Vigorexia: qué es, causas, consecuencias y tratamiento

La vigorexia, también conocida como síndrome de Adonis o trastorno dismórfico muscular, es una enfermedad psicológica caracterizada por una constante insatisfacción con el cuerpo, en que la persona se ve muy delgada y débil cuando en realidad es fuerte y tiene músculos bien desarrollados, por ejemplo.

Este trastorno es más común en hombres entre 18 y 35 años y conduce a la práctica exhaustiva de ejercicios físicos, siempre con aumento de carga, además de excesiva preocupación por la alimentación y el uso de anabolizantes, que pueden traer riesgos para la salud.

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Principales causas

La vigorexia es un trastorno psicológico que se cree que pueda estar ocasionado por alguna alteración relacionada con los neurotransmisores del sistema nervioso central, ya que algunos casos de vigorexia reportados fueron precedidos por enfermedades como meningitis o encefalitis.

Aparte de la causa neurológica, la vigorexia también se asocia a la adopción, por parte de muchas personas, de un patrón corporal, por lo que acaban obsesionándose con el ejercicio y la alimentación, con el fin de alcanzar el cuerpo que consideran ideal. La exagerada preocupación por la alimentación saludable, conocida como ortorexia, también es un trastorno psicológico y se caracteriza por una dieta poco variada debido a la preocupación excesiva por la pureza de los alimentos y al no consumo de alimentos de origen animal.

Síntomas de la vigorexia

El síntoma más asociado a la vigorexia es la insatisfacción con el propio cuerpo. La persona, a pesar de estar en forma, se observa muy débil y delgada, considerado su cuerpo inadecuado. Otros síntomas de la vigorexia incluyen:

  • Dolor muscular persistente en todo el cuerpo;
  • Cansancio extremo;
  • Irritabilidad;
  • Depresión;
  • Anorexia o dieta muy restrictiva,
  • Insomnio;
  • Aumento de la frecuencia cardíaca en reposo;
  • Menor desempeño durante el contacto íntimo;
  • Sentimiento de inferioridad.

Normalmente, las personas vigoréxicas adoptan una alimentación muy restrictiva y no consumen grasas, siendo la dieta estrictamente dirigida al consumo de alimentos ricos en proteínas, con la finalidad de aumentar la masa muscular. También es común el uso excesivo de anabolizantes y suplementos proteicos, además de pasar horas en el gimnasio, aumentando siempre la carga de los ejercicios.

Las personas con vigorexia siempre están insatisfechas con los resultados, viéndose continuamente muy delgados y débiles, a pesar de estar muy fuertes y con músculos muy bien definidos y desarrollados. Por ello, la vigorexia se considera un tipo de trastorno obsesivo compulsivo y necesita de tratamiento.

Consecuencias de la vigorexia

Con el pasar del tiempo, la vigorexia conlleva a varias consecuencias, principalmente relacionadas con el uso frecuente y continuo de esteroides anabólicos y suplementos alimenticios proteicos, como insuficiencia renal o hepática, problemas de circulación, ansiedad y depresión, además de cáncer de próstata y disminución del testículo, que puede interferir en la fertilidad masculina.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la vigorexia se realiza por medio de un equipo multidisciplinar, compuesto por médicos, psicólogos, nutricionistas y profesionales de educación física, por ejemplo. La psicoterapia es de extrema importancia en el tratamiento de la vigorexia, ya que tiene como objetivo lograr que la persona se acepte como es y aumente su autoestima.

Asimismo, también está indicado suspender el uso de anabolizantes y de suplementos proteicos y tener una alimentación equilibrada y orientada por un nutricionista. Además, se puede indicar tomar medicamentos a base de serotonina con el fin de controlar la depresión y la ansiedad, aparte de otros síntomas relacionados con el comportamiento obsesivo compulsivo. Conozca qué es y para qué sirve la serotonina.

La práctica de ejercicio físico no debe interrumpirse, sin embargo, debe realizarse bajo orientación de un profesional de la educación física.