La adenoiditis es la inflamación de las adenoides, que son glándulas del sistema inmunitario en la parte interna de la nariz y en la parte posterior de la garganta, que crecen hasta los 6 años de edad y luego desaparecen en la adolescencia, las cuales, cuando están hinchadas, dificultan el paso de aire hacia los pulmones.
La adenoiditis puede estar causada por infecciones virales o bacterianas o exposición al humo de cigarro, por ejemplo. Por lo que es importante estar atento a los casos de rinitis alérgica crónica en niños, lo cuales pueden desarrollar esta enfermedad con el paso del tiempo, ocasionando dificultades como sueño irregular y somnolencia.
Dado que puede ser una condición bastante incómoda, se recomienda consultar un otorrinolaringólogo para iniciar el tratamiento adecuado, el cual normalmente es realizado con el uso de antibióticos o lavados nasales o en casos crónicos, por medio de una cirugía.
Principales síntomas
La presencia de adenoiditis provoca síntomas como:
- Ronquidos;
- Sensación de nariz siempre congestionada;
- Respiración por la boca;
- Sueño intranquilo;
- Pausa en la respiración al dormir;
- Mal aliento;
- Labios secos o agrietados;
- Infecciones frecuentes de garganta y de oído;
- Resfriados constantes.
Aparte de estos síntomas, la adenoiditis incluso puede generar malposiciones dentales, voz nasal e irritabilidad en los niños. Al surgir estos síntomas, se recomienda consultar al pediatra, médico general u otorrinolaringólogo para que sea examinada la parte interna de la nariz.
Estos síntomas pueden empeorar con la contaminación, la exposición al humo de cigarro, la rinitis alérgica crónica y las infecciones por bacterias, hongos y virus, pues pueden aumentar la inflamación de las partes internas de la nariz.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico debe ser realizado por un otorrinolaringólogo con base en los signos y síntomas presentados, además de es común que los niños con adenoiditis desarrollen una apariencia específica que caracteriza por tener un rostro alargado, dientes frontales, también llamados incisivos, de gran tamaño, una mandíbula que no se ha desarrollado por completo y un paladar curvado.
Además, el médico puede solicitar estudios especiales para confirmar el diagnóstico, como un examen de la cavidad bucofaríngea, radiografías e incluso una nasolaringoscopia, en el que introduce una cámara a través de la nariz para poder observar la cavidad nasofaríngea.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento con antibióticos suele indicarse en los casos agudos, sin embargo, en aquellos que son crónicos el médico puede indicar la realización de una adenoidectomía, que es la cirugía para retirar las adenoides. Esta se realiza bajo anestesia general y la persona suele volver a casa al día siguiente. Luego de este procedimiento quirúrgico, la recuperación es rápida y el médico podrá recetar antibióticos y analgésicos que prevengan infecciones y alivien el dolor.
Asimismo, es necesario que la persona permanezca en reposo por unos días y evite alimentos duros y calientes. Se recomienda informar al médico rápidamente en caso de que surjan síntomas como fiebre o sangrado por la nariz o la boca, pues estos signos podrían indicar el desarrollo de ciertas complicaciones.
