Virus del Ébola: síntomas, cómo se transmite, tipos y tratamiento

El ébola es una enfermedad grave causada por un virus que puede transmitirse a través del contacto con fluidos o del consumo de animales enfermos, o mediante el contacto con sangre, orina, heces, vómito, semen y fluidos vaginales de personas infectadas.

Los síntomas del ébola aparecen hasta 21 días después del contacto con el virus, pudiendo comenzar con fiebre alta, náuseas, cansancio excesivo y tos, y evolucionar en 1 semana a vómitos con sangre, diarrea con sangre, manchas moradas en la piel y sangrado por el oído, la boca y la nariz, por ejemplo.

El ébola no tiene cura y, por eso, es muy importante evitar la transmisión del virus de persona a persona mediante el internamiento de los pacientes en aislamiento y el uso de equipos de protección especial (EPI).

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Principales síntomas

Los primeros signos y síntomas del virus del Ébola pueden aparecer entre 2 a 21 días, después del contagio, e incluyen:

  • Fiebre por encima de 38ºC;
  • Náuseas;
  • Dolor de garganta;
  • Tos;
  • Cansancio excesivo;
  • Fuertes dolores de cabeza.

Al cabo de 1 semana, la enfermedad se puede agravar, causando el surgimiento de nuevos síntomas como:

  • Vómitos (que puede contener sangre);
  • Diarrea (que puede contener sangre);
  • Garganta inflamada;
  • Hemorragias que conducen al sangrado por la nariz, oído, boca o región íntima;
  • Manchas o ampollas de sangre en la piel;

Además, pueden presentarse alteraciones cerebrales que, en casos graves, pueden llevar al coma o incluso a la muerte.

Ante la sospecha de una infección por ébola, se recomienda evitar el contacto con otras personas y acudir a un centro de tratamiento lo antes posible, ya que iniciar la atención temprana aumenta las posibilidades de recuperación.

Asimismo, es importante tener especial precaución con los vómitos y la diarrea, para impedir que otras personas entren en contacto con estos fluidos.

Cómo surgió el ébola

Los primeros casos de muerte por el virus del Ébola se registraron en África Central en 1976, cuando los humanos se infectaron al entrar en contacto con cadáveres de monos.

Aunque se desconoce con certeza el origen del Ébola, se sabe que el virus está presente en algunas especies de murciélagos, que no desarrollan la enfermedad pero pueden transmitirla.

De este modo, es posible que ciertos animales, como monos o jabalíes, consuman frutas contaminadas con la saliva de los murciélagos y, como consecuencia, infecten a los humanos al ser consumidos como alimento.

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Tras la infección inicial a través de los animales, los humanos pueden transmitir el virus entre sí mediante la saliva, la sangre y otras secreciones corporales, como el semen o el sudor.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico del Ébola es complicado, ya que los síntomas iniciales no son específicos. Por ello, es importante que se base en los resultados de más de una prueba de laboratorio; un resultado se considera positivo únicamente cuando el virus se identifica en más de una de estas pruebas.

Además de los análisis, es fundamental que el diagnóstico tenga en cuenta los signos y síntomas que presenta la persona, así como la posible exposición al virus durante los 21 días previos a la aparición de los síntomas.

Es crucial que, inmediatamente después de detectar la sintomatología inicial o confirmar el diagnóstico, la persona sea trasladada a aislamiento hospitalario para iniciar el tratamiento adecuado y evitar la transmisión a otras personas.

Cómo se transmite

La transmisión del ébola ocurre a través del contacto directo con sangre, saliva, lágrimas, sudor o semen de pacientes y de animales infectados, incluso después de su muerte.

También puede ocurrir cuando el paciente, estornuda o tose sin protegerse la nariz o boca, al contrario de la gripe es necesario estar muy próximo y en contacto más frecuente con el paciente, para contraer la enfermedad. 

Normalmente, personas que estuvieron en contacto con pacientes con ébola deben ser vigilados durante tres semanas, a través de la medición de la temperatura corporal 2 veces al día, y en caso de presentar fiebre por encima de los 38,3 º C debe ser internado para iniciar el tratamiento.

Tipos de virus del Ébola

Existen 5 tipos de virus del Ébola, denominados de acuerdo a la región donde se originaron la primera vez, aunque cualquier tipo de ébola presenta alta tasa de mortalidad y producen los mismos síntomas en los pacientes.

Los 5 tipos de ébola conocidos son:

  • Ébola Zaire;
  • Ébola Bundibugyo;
  • Ébola Costa de Marfil;
  • Ébola Reston;
  • Ébola Sudán.

Cuando la persona se contagia con un tipo de virus del Ébola y sobrevive, crea anticuerpos contra ese tipo de virus, sin embargo, no está inmune a los otros cuatro tipos, pudiendo contraer ébola nuevamente.

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Quién tiene mayor riesgo

La infección por ébola es más frecuente en personas que estuvieron recientemente en África o entraron en contacto con otros individuos que estuvieron en dicho continente, en especial durante el brote de la enfermedad. 

La transmisión entre personas parece ocurrir particularmente mediante el contacto con la sangre u otras secreciones de la persona infectada, como saliva, heces, orina o semen, por ejemplo. 

Cómo es realizado el tratamiento

No existe un medicamento específico para tratar la infección por el virus del Ébola. El tratamiento se realiza según los síntomas que presenta la persona y siempre en aislamiento, con el objetivo de evitar la transmisión del virus a otros individuos.

El cuidado se centra en mantener a la persona hidratada y asegurar que la presión arterial y los niveles de oxígeno se mantengan dentro de los valores normales.

Además, se pueden administrar medicamentos para controlar el dolor, la fiebre, la diarrea y los vómitos, así como fármacos específicos para tratar otras infecciones que puedan estar presentes.

Es fundamental que la persona permanezca en aislamiento para prevenir la propagación del virus, ya que esta enfermedad se transmite fácilmente de una persona a otra.

Aunque actualmente no existe un tratamiento específico para eliminar el virus, se están realizando diversos estudios que analizan el potencial de productos sanguíneos, inmunoterapia y fármacos para combatir la enfermedad y reducir la carga viral.

Cómo prevenir el ébola

Las medidas de prevención del virus del Ébola son:

  • Evitar áreas de brote o asistir a locales públicos;
  • Lavar las manos con agua y jabón varias veces al día;
  • Mantenerse alejado de los enfermos y fallecidos con ébola, porque ellos también pueden transmitir la enfermedad;
  • No comer carne de caza;
  • Tener cuidado con los murciélagos, debido a que son reservorios naturales del virus, así como evitar el contacto con otros animales infectados;
  • No tener contacto con los fluidos corporales de una persona infectada, como sangre, vómitos, heces o diarrea, orina, secreciones de tos o estornudos y secreciones íntimas;
  • Usar guantes, ropa de goma, lentes de protección y una máscara cuando esté en contacto con una persona infectada, evitar tocarla y desinfectar todo el material después de su uso;
  • Quemar todas las prendas de ropa de la persona que falleció por causa del ébola.

Como la infección por ébola puede demorar hasta 21 días para ser descubierta, durante un brote de esta enfermedad, se recomienda evitar viajar a los sitios afectados, así como a las zonas que hacen frontera con esos países.

Otra medida que puede ser útil es evitar lugares públicos con grandes concentraciones de personas, porque no siempre se sabe quién puede estar infectado, debido a que es de fácil transmisión el virus.