Sarcopenia: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en agosto 2022

La sarcopenia es la pérdida de masa muscular, una situación común que suele ocurrir a partir de los 50 años, siendo este un período en el que hay una mayor reducción en la cantidad y tamaño de las fibras que forman los músculos, una disminución en la producción de hormonas (estrógeno y la testosterona) en el organismo, además de una reducción en la actividad física.

Los principales síntomas de esta situación incluyen pérdida de fuerza, del equilibrio y del desempeño físico para realizar actividades como caminar, subir escaleras o levantarse de la cama. 

Para recuperar los músculos, es importante evitar el sedentarismo y practicar actividad física mediante entrenamientos de fuerza y aeróbicos, además de una alimentación adecuada que sea rica en proteínas y nutrientes, preferiblemente presentes en carnes magras, derivados de la leche y vegetales, como soja, lentejas y quinoa. 

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Síntomas de la sarcopenia

La falta de masa magra provoca numerosas dificultades que surgen poco a poco en la vida de las personas mayores como desequilibro, dificultad para caminar y realizar actividades como hacer las compras, ordenar la casa o incluso actividades básicas, como bañarse y levantarse de la cama. 

A medida que la masa muscular se atrofia, el anciano tiene mayor riesgo de caídas y comienza a surgir la necesidad de caminar con ayuda de alguien, de un bastón o silla de ruedas, además de tener más dolores en el cuerpo, provocados no solo por el desgaste de los huesos y las articulaciones, sino también por la falta de músculos para ayudar a la estabilizar las articulaciones del cuerpo. 

Cómo evitar la pérdida de masa muscular

La atrofia y la destrucción de las células musculares es un proceso natural que ocurre en todas las personas que son sedentarias a partir de los 30 años de edad. Si no se realiza nada para evitarlo, la tendencia será volverse un adulto mayor frágil, con dificultades para ejecutar las tareas diarias y con una mayor predisposición a sufrir diversos dolores en el cuerpo. 

Para evitar la perdida de masa muscular, es muy importante adoptar hábitos como: 

  • Practicar actividades físicas, tanto de fuerza muscular y resistencia mediante musculación y pilates, por ejemplo, como aeróbicas mediante caminatas y corridas; con la finalidad de mejorar la circulación sanguínea y el desempeño del cuerpo. Vea cuáles son los mejores ejercicios;
  • Tener una alimentación rica en proteínas, presente en carnes, huevos y derivados de la leche, con la finalidad de estimular el crecimiento muscular, además de carbohidratos, grasas y calorías en cantidades correctas para el aporte de energía, preferiblemente indicadas por el nutricionista. Conozca cuáles son los principales alimentos ricos en proteína;
  • Evitar el humo, pues el cigarro, aparte de alterar el apetito, compromete la circulación sanguínea e intoxica las células del cuerpo;
  • Beber alrededor de 2 litros de agua por día, manteniéndose hidratado para mejorar la circulación, el ritmo intestinal, el gusto y la salud de las células;
  • Evitar bebidas alcohólicas en exceso, pues este hábito, aparte de contribuir a la deshidratación, perjudica el funcionamiento de importantes órganos del cuerpo, como hígado, cerebro y corazón. 

También es muy importante mantener un seguimiento con el médico general o geriatra para la realización de exámenes de rutina y chequeos generales, con la finalidad de identificar y tratar posibles enfermedades que podrían exacerbar la pérdida de masa magra, como diabetes, hipotiroidismo, enfermedades estomacales, intestinales y relacionadas con la inmunidad, por ejemplo. 

Cómo se realiza el tratamiento

Para la persona que ya presenta pérdida de masa muscular, es importante que sea recuperada inmediatamente, puesto que mientras mayor sea la pérdida, mayor será la dificultad para regenerarla y peores serán los síntomas. 

Por lo tanto, para recuperar los músculos, es muy importante que la persona siga un tratamiento enfocado en el aumento de masa magra, orientado por un geriatra en conjunto con otros profesionales, como nutricionista, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional y educador físico, mediante:

  • Entrenamiento de fuerza mediante actividad física y fisioterapia;
  • Adaptación de la casa para hacer que las actividades diarias y de ocio sean más sencillas;
  • Ajuste de medicamentos que puedan empeorar el apetito o contribuir para la pérdida de los músculos;
  • Tratamiento y control de enfermedades que podrían perjudicar el desempeño físico del anciano, como diabetes, alteraciones intestinales o del apetito;
  • Dieta rica en proteínas, además de eso, si se trata de un anciano con fragilidad, es importante tener una dieta indicada por el nutricionista que sea rica en calorías. Vea una lista de meriendas proteicas para aumentar la masa muscular;
  • Medicamentos y hormonas, como terapia de reposición hormonal o testosterona, las cuales están indicadas únicamente en ciertos casos necesarios, siempre bajo orientación médica. 

El uso de suplementos de proteína puede ser necesario cuando la alimentación no sea suficiente para reponer la cantidad de proteínas y calorías requeridas por el anciano, algo que ocurre usualmente en casos de falta de apetito, dificultad para tragar, alimentación pastosa o alteraciones de la absorción por parte del estómago o del intestino.

Algunos de los suplementos más recomendados para personas mayores son vendidos en farmacias o supermercados, como Ensure, Glucerna y Enterex, por ejemplo, que tienen versiones con sabores o sin sabor para tomar a la hora de la merienda o mezclar en las bebidas y las comidas.