Citología: qué es, para qué sirve y tipos (cervical, exfoliativa...)

Actualizado en septiembre 2023

La citología es un examen que tiene como objetivo evaluar células en una región específica del cuerpo o fluido, pudiendo identificar la presencia de signos de inflamación, infección, sangrado o cáncer al observar la muestra bajo un microscopio.

Este examen suele estar indicado para analizar el contenido de quistes, nódulos, líquidos inusuales que se acumulan en cavidades corporales o secreciones anormales como el esputo.

Algunos de los principales tipos de citología son las que se realizan en la punción aspirativa de nódulos tiroideos o mamarios, así como en las exploraciones ginecológicas o en la aspiración de secreciones respiratorias, por ejemplo.

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Para qué sirve

La prueba de citología sirve para investigar y diagnosticar algunas condiciones, que incluyen:

  • Inflamación;
  • Infecciones como el VPH y la tuberculosis, por ejemplo;
  • Cáncer;
  • Quistes y nódulos en la tiroides y la mama, por ejemplo;
  • Sangrado sin causa aparente.

El examen de citología está indicado principalmente en mujeres como una forma de prevenir el cáncer de cuello uterino, por ejemplo, porque al evaluar las células que forman parte del tejido uterino se puede observar si existen signos que indiquen infección por el virus VPH y/o cáncer de cuello uterino.

Cuál es la diferencia entre citologia e histologia

La citología es un examen que evalúa las características de las células presentes en un determinado material recolectado, mientras que la histología es un examen que tiene como objetivo evaluar trozos completos de tejido, que a su vez corresponde al conjunto de células especializadas en una determinada función, siendo posible entonces observar la composición y arquitectura del material.

De esta forma, se puede decir que la citología y la histología son pruebas complementarias y pueden ser solicitadas juntas por el médico.

Principales tipos

Algunos ejemplos de citologías son los siguientes:

1. Citología cervical o vaginal

La citología cervical, conocida también como citología vaginal o papanicolau, consiste en la realización de un raspado de la región del cuello uterino para recolectar muestras de células de esta zona, que serán fijadas en una lámina y enviadas al laboratorio.

Esta prueba es capaz de identificar infecciones vaginales, infecciones de transmisión sexual y signos de cáncer de cuello uterino. La búsqueda de células cancerígenas también es conocida como citología oncológica, prueba muy importante para el diagnóstico temprano y la prevención del cáncer de cuello uterino. Conozca cómo se realiza la prueba de Papanicolau y entienda los resultados.

2. Citología exfoliativa

La citología exfoliativa estudia las células descamadas naturalmente o de forma manual de las superficies corporales, principalmente para determinar la presencia o ausencia de enfermedades neoplásicas. La citología exfoliativa es realizada para tomar muestras de las células de la piel, moco, del tracto gastrointestinal o ginecológicas.

3. Citología aspirativa de la tiroides

La citología aspirativa o punción aspirativa con aguja fina (PAAF) de la tiroides es una prueba muy importante para evaluar nódulos y quistes de esta glándula, pues es capaz de indicar si se trata de una lesión benigna o maligna.

En esta prueba, el médico realizará una punción en el nódulo, pudiéndose guiar mediante una ecografía, para obtener muestras de las células que lo componen. Luego, el material es colocado en una lámina para ser analizado en un microscopio, con la finalidad de observar si las células poseen características anómalas que puedan sugerir cáncer.

De esta forma, la citología aspirativa es útil para orientar la mejor forma de tratamiento para un nódulo. En los casos benignos, está indicado únicamente el seguimiento; y en los casos sospechosos de malignidad, está indicada la cirugía para extirpar la tiroides, así como la quimioterapia en caso de que sea identificado un cáncer. Conozca más sobre cuándo se realiza la punción de tiroides y cómo interpretar los resultados.

4. Citología aspirativa de la mama

La punción aspirativa de la mama es una de las citologías más frecuentes e importantes para evaluar características de quistes o nódulos mamarios, en especial cuando crecen rápidamente o presentan características sospechosas de cáncer. Conozca cuál es el riesgo de que el quiste mamario sea cáncer.

Así como en la punción de la tiroides, la recolecta de la muestra puede ser guiada o no por ecografía, y luego, esta es enviada al laboratorio para realizar la citología y evaluar las células que componen el material aspirado.

5. Citología de secreciones respiratorias

Las secreciones respiratorias, como el esputo de los pulmones o el moco nasal, generalmente pueden recolectarse por aspiración, para que sean evaluadas en el laboratorio. Este tipo de prueba suele ser solicitada para identificar el microorganismo causante de alguna infección, como hongos o bacterias, como por ejemplo el bacilo de la tuberculosis. Asimismo, también puede valorar la presencia de células cancerígenas, sangre o signos de alergia.

6. Citología de fluidos corporales

Mediante citología pueden ser evaluados otros tipos de fluidos y líquidos del cuerpo, siendo un ejemplo frecuente la citología de la orina, cuando se investiga la presencia de infecciones o inflamaciones de las vías urinarias.

Otro ejemplo importante es la citología del líquido ascítico, que es un fluido que se acumula en la cavidad abdominal debido, principalmente, a enfermedades abdominales, como cirrosis, por ejemplo. Esta prueba puede ser solicitada para determinar la causa de la ascitis, así como para investigar infecciones o incluso signos de cáncer abdominal. Conozca más sobre qué es la ascitis y los principales síntomas.

Por otra parte, también pueden ser recolectados otros fluidos para citología, como el líquido que se acumula en la pleura, que es el espacio entre las membranas que recubren los pulmones; en el pericardio, que es la membrana que recubre el corazón, o incluso el líquido que se acumula en las articulaciones debido a artritis causada por enfermedades autoinmunes o infecciosas, por ejemplo.