de la estenosis aórtica

El grado de estenosis aórtica ayuda a determinar la gravedad de la enfermedad y se clasifica como:

1. Estenosis aórtica leve

En este grado, la válvula está un poco estrecha, pero el flujo de sangre sigue siendo suficiente, por lo que normalmente no causa síntomas.

2. Estenosis aórtica moderada

En la estenosis aórtica moderada, la válvula se encuentra más estrecha, lo que hace que el corazón trabaje con mayor esfuerzo para bombear la sangre. Esto puede provocar síntomas leves, como cansancio o falta de aire durante la actividad física.

3. Estenosis aórtica severa

En esta etapa, la válvula está muy estrecha, lo que dificulta de forma importante la salida de la sangre del corazón. Generalmente, provoca síntomas más intensos, como falta de aire, dolor en el pecho y desmayos.

Cómo se hace el diagnóstico

El diagnóstico de la estenosis aórtica generalmente lo realiza el cardiólogo, con base en los síntomas reportados y el examen físico, que incluye escuchar el corazón para detectar soplos cardíacos, alteraciones en el pulso y presión arterial baja.

Para confirmar el diagnóstico, el médico suele solicitar un ecocardiograma, que es un examen que utiliza ultrasonido para generar imágenes del corazón en movimiento, lo que permite evaluar el tamaño de la válvula y la gravedad del estrechamiento. Vea cómo es realizado el ecocardiograma.

Otros exámenes que pueden complementar la evaluación incluyen el electrocardiograma y la prueba de esfuerzo, que evalúa la respuesta del corazón a la actividad física, además de estudios de imagen como radiografía de tórax y tomografía.

En algunos casos, puede ser necesario realizar un cateterismo cardíaco, que permite observar el interior del corazón y obtener imágenes más detalladas de la válvula.

Principales causas

Las principales causas de la estenosis aórtica incluyen:

  • Envejecimiento, siendo más común en personas mayores de 70 años;
  • Condiciones congénitas, como haber nacido con una válvula bicúspide;
  • Infecciones no tratadas, como en la fiebre reumática, que puede dañar la válvula;
  • Enfermedades autoinmunes, como lupus y artritis reumatoide.

Asimismo, condiciones como insuficiencia renal, enfermedad de Paget y colesterol alto hereditario, situación conocida como hipercolesterolemia familiar, también pueden causar estenosis aórtica.

Otros factores que aumentan el riesgo son la presión arterial alta, la diabetes, el tabaquismo y antecedentes de enfermedades cardíacas, ya que pueden acelerar el desgaste y el estrechamiento de la válvula.

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento de la estenosis aórtica depende de la gravedad de la enfermedad y de la presencia de síntomas, y puede incluir:

1. Seguimiento médico

En los casos leves o sin síntomas, el médico puede recomendar solo el monitoreo regular, con consultas de control y exámenes como el ecocardiograma.

En estos casos, las actividades físicas intensas pueden limitarse, incluso si no se presentan síntomas.

2. Medicamentos

Algunos medicamentos pueden utilizarse para controlar los síntomas y tratar enfermedades asociadas, como insuficiencia cardíaca, presión alta o arritmias. Entre ellos se encuentran los anticoagulantes, los diuréticos y los medicamentos para regular el ritmo cardíaco.

Sin embargo, es importante señalar que ningún medicamento detiene la progresión de la estenosis ni revierte el estrechamiento de la válvula.

3. Cirugía

Después de la aparición de los síntomas, la cirugía de reemplazo de la válvula aórtica es la única forma de tratamiento que corrige la enfermedad. Esta puede realizarse a través de los siguientes procedimientos:

  • Reemplazo de la válvula mediante cirugía abierta: es el procedimiento estándar, donde se realiza una cirugía de tórax abierto para acceder al corazón. La válvula dañada se retira y se coloca una nueva válvula;

  • Reemplazo de la válvula mediante catéter: conocido como TAVI o TAVR, en este procedimiento la válvula dañada no se retira, sino que la nueva se coloca encima de la anterior, usando un catéter introducido por la arteria femoral (en la pierna) o mediante una pequeña incisión cerca del corazón.

El reemplazo de válvula mediante catéter generalmente se realiza en personas con mayor gravedad o que no pueden tolerar una cirugía abierta.

En la cirugía de tórax abierto, la válvula puede sustituirse por válvulas mecánicas, hechas de materiales sintéticos, que tienen mayor duración y se recomiendan en personas menores de 60 años. No obstante, requieren el uso continuo de anticoagulantes y revisiones médicas regulares.

También pueden utilizarse válvulas biológicas, hechas con tejido animal o humano, que duran entre 10 y 20 años. Normalmente, se recomiendan en personas mayores de 65 años y, por lo general, no requieren anticoagulantes.

Además, puede realizarse una valvuloplastia con balón, un procedimiento mínimamente invasivo que ensancha temporalmente la válvula estrechada. Aunque alivia los síntomas, sus efectos suelen ser temporales.

Recuperación después de la cirugía

La recuperación después del tratamiento de la estenosis aórtica depende del tipo de procedimiento realizado.

En las cirugías tradicionales o abiertas, la recuperación suele ser más lenta. La persona debe permanecer en el hospital varios días, bajo monitoreo constante. Asimismo, pueden utilizarse drenajes y catéteres de manera temporal, y la recuperación completa generalmente toma algunas semanas, continuando con el seguimiento médico en casa.

En los procedimientos por catéter o valvuloplastia con balón, la recuperación suele ser más rápida. En algunos casos, la persona puede ser dada de alta el mismo día o al día siguiente y retomar pronto sus actividades cotidianas.

Sin embargo, es importante vigilar posibles complicaciones, como sangrado, infecciones, formación de coágulos que puedan causar derrames cerebrales, infartos o problemas con la válvula implantada.

El entorno hospitalario también puede implicar riesgos, como neumonía o infecciones adquiridas durante la estancia.

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