El aceite de ricino es un aceite vegetal extraído de las semillas de la planta medicinal Ricinus communis, el cual es rico en ácido ricinoleico, con propiedades laxantes, razón por la cual es muy utilizado en la medicina tradicional por vía oral para el tratamiento del estreñimiento.
Asimismo, debido a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, humectantes, analgésicas y antimicrobianas, el aceite de ricino también es indicado para uso tópico, sobre la piel, para ayudar a aliviar los síntomas de la artritis, o para promover la hidratación de la piel y del cabello.
El aceite de ricino, también conocido como aceite de higuereta, higuerilla, tártago, castor, entre otros, puede ser encontrado en tiendas de productos naturales, tiendas online, supermercados o en ciertas farmacias, y debe ser empleado bajo indicación de un médico o un fitoterapeuta.

Para qué sirve y beneficios
El aceite de ricino es popularmente indicado para:
- Prevenir o tratar la sequedad de la piel;
- Aumentar la elasticidad y la suavidad de la piel;
- Hidratar el cabello;
- Mejorar la salud de los folículos capilares;
- Mejorar la apariencia del cabello, aumentando su brillo;
- Sellar las cutículas de las hebras del cabello, reduciendo el quiebre y las puntas abiertas;
- Reducir la sequedad del cabello;
- Hidratar y nutrir la piel del cuero cabelludo;
- Reducir la sequedad e irritación del cuero cabelludo;
- Ayudar a combatir la caspa;
- Nutrir y fortalecer las pestañas, la barba y las cejas;
- Cicatrizar la piel;
- Prevenir y combatir inflamaciones o infecciones en la piel;
- Aliviar la comezón y las erupciones cutáneas en la piel;
- Aliviar el dolor muscular o en la espalda;
- Aliviar la artritis;
- Aliviar el reumatismo.
Los beneficios del aceite de ricino sobre la piel se deben principalmente a las sustancias presentes en su composición, como ácido ricinoleico, vitamina E, ácidos grasos y sales minerales, con propiedades humectantes, antiinflamatorias, antimicrobianas y antioxidantes, las cuales ayudan a mantener la hidratación de la piel y del cuero cabelludo, evitando la pérdida de agua, además de nutrir la piel y disminuir su inflamación.
Asimismo, debido a sus propiedades laxantes, el aceite de ricino puede ser indicado en la medicina tradicional para el tratamiento del estreñimiento ocasional.
Cómo usarlo
El aceite de ricino es extraído de las semillas de la planta Ricinus communis y es utilizado de acuerdo con su finalidad:
- Para hidratar el cabello: puede aplicarse directamente en el cuero cabelludo o colocarse en una mascarilla para hidratación. Dejar reposar durante 30 minutos y lavar el cabello y el cuero cabelludo a continuación;
- Para hidratar la piel: puede aplicarse directamente en la piel mediante ligeros masajes;
- Para aliviar el dolor en la espalda, muscular, la artritis o el reumatismo: aplicar directamente sobre la región afectada, masajeando suavemente y, a continuación, aplicar una compresa tibia en la zona, de 20 a 30 minutos, 1 vez al día;
- Para tratar el estreñimiento: tomar 1 cucharada al día, según la recomendación médica.
El aceite incluso puede utilizarse para combatir las piedras en la vesícula; sin embargo, se recomienda consultar a un gastroenterólogo o un fitoterapeuta para las indicaciones de su uso. Conozca otras opciones de remedio casero para las piedras en la vesícula.
Posibles efectos secundarios
El aceite de ricino, cuando es utilizado por vía oral, de forma excesiva o en cantidades mayores de las recomendadas, puede causar efectos secundarios como cólicos intensos, náuseas, vómitos, diarrea, hinchazón abdominal, mareos, alucinaciones, dificultad respiratoria y deshidratación. En estos casos, es importante buscar atención médica inmediatamente.
Asimismo, si es aplicado en grandes cantidades en la piel o en el cuero cabelludo, puede causar irritación, dermatitis de contacto o el surgimiento de manchas, en caso de que la región esté mucho tiempo expuesta al sol.
Contraindicaciones
El aceite de ricino no debe ser empleado en niños, lactantes ni mujeres embarazadas, pues puede inducir el parto.
Además, el aceite de ricino no debe ser utilizado por personas con sospecha o confirmación de apendicitis, obstrucción o perforación de los intestinos, o síndrome del intestino irritable.
El aceite de ricino tampoco debe ser empleado en persona bajo tratamiento con diuréticos o corticosteroides, pues puede reducir mucho lo niveles de potasio en el cuerpo, lo que puede dar como resultado efectos secundarios graves, con síntomas como debilidad, fatiga, calambres musculares, hormigueo, adormecimiento, arritmia cardíaca y distensión abdominal.
Las semillas de la planta de ricino son tóxicas debido a la presencia de una toxina conocida como ricina en su composición, por lo que no deben ser consumidas, aplicadas en la piel o inhaladas. Esta toxina no se encuentra presente en el aceite de ricino, pues es filtrada durante la extracción del aceite de las semillas. No obstante, el aceite de ricino debe ser empleado solo bajo orientación médica, y no se debe intentar extraer el aceite de las semillas de la planta de ricino en casa.