8 Remedios caseros para la diverticulitis

Actualizado en julio 2023
Evidencia científica

Algunos remedios caseros que ayudan a prevenir y aliviar los síntomas de la diverticulitis son el té de hinojo, el té verde, el jugo verde con jengibre, el jugo de sábila y el té de carqueja.

Estos remedios naturales mejoran la digestión, combaten el dolor y la inflamación, ya que son ricos en compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes, analgésicas y antiinflamatorias, ayudando en la recuperación del intestino y previniendo los ataques de diverticulitis.

La diverticulitis es la inflamación y/o infección de los divertículos, que son pequeñas bolsas presentes en las paredes del intestino, que causa síntomas como períodos alternantes de diarrea y estreñimiento, dolor abdominal, náuseas y pérdida de apetito. Conozca más sobre la diverticulitis y cómo se realiza el tratamiento.

Imagem ilustrativa número 3

Remedios caseros para la diverticulitis

Algunos remedios caseros para la diverticulitis son:

1. Té de hinojo

El té de hinojo es una buena opción de remedio casero para la diverticulitis, ya que contiene anetol, eugenol y linalol, que son compuestos bioactivos con acción analgésica, digestiva y antiinflamatoria, ayudando a aliviar síntomas como mala digestión y dolor. Conozca más beneficios del hinojo.

Ingredientes:

  • 1 cucharadita de semillas de hinojo secas;
  • 1 taza de agua.

Modo de preparación:

Machacar o triturar las semillas de hinojo. En una olla, poner el agua y llevar al fuego hasta que hierva. Después de apagar el fuego, añadir las semillas de hinojo, tapar la olla y dejar reposar durante 10 minutos. Colar el té y beber de inmediato. Se puede consumir hasta 3 tazas de té de hinojo al día, durante un máximo de 2 semanas consecutivas.

El té de hinojo no debe ser utilizado por personas alérgicas al anís o al compuesto anetol. Del mismo modo, este té no debe ser usado por mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni por niños menores de 12 años.

Además, este té debe ser evitado por mujeres con cáncer de mama o por personas que toman medicamentos anticoagulantes.

2. Té verde

Por contener catequinas, que son compuestos fenólicos con acción antiinflamatoria y antioxidante, el té verde fortalece las bacterias beneficiosas del intestino, ayudando en el tratamiento de la diverticulitis.

Ingredientes:

  • 1 taza de agua;
  • 1 cucharadita de té verde.

Modo de preparación:

En una olla o tetera, hervir el agua. Después de apagar el fuego, añadir las hojas de té verde, cubrir la olla o tetera y dejar reposar durante 10 minutos. Colar y beber frío o tibio. Se recomienda tomar un máximo de 4 tazas de té verde al día, entre las comidas.

El té verde no debe ser consumido por niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con insomnio, hipertiroidismo, gastritis o úlcera gástrica. Además, se debe evitar tomar este té al final del día o en cantidades superiores a las recomendadas.

Asimismo, el té verde puede alterar la acción de anticoagulantes, medicamentos para la presión arterial alta y el colesterol alto, por lo que en estos casos, el consumo de té verde solo debe realizarse bajo la orientación de un médico.

3. Jugo de sábila

El jugo de sábila, también conocida como aloe vera, contiene polifenoles con propiedades antiinflamatorias, siendo una buena opción para ayudar en el tratamiento de la diverticulitis. Conozca más sobre el jugo de sábila.

Para preparar el jugo de sábila, se deben retirar las hojas de la planta, lavarlas y secarlas bien, y cortar las espinas. Luego, cortar la base de la hoja y dejar que la planta descanse en posición vertical para que el látex gotee.

A continuación, cortar los laterales de la hoja a lo largo, acostar la hoja y levantar con cuidado la cáscara de uno de los lados con un objeto redondeado. Sacar el gel de la planta con una cuchara y desechar cualquier parte verde o amarilla presente en el gel. Por último, simplemente colocar 100 g de gel y 1 litro de agua en la licuadora, batir bien y beber inmediatamente.

Este jugo no está indicado para niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con inflamación uterina u ovárica, hemorroides, fisuras anales, cálculos en la vejiga, várices, insuficiencia renal, apendicitis, prostatitis, cistitis, disentería o nefritis.

4. Té de manzanilla con valeriana

La manzanilla y la valeriana tienen acción antiinflamatoria, relajante, cicatrizante y antiespasmódica, y por eso ayudan en el tratamiento de la diverticulosis, disminuyendo la producción de sustancias inflamatorias y aliviando los dolores.

Ingredientes

  • 1 cucharadas de hojas secas de manzanilla;
  • 1 cucharada de hojas secas de valeriana;
  • ½ litro de agua.

Modo de preparación

En una cacerola, hervir agua. Después de apagar el fuego, agregar la manzanilla y la valeriana a la cacerola, tapar y dejar reposar durante aproximadamente 10 minutos. Beber un máximo de 2 tazas de este té al día.

El té de manzanilla con valeriana no se recomienda para mujeres embarazadas o en período de lactancia, para personas alérgicas a la manzanilla y a plantas de la misma familia, como margaritas, ambrosías y crisantemos. Este té tampoco está indicado para bebés menores de 6 meses.

Además, las personas que toman medicamentos anticoagulantes, sedantes, analgésicos, relajantes musculares o anticonvulsivantes, por ejemplo, deben consultar a un médico antes de tomar este té.

5. Jugo verde con jengibre

Beber un vaso de jugo verde diariamente ayuda aumentar el consumo de fibras a lo largo del día, facilitando el tránsito intestinal, evitando la necesidad de hacer esfuerzo para eliminar las heces y de esta manera, evitar la diverticulitis.

En el caso del jengibre, contiene compuestos bioactivos como el cineol y borneal que actúan como potentes antiinflamatorios y analgésicos, aliviando el dolor e inflamación del intestino. 

Ingredientes:

  • 1 hoja de repollo;
  • 1 cucharada de menta; 
  • Jugo de 1 limón;
  • 1/2 manzana;
  • 1/2 pepino;
  • 1 trocito de jengibre;
  • 1 vaso de agua;
  • 2 cubos de hielo.

Modo de preparación

Lavar bien las hojas de col y de menta, la manzana y el pepino. Cortar la manzana y el pepino en cubos y llevarla a la licuadora. Agregar los demás ingredientes a la licuadora y batir durante 3 minutos o hasta obtener una mezcla homogénea. Colar y beber inmediatamente.

Debido a la presencia de jengibre, este jugo no es recomendado para personas con cálculos biliares. También está contraindicado para personas con enfermedades hemorrágicas o que toman medicamentos anticoagulantes.

Las personas que toman medicamentos para controlar la presión arterial y la diabetes, así como las mujeres embarazadas, solo deben consumir jengibre bajo la supervisión de un médico.

6. Té de cúrcuma

El té de cúrcuma puede ayudar en el tratamiento de la diverticulitis porque es rico en curcumina, un compuesto bioactivo que reduce la inflamación y alivia el dolor. Conoce todos los beneficios de la cúrcuma para la salud.

Ingredientes:

  • 1 cucharadita de cúrcuma en polvo;
  • 150 ml de agua.

Modo de preparación:

Hervir el agua en una olla o tetera. Retirar la olla del fuego, agregar la cúrcuma en polvo, mezclar bien, tapar y dejar reposar durante 10 minutos. Beber hasta 3 tazas de este té al día, entre comidas.

Este té está contraindicado para personas que toman medicamentos anticoagulantes o que tienen obstrucción de los conductos biliares debido a la presencia de cálculos biliares.

Además, durante el embarazo o la lactancia, la cúrcuma debe usarse solo bajo la orientación de un médico.

7. Té de carqueja

La carqueja es rica en rutina, luteolina y apigenina, que son flavonoides con acción antiinflamatoria que disminuyen la producción de sustancias inflamatorias, por lo que es muy útil para complementar el tratamiento de la diverticulitis.

Ingredientes:

  • 2 cucharadas de tallos de carqueja;
  • 1 litro de agua.

Modo de preparación:

En una olla, hervir el agua y, después de apagar el fuego, agregar los tallos de carqueja. Tapar la olla y dejar reposar durante 10 minutos. Colar y beber hasta 3 tazas al día.

El té de carqueja no está indicado para niños ni para mujeres embarazadas o en período de lactancia. Además, las personas que toman medicamentos para controlar la diabetes o la presión arterial alta solo deben tomar este té bajo la orientación de un médico.

8. Té de uña de gato

El té de uña de gato ayuda a tratar las inflamaciones en el intestino, como la diverticulitis, además de fortalecer el sistema inmunológico y reparar daños en las células intestinales.

Estos beneficios son posibles porque la uña de gato contiene buenas cantidades de polifenoles, flavonoides, que son compuestos antioxidantes, inmunomoduladores y antiinflamatorios.

Ingredientes:

  • 20 g de cáscaras y raíces de uña de gato;
  • 1 litro de agua.

Modo de preparación:

Colocar el agua y la uña de gato en una olla y llevar al fuego para hervir durante 10 minutos. Apagar el fuego y dejar que la mezcla repose durante otros 10 minutos. Colar y beber cada 8 horas, entre las comidas.

Este té no está indicado para niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni para personas que sean alérgicas a esta planta medicinal.

El té de uña de gato tampoco debe ser consumido por personas con enfermedades como lupus eritematoso, esclerosis múltiple, enfermedades renales o leucemia, con problemas de coagulación en la sangre o que estén usando anticoagulantes.