Angiografía: qué es, para qué sirve y cómo se realiza

Actualizado en marzo 2023

La angiografía, también conocida como angiograma o arteriografía, es una prueba de diagnóstico que permite visualizar los vasos sanguíneos y evaluar la circulación de la sangre en su interior. Está indicado para el diagnóstico de enfermedades como aneurisma, malformaciones de vasos, hemorragia cerebral, aterosclerosis e incluso para investigar y localizar sangrados u obstrucciones en los vasos presentes en el abdomen, corazón y riñones, por ejemplo.

Este examen puede ser realizado en diferentes partes del cuerpo, como el cerebro, corazón o pulmones, y aunque normalmente se realiza con radiografías, algunas veces también puede utilizarse resonancia magnética o tomografía computarizada y un líquido de contraste intravenoso.

Antes de realizar la angiografía, es importante conversar con el médico debido a los riesgos de sangrado y alteración en la función de los riñones. Generalmente, la angiografía se realiza en el hospital con anestesia local y la persona puede regresar a casa después de algunas horas después del examen. 

Imagem ilustrativa número 1

Para qué sirve la angiografía

La angiografía está indicada para el diagnóstico de:

  • Aneurismas;
  • Malformaciones de vasos;
  • Hemorragia cerebral;
  • Obstrucción de vasos sanguíneos;
  • Hemorragia pulmonar;
  • Retinopatía diabética;
  • Tumores;
  • Localizar sangrados.

Además, la angiografía también puede indicarse en el tratamiento de algunas enfermedades como hemorragia gastrointestinal, enfermedad arterial coronaria, fístulas de vasos, fibromas uterinos y varicocele, por ejemplo.

Tipos de angiografia

Los principales tipos de angiografía son:

  • Angiografía cerebral: está indicada para evaluar los vasos sanguíneos del cerebro e identificar alteraciones como malformaciones, aneurismas y placas de aterosclerosis en los vasos;
  • Angiografía coronaria: normalmente es utilizada para evaluar los vasos sanguíneos del corazón. También conocida como cateterismo cardíaco;
  • Angiografia ocular o angiografía con fluoresceína: es utilizada para identificar alteraciones en vasos de la retina usando una cámara especial para obtener las imágenes;
  • Angiografía pulmonar: permite evaluar la circulación de la sangre en los vasos de los pulmones, pudiendo indicarse en caso de sospecha de embolia pulmonar y malformaciones de vasos, por ejemplo.

Además, actualmente también existen técnicas menos invasivas de angiografía que usan la tomografía computarizada o resonancia magnética para evaluar la circulación sanguínea de los vasos.

Cómo prepararse para la prueba

Para realizar la angiografía, es importante permanecer en ayunas durante 8 horas para evitar vómitos y regurgitación de alimentos, en especial si la persona necesita sedación al momento del examen.

Además, en algunos casos es necesario suspender el uso de ciertos medicamentos de 2 a 5 días antes del procedimiento, tales como anticoagulantes, como el Coumadin (warfarina), el Lovenox (enoxaparina) o la aspirina (ácido acetilsalicílico) de acuerdo a la orientación del médico.

Cómo se realiza el examen

La angiografía se realiza con la administración de anestesia en la zona del procedimiento e introducción del catéter, que es un tubo fino dentro de una arteria en la ingle o en la muñeca hasta llegar a la zona en que se pretende observar los vasos sanguíneos.

Después de colocar el catéter, el médico inyecta el contraste y toma varias imágenes con radiografías de la zona donde está la punta del catéter, las cuales permiten analizar los vasos sanguíneos por donde pasa el contraste.

Durante el angiograma, la persona permanece despierta; sin embargo, como el paciente debe evitar moverse, el médico podría aplicar un medicamento para sedarlo, por lo que es posible sentir un poco de sueño. 

Esta prueba dura alrededor de una hora, y es posible volver a casa justo después, pues no es necesario usar anestesia general. En ciertos casos, también puede requerirse la colocación de un punto de sutura y, posteriormente, la aplicación de un apósito en la zona donde fue introducido el catéter. 

Cuidados después de la prueba

En las 24 horas posteriores a la angiografía, se debe permanecer en reposo y no realizar actividad física, con la finalidad de evitar sangrados. Por otra parte, los medicamentos de uso habitual solo deben tomarse cuando el médico lo indique. 

Riesgos de la angiografía

El riesgo más común de esta prueba es que surja una reacción alérgica debido al contraste que es empleado; no obstante, el anestesiólogo está preparado para revertir esta situación en caso de haya necesidad. El contraste también puede causar problemas renales. Asimismo, también puede haber sangrado en la zona de inserción del catéter. Conozca más sobre los riesgos de las pruebas con uso de contraste

Contraindicaciones de la angiografía

La angiografía normalmente está contraindicada en personas con obesidad mórbida, durante el embarazo y en caso de antecedentes de alergia grave y contrastes con yodo.

Además, este examen debe evitarse en personas con problemas de coagulación debido al riesgo de sangrado, en diabéticos bajo tratamiento con metformina y en caso de enfermedades que afecten la función de los riñones.