Derrame pericárdico: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en enero 2024

El derrame pericárdico es el exceso de líquido en la membrana que envuelve el corazón, conocida como pericardio, lo que da como resultado el surgimiento de síntomas como dolor en el pecho, aumento de los latidos del corazón, dificultad para respirar, mareos y sensación de desmayo.

Esta situación puede ser causada por infecciones, inflamaciones, lesiones traumáticas o ruptura de la pared pericárdica, lo que genera taponamiento cardíaco, condición que interfiere directamente en el flujo de sangre hacia los órganos y tejidos.

El tratamiento del derrame pericárdico debe ser llevado a cabo inmediatamente en el hospital por el cardiólogo, pues es una emergencia médica, pudiendo ser indicado el uso de medicamentos o incluso cirugía, con el objetivo de evitar complicaciones.

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Síntomas del derrame pericárdico

Entre los principales síntomas del derrame pericárdico se incluyen:

  • Dolor o sensación de presión en el pecho, generalmente por detrás del esternón o en el lado izquierdo del pecho;
  • Falta de aire o dificultad para respirar, la cual mejora al sentarse y empeorar al acostarse;
  • Aumento de los latidos del corazón;
  • Cansancio excesivo o debilidad;
  • Hinchazón en el abdomen, piernas o brazos;
  • Náuseas y/o vómitos;
  • Mareos y/o vértigo;
  • Confusión y/o ansiedad;
  • Desmayo.

Asimismo, también puede ocurrir el aumento de tamaño de las venas del cuello, coloración azulada en labios y uñas, piel húmeda y fría, tos, ronquera o dificultad para tragar, por ejemplo.

Los síntomas del derrame pericárdico varían según la velocidad de acumulación de líquido y la cantidad acumulada en el espacio pericárdico, lo que influye directamente en la gravedad de la enfermedad, y están relacionados con la alteración del suministro de sangre y de oxígeno hacia el cuerpo.

Ante la presencia de síntomas de derrame pericárdico, se debe acudir al hospital más cercano inmediatamente, con la finalidad de realizar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado lo antes posible.

¿El derrame pericárdico es peligroso?

El derrame pericárdico es peligroso y se considera una emergencia médica, pues con la acumulación de líquido en el espacio pericárdico, el corazón no logra bombear la cantidad de sangre suficiente hacia los órganos y tejidos, lo que puede dar como resultado un estado de shock y, si no es tratado a tiempo, la muerte.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico del derrame pericárdico es realizado por el cardiólogo en el hospital a partir de la evaluación de los síntomas, el análisis de los antecedentes de salud y la realización de exámenes físicos, como auscultación cardíaca, por ejemplo.

Asimismo, el médico debe solicitar exámenes de imagen, como radiografía de tórax, tomografía computarizada o resonancia magnética, además de electrocardiograma y ecocardiograma, para confirmar el diagnóstico y descartar condiciones con síntomas semejantes, como miocardiopatía dilatada, infarto o embolia pulmonar, por ejemplo.

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Posibles causas

El derrame pericárdico es causado por inflamaciones, infecciones o traumas en el pericardio, los cuales ocasionan la producción excesiva de líquidos que se acumulan en el espacio pericárdico, generando así los síntomas.

De esta forma, las principales causas del derrame pericárdico incluyen:

  • Pericarditis, causada por infecciones bacterianas, virales, fúngicas o parasitarias;
  • Enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide o síndrome de Sjögren;
  • Cáncer en el corazón o en el pericardio, o metástasis de cáncer de pulmón, mama o linfoma;
  • Radioterapia en el tórax;
  • Lesiones o traumas en el tórax, causadas por accidentes de tránsito, armas blancas o armas de fuego;
  • Problemas cardiovasculares, como el síndrome de Dressler, insuficiencia cardíaca congestiva, rotura de la arteria aorta o cirugía cardíaca;
  • Acumulación de la urea en sangre como consecuencia de enfermedad renal crónica;
  • Enfermedades, como cirrosis, hipotiroidismo, síndrome de hiperestimulación ovárica o hipertensión pulmonar grave;
  • Hidropesía fetal.

Además, el derrame pericárdico también puede ser causado por el uso de medicamentos, como la fenitoína, procainamida, isoniacida o anticoagulantes, o por la exposición a toxinas.

En una persona saludable, la cantidad de líquido en el espacio pericárdico es de 15 a 50 ml, y las situaciones antes mencionadas pueden generar una acumulación de líquido que puede llegar de 150 a 200 ml en condiciones agudas, o hasta 2 litros de líquido en condiciones crónicas, dando origen al derrame pericárdico y al taponamiento cardíaco.

Cómo debe ser el tratamiento

El tratamiento del derrame pericárdico es llevado a cabo en el hospital por el cardiólogo y varía de acuerdo con la causa, la cantidad de líquido acumulado y la consecuencia que puede traer al funcionamiento del corazón.

De esta manera, en caso de derrame pericárdico de grado leve, donde hay un bajo riesgo de compromiso de la función cardíaca, el tratamiento consiste en el uso de medicamentos como aspirina, ibuprofeno o corticosteroides, como la prednisona, por ejemplo, que disminuyen la inflamación y los síntomas de la enfermedad.

No obstante, si hay riesgo de problemas cardíacos, puede ser necesaria la eliminación de este líquido a través de los siguientes procedimientos:

  • Pericardiocentesis: procedimiento que consiste en la introducción de una aguja y un catéter en el espacio pericárdico para drenar el líquido acumulado;
  • Cirugía: utilizada para drenar el líquido y reparar las lesiones en el pericardio que causaron el derrame;
  • Pericardiectomía: consiste en la remoción, a través de cirugía, de una parte o de todo el pericardio. Esta opción es empleada principalmente en el tratamiento de derrames pericárdicos.

De esta forma, es importante que el diagnóstico y el tratamiento sean llevados a cabo lo antes posible para evitar el surgimiento de complicaciones.