Aceite de copaiba: para qué sirve y contraindicaciones

Actualizado en mayo 2023
Evidencia científica

El aceite de copaiba o bálsamo de copaiba sirve para ayudar en la cicatrización de heridas, tos o para aliviar los síntomas de la artritis o de la urticaria, por ejemplo, debido a que posee propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes, analgésicas y expectorantes.

Asimismo, el aceite de copaiba también es empleado en diversas pomadas y cremas antiinflamatorias y cicatrizantes, así como en lociones, champú anticaspa, productos para el cuidado oral y acné, jabones y productos para higiene íntima.

El aceite de copaiba es un producto resinoso extraído del tronco de la copaiba, un árbol de la especie Copaifera officinalis, y puede encontrarse en farmacias o tiendas de productos naturales en forma de cápsulas o aceite esencial, y su uso debe ser siempre realizado bajo la orientación de un médico o de otro profesional de salud que tenga experiencia con el uso de plantas medicinales y productos naturales. 

Imagem ilustrativa número 1

Para qué sirve

Las principales indicaciones del aceite de copaiba son:

  • Cicatrización y desinfección de heridas;
  • Tos y bronquitis;
  • Gripe y resfriados;
  • Diarrea;
  • Infección en los riñones o en la uretra;
  • Cistitis;
  • Problemas de piel, como psoriasis o eccema;
  • Gastritis, Helicobacter pylori y úlceras;
  • Micosis de piel;
  • Urticaria;
  • Hemorroides;
  • Artritis reumatoide;
  • Tendinitis. 

El aceite de copaiba también puede emplearse para combatir infecciones que pueden ser transmitidas por vía sexual, principalmente el herpes genital y la sífilis. 

Propiedades del aceite de copaiba

El aceite de copaiba es rico en sesquiterpenos como beta-cariofileno y beta-bisaboleno, que son las sustancias activas responsables por sus propiedades cicatrizantes, antisépticas, antibacterianas, diuréticas, antiinflamatorias, cicatrizantes, expectorantes, analgésicas, antirreumáticas y antidiarreicas. 

Asimismo, ciertos estudios indican que el aceite de copaiba también presenta propiedades que han demostrado ser eficaces para contribuir al tratamiento de diferentes tipos de cáncer y de la tuberculosis. Sin embargo, aún son necesarios más estudios que confirmen estas propiedades. Conozca también algunos alimentos qué ayudan a prevenir el cáncer. 

Cómo usar

El aceite de copaiba puede emplearse en forma de aceite esencial o en cápsulas. Las principales formas de usar el aceite esencial son:

  • Aceite esencial de copaiba (para uso oral): adicionar 1 gota de aceite esencial de copaiba en un vaso con agua, jugo o en una taza de té y beber 1 vez al día, para ayudar en problemas digestivos, respiratorios o fortalecer el sistema inmunitario;
  • Aceite esencial de copaiba (para uso externo): mezclar 1 o 2 gotas de aceite esencial de copaiba con otro aceite vegetal, como el de almendras o el de coco, y aplicar sobre la piel 1 vez al día;
  • Aceite esencial de copaiba (para inhalación): aplicar de 3 a 4 gotas de aceite esencial de copaiba en el difusor o vaporizador e inspirar el vapor, 1 vez al día, para ayudar a mejorar problemas respiratorios como asma o bronquitis;
  • Cápsulas de aceite de copaiba: tomar por vía oral 1 cápsula de 250 mg de aceite de copaiba hasta 2 veces por día. 

La duración del tratamiento con aceite de copaiba depende de la orientación e indicación médica. 

Posibles efectos secundarios

El aceite de copaiba es seguro para la mayoría de los adultos cuando es consumido por vía oral o utilizado sobre la piel en las dosis recomendadas. Sin embargo, cuando es consumido o empleado en cantidades excesivas, puede ocasionar algunos efectos secundarios que incluyen dolor de estómago, náuseas, vómitos, diarrea, temblores, insomnio, enrojecimiento o comezón en la piel. 

Contraindicaciones

Por no haber información suficiente que confirme su seguridad, el aceite de copaiba ingerido o de uso tópico no debe ser usado en niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia. 

Asimismo, debe ser utilizado bajo orientación médica en personas con trastornos estomacales, como gastritis o úlcera, por ejemplo.