Síndrome de Tourette: síntomas y tratamiento

Actualizado en julio 2023

El síndrome de Tourette es una enfermedad neurológica que hace que la persona haga sonidos o movimientos con el cuerpo conocidos como tics, que pueden presentarse varias veces al día y ser difíciles de controlar, perjudicando la calidad de vida de la persona.

Los tics del síndrome de Tourette normalmente surgen en la infancia, haciendo que el niño parpadee, mueva las manos o los brazos, grite o diga groserías, además de hacer sonidos como gruñir u olfatear, por ejemplo.

En caso de sospecha de síndrome de Tourette, se recomienda consultar a un neurólogo, y en caso de niños al neuropediatra. El tratamiento del síndrome puede incluir psicoterapia, medicamentos antipsicóticos y, algunas veces, inyección botulínica.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de Tourette son:

  • Movimientos con el cuerpo, también llamados tics motores, como parpadear, inclinar la cabeza, hacer muecas, encoger los hombros o tocarse la nariz;
  • Producir sonidos, conocidos como tics vocales, utilizando la boca o nariz, por ejemplo, para gritar, aclararse la garganta, gruñir o aullar;
  • Ganas intensas de hacer sonidos o movimientos específicos con el cuerpo, pudiendo causar ansiedad o malestar;
  • Sensación de alivio después de realizar sonidos o movimientos específicos.

Los tics normalmente comienzan en la infancia y pueden incluir cualquier parte del cuerpo, especialmente la cara, cabeza o cuello. Generalmente, los sonidos o movimientos son rápidos y aparentemente involuntarios, pudiendo ser difíciles de controlar y presentándose varias veces al día.

Además, ls tics tienden a desaparecer cuando la persona duerme, consume bebidas alcohólicas o está concentrada en una actividad, y empeora en momentos de estrés, cansancio o ansiedad, por ejemplo.

Causas del síndrome de Tourette

Se cree que el síndrome de Tourette es causado por alteraciones genéticas que pueden presentarse forma fortuita, pero el riesgo de desarrollar el síndrome tiende a ser mayor cuando hay personas afectadas en la misma familia, especialmente los padres.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico del síndrome de Tourette normalmente es realizado por el neurólogo o, en el caso de niños, por el neuropediatra, tomando en consideración los síntomas, antecedentes de salud y observando el patrón de movimientos o sonidos.

Generalmente, no son necesarios exámenes específicos para identificar esta enfermedad, sin embargo, en ciertos casos, el neurólogo podría solicitar una resonancia magnética o electroencefalograma para determinar si existe alguna otra enfermedad neurológica con síntomas semejantes.

Además, en caso de síndrome de Tourette, es común que también haya otras enfermedades como trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o trastorno obsesivo compulsivo (TOC), siendo importante su diagnóstico. Conozca más sobre el trastorno obsesivo compulsivo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del síndrome de Tourette normalmente se realiza con sesiones de psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo conductual, para que la persona desarrolle estrategias para controlar los tics y lidie con la ansiedad y malestar cuando se presentan. Vea cómo se realiza la terapia cognitivo conductual.

Además, especialmente en los casos más graves, pueden indicarse medicamentos antipsicóticos, como haloperidol, risperidona y aripiprazol, algunos antihipertensivos, como clonidina o la inyección de toxina botulínica para controlar los tics del síndrome de Tourette.

¿El síndrome de Tourette tiene cura?

El síndrome de Tourette no tiene cura. Sin embargo, en algunos casos es posible controlar los tics por medio de tratamiento adecuado. Además, es común que los síntomas disminuyan durante la adolescencia, algunas veces, pueden desaparecen completamente.

¿Es necesario que el niño abandone la escuela?

El niño diagnosticado con el síndrome de Tourette no requiere dejar de estudiar, pues este tiene toda la capacidad para aprender como todos los otros niños que no presentan este síndrome. El niño puede continuar frecuentando la escuela de forma normal sin la necesidad de educación especial, sin embargo, se debe conversar con los profesores, los coordinadores y los directores sobre el problema de salud del niño para que ellos puedan ayudarlo en su desarrollo de forma positiva.