Infecciones nosocomiales: qué son, tipos y prevención

Actualizado en abril 2023

Las infecciones nosocomiales son aquellas infecciones que se pueden adquirir mientras una persona está internada en el hospital, pudiendo manifestarse aún durante el internamiento hospitalario o después del alta, siempre que se relacione con la hospitalización o a procedimientos realizados en el hospital.

Estas infecciones, también conocidas como infecciones intrahospitalarias o infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), son más comunes en personas con el sistema inmune debilitado o que recibieron procedimientos invasivos, como la colocación de un catéter o cirugías, por ejemplo.

Para evitar este tipo de infecciones, que pueden ser más difíciles de tratar debido a los microorganismos multirresistentes en ambientes hospitalarios, es importante promocionar el lavado de manos por parte de los profesionales de la salud antes y después del contacto con el paciente, además de las medidas generales de higiene.

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Principales causas

Durante una hospitalización, algunos de los principales factores que producen una infección son:

  • Desequilibrio de la flora bacteriana de la piel y del organismo, generalmente debido al uso de antibióticos;
  • Debilitamiento del sistema inmune de la persona internada, tanto por la enfermedad, como por el uso de medicamentos;
  • Realización de procedimientos invasivos como colocación de un catéter, sondas, la toma de biopsias, realización de endoscopias o cirugías, por ejemplo, que rompen la barrera de protección de la piel;
  • Mayor tiempo de permanencia en el hospital, ya que esta situación suele relacionarse con una mayor fragilidad de la inmunidad y/o realización de procedimientos invasivos, aumentando el riesgo de infección.

Adquirir una infección en el hospital no es común, ya que es un ambiente en que hay muchas personas enfermedad y están en tratamiento con antibióticos.

Generalmente, los microorganismos que causan la infección hospitalaria no producen infecciones en otras situaciones, debido a que aprovechan el ambiente con pocas bacterias inofensivas y el debilitamiento del sistema inmune del paciente para desarrollarse. A pesar de esto, las bacterias intrahospitalarios suelen desarrollar infecciones graves y de difícil tratamiento, ya que son resistentes a los antibióticos, por lo que en general, es necesario usar antibióticos más potentes para curar este tipo de infecciones.

Quién tiene más riesgo

Cualquier persona puede desarrollar una infección hospitalaria, sin embargo, tienen más riesgo aquellas con un sistema inmune debilitado, como:

  • Personas de la tercera edad;
  • Recién nacidos;
  • Personas con compromiso en el sistema inmune por enfermedades como SIDA, postrasplantados o en tratamiento de medicamentos inmunosupresores;
  • Diabetes mellitus mal controlada;
  • Personas encamadas o con alteración de la consciencia ya que presentan mayor riesgo de aspiración;
  • Enfermedades vasculares con compromiso de la circulación, ya que dificulta la oxigenación y cicatrización de los tejidos;
  • Pacientes con necesidad de uso de dispositivos invasivos, como sonda urinaria, colocación de un catéter venoso, utilización de ventilación por aparatos;
  • Realización de cirugías.

Además, cuanto mayor es el tiempo de hospitalización, mayor es el riesgo de adquirir una infección hospitalaria, debido a que hay mayor exposición a los riesgos y a los microorganismos responsables.

Tipos de infección hospitalaria

Las infecciones relacionadas con el ambiente de la salud pueden clasificarse an algunos tipos de acuerdo al microorganismo y forma de entrada en el cuerpo, en:

  • Endógena, en que la infección es causada por la proliferación de microorganismos de la propia persona, siendo más frecuente en aquellas con el sistema inmune más comprometido;
  • Exógena, es causada por un microorganismo que no forma parte de la microbiota de la persona, siendo adquirido a través de las manos de los profesionales de la salud o como consecuencia de procedimientos, medicamentos o alimentos contaminados;
  • Cruzada, es más común cuando hay varios pacientes en la misma UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), favoreciendo la transmisión de microorganismos entre las personas internadas;
  • Interhospitalaria, son aquellas infecciones llevadas de un hospital a otro, es decir, la persona adquiere una infección en el hospital en el que se le dio el alta, pero fue internada en otro.

Es importante que se identifique el tipo de infección hospitalaria para que la Comisión de Control de Infección del hospital tome las medidas de prevención y control necesarios de microorganismos en el hospital.

Cómo se hace el control

El ministerio de salud de cada país determina que cualquier ambiente que esté destinado a los cuidados de salud, deben poseer ciertos cuidados para prevenir infecciones nosocomiales. En el hospital debe haber una Comisión de control y prevención de infecciones, la cual está formada por un grupo de profesionales de la salud como médicos y enfermeros, que tienen la responsabilidad de estudiar las fuentes y causas de infecciones de aquel hospital, y de elaborar un programa de prevención para reducir al máximo el número de infecciones.

Las actividades importantes de esta comisión pueden ser divididas en:

  • Elaboración de normas y rutinas para la limpieza y desinfección de los ambientes, estableciendo la frecuencia, tipo de desinfectante y de desinfección, especialmente en áreas críticas, como el retén de recién nacidos, áreas quirúrgicas o las UCI, por ejemplo;
  • Determinación de reglas para pacientes, visitantes y profesionales, para disminuir el riesgo de infecciones como limitar el número de visitas, establecimiento de normas y entrenamientos para higiene, recolección de exámenes, aplicación de medicamentos, realización de curativos o preparación de los alimentos;
  • Estimulación de medidas de higiene, principalmente de las manos que son uno de los principales vehículos de transmisión de microorganismos, a través del lavado frecuente o con uso del gel de alcohol. Esta medida debe ser adoptada tanto por los acompañantes de los pacientes como por el equipo médico, siendo importante el monitoreo de esta practica.
  • Orientación para el uso correcto de antibióticos, evitando que los pacientes sean tratados con antibióticos sin necesidad o por antimicrobianos de amplio espectro, impidiendo así el desarrollo de bacterias multirresistentes;
  • Orientación sobre el uso de productos químicos para eliminar microorganismos como germicidas, desinfectantes, antisépticos, agentes de limpieza;
  • Vigilancia de los casos de infección, para entender las causas y elaborar planes de prevención.
  • Establecer, implementar y monitorear protocolos de prevención de infección, que puede puede incluir las precauciones de contacto, medidas para evitar la sepsis y orientaciones sobre el grado de inclinación de la cabecera de pacientes con ventilación mecánica, por ejemplo.

Para disminuir la tasa de infección de un hospital, se deben tener los cuidados básicos con todos los pacientes, independientemente de su diagnóstico y del tratamiento realizado. Asimismo, es importante incentivar el alta hospitalario siempre que sea posible, para evitar la permanencia por largos períodos en el hospital, ya que las probabilidades de adquirir una infección aumentan con el paso del tiempo.

Las actividades desempeñadas por la Comisión de control de infección hospitalaria son realizadas con el objetivo principal de promover la seguridad del paciente, adoptando medidas que disminuyan el riesgo de contraer una infección, como por ejemplo concienciar a los acompañantes y a los equipos médicos acerca de la higienización correcta de las manos. Conozca la técnica adecuada para lavarse las manos.

Infecciones más frecuentes

Las infecciones nosocomiales pueden ser adquiridas en diversas regiones del cuerpo, siendo que los tipos más comunes son:

1. Neumonía

La neumonía adquirida en el hospital suele ser grave y es más común en las personas que están hospitalizadas o que tienen dificultades para deglutir, por el riesgo de aspiración de alimentos o de la saliva. Además, las personas que utilizan dispositivos que ayudan a la respiración tienen más probabilidades de adquirir una infección hospitalaria. Algunas bacterias más comunes en este tipo de neumonía son: Klebsiella, Enterobacter, Pseudomonas, Acinetobacter, Staphylococcus aureus, Legionella, Mycoplasma, además de algunos tipos de virus.

Principales síntomas: dolor en el tórax, tos con secreción amarillenta o sanguinolenta, fiebre, cansancio, falta de apetito y falta de aire.

2. Infección urinaria

La infección urinaria hospitalaria ocurre por el uso de una sonda urinaria durante el período de hospitalización, a pesar de que cualquier persona la puede desarrollar. Algunas de las bacterias más envueltas en esta situación son: Escherichia coli, Proteus sp, Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella sp., Enterobacter sp., Enterococcus faecalis y hongos como la Candida sp.

Principales síntomas: dolor o ardor al orinar, dolor abdominal, sangrado por la orina, fiebre.

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3. Infección de la piel

Las infecciones de la piel son muy comunes debido a: la aplicación de inyecciones a través de las venas para medicamentos o recolección de exámenes, cicatriz de una cirugía, biopsia o la formación de escaras de decúbito. Algunos de los microorganismos que causan ese tipo de infección son: Staphylococcus aureus, Klebsiella sp, Proteus sp, Enterobacter sp, Serratia sp, Streptococcus sp, Enterococcus y Staphylococcus epidermitis.

Principales síntomas: puede haber presencia de área una área enrojecida e hinchazón en la piel, con o sin la presencia de ampollas. Generalmente, la región se encuentra dolorida y caliente, y puede haber producción de secreción purulenta y mal olorosa.

4. Infección de la sangre

La infección del torrente sanguíneo llamada septicemia surge, generalmente, después de la infección de alguna región del cuerpo que terminar diseminándose por el torrente sanguíneo. Este tipo de infección grave, y si no es debidamente tratada puede causar un fallo multiorgánico y riesgo de muerte. Cualquiera de los microorganismos de las infecciones se puede diseminar por la sangre, y algunos de los más comunes son: Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermitis y Candida.

Principales síntomas: fiebre, escalofríos, caída de la presión, latidos del corazón débil, somnolencia.