Vaginosis bacteriana: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en julio 2023

La vaginosis bacteriana es una situación provocada por un desequilibrio en la microbiota vaginal normal, favoreciendo el desarrollo de bacterias y dando lugar a la aparición de signos y síntomas de infección.

Los síntomas más comunes de la vaginosis bacteriana incluyen picazón severa, irritación y flujo con mal olor y secreción blanca y pastosa, que también puede ser de color amarillento o gris.

Aunque puede causar muchas molestias, la vaginosis se puede tratar fácilmente con el uso de antibióticos, siendo importante acudir al ginecólogo para identificar el problema e iniciar el tratamiento.

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Principales síntomas

Los síntomas de la vaginosis bacteriana son:

  • Flujo vaginal blanco grisáceo;
  • Olor fétido, como pescado podrido;
  • Comezón en la vulva y vagina;
  • Irritación en la vulva y en la vagina;
  • Sensación de ardor al orinar.

La mayoría de los casos de vaginosis bacteriana no causan síntomas, siendo apenas identificado durante la consulta con el ginecólogo o después de la realización de una examen de secreción vaginal.

En los casos en que hay síntomas de infección, estos son más frecuentes después de una relación sexual y antes o después del período menstrual.

Principales causas

La vaginosis bacteriana ocurre debido a un desequilibrio de la microbiota vaginal, que está compuesta principalmente por lactobacilos, también conocidos como bacilos Doderlein, cuya función principal es mantener el pH ácido de la vagina, previniendo la aparición de enfermedades. Vea qué son los bacilos de Doderlein.

Las principales situaciones que pueden provocar un desequilibrio en la microbiota vaginal y causar vaginosis bacteriana son:

  • Realizar duchas vaginales excesivas;
  • Tener reacciones sexuales frecuentes;
  • Tener múltiples parejas sexuales;
  • Tener una infección de transmisión sexual;
  • Hacer uso del Dispositivo Intrauterino (DIU);
  • Menstruación.

Estas situaciones pueden provocar una disminución en la cantidad de bacilos Doderlein, lo que favorece el crecimiento de bacterias que se encuentran en menor cantidad en la flora bacteriana, como Gardnerella sp., principalmente, Prevotella sp., Mycoplasma sp. y Ureaplasma sp., por ejemplo.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la vaginosis bacteriana puede ser realizado durante una consulta de rutina en el ginecólogo o cuando se realiza un examen preventivo, llamado papanicolau, en el cual el médico observa el interior de la vagina y busca signos de infección.

Además, en caso lo considere necesario, el médico puede indicar un examen para evaluar la secreción vaginal, para verificar el tipo de bacterias que allí se encuentran. Para concluir el diagnóstico de vaginosis bacteriana, los criterios diagnósticos considerados, son:

  • Flujo vaginal blanco homogéneo en grandes cantidades;
  • Secreción vaginal con un pH mayor a 4.5;
  • Identificación del olor a pescado podrido, principalmente cuando se mezcla la secreción vaginal con una solución de KOH al 10%;
  • Identificación de la presencia de bacterias y cambios en las características de las células epiteliales, que se llama células clave, vistas al microscopio.

El ginecólogo también puede recomendar un examen de orina o un urocultivo para confirmar la vaginosis. Vea cómo se realiza el urocultivo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la vaginosis bacteriana generalmente se realiza con el uso de antibióticos, como el metronidazol o clindamicina, por ejemplo, que pueden ser aplicados directamente en la zona, en forma de pomadas u óvulos, o comprimidos para la ingestión oral. El uso de antibióticos debe realizarse durante 7 días de acuerdo con la indicación del ginecólogo y no debe ser interrumpido con la mejoría de los síntomas.

Durante el tratamiento se recomienda utilizar preservativo en todas las relaciones sexuales y evitar el consumo de bebidas alcohólicas. Vea con más detalles cómo se realiza el tratamiento de la vaginosis.

Además, para prevenir que surja se recomienda no hacer duchas vaginales, utilizar preservativo en todas las relaciones, restringir el número de parejas sexuales, evitar ropa apretada, dar preferencia a ropa interior de algodón y realizar exámenes ginecológicos por lo menos una vez por año.

Complicaciones de la vaginosis bacteriana

En la mayoría de los casos, la vaginosis bacteriana no causa grandes complicaciones, sin embargo, en personas con el sistema inmune más débil puede:

  • Infectar el útero y las trompas de falopio, generando una enfermedad inflamatoria pélvica, también conocida como EPI;
  • Aumentar la probabilidad de infección por SIDA, en casos de exposición al virus;
  • Aumentar la probabilidad de que la mujer sea infectada por otras enfermedades de transmisión sexual como la clamidia o gonorrea.

Además de esto, en el caso de las embarazadas, este tipo de infección puede aumentar el riesgo de parto prematuro o de que el recién nacido nazca con el peso por debajo del promedio. Vea más sobre la vaginosis bacteriana en el embarazo.