Diverticulitis: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en diciembre 2021

La diverticulitis es la inflamación e infección de los divertículos, que son pequeños pliegues o sacos que surgen en las paredes del intestino, especialmente en la última porción del colon.

Los divertículos generalmente se presentan en adultos mayores de 40 años y son más frecuentes en personas que padecen de estreñimiento crónico o que llevan una dieta baja en fibra. Esto hace que las heces no se hidraten y se retengan en el intestino, favoreciendo el desarrollo de los divertículos y su inflamación, que puede observarse por medio de algunos síntomas como náuseas, vómitos y dolor en el abdomen, por ejemplo.

Es importante que la diverticulitis sea diagnosticada y tratada de acuerdo con la orientación del gastroenterólogo, ya que de esta forma es posible prevenir complicaciones como perforación u obstrucción intestinal.

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Principales síntomas

Si cree que pueda tener una crisis de diverticulitis, seleccione los síntomas que presenta en el test a continuación:

  1. 1. Dolor en el lado izquierdo del abdomen que no se alivia
  2. 2. Náuseas y vómitos
  3. 3. Abdomen hinchado
  4. 4. Fiebre por encima de 38º C con escalofríos
  5. 5. Pérdida del apetito
  6. 6. Períodos alternados de diarrea y estreñimiento

La intensidad de los síntomas varía de acuerdo con la gravedad de la inflamación, que si es leve, puede pasar desapercibida. Sin embargo, ante la presencia de estos síntomas, es importante acudir pronto a urgencias, donde el médico evaluará los síntomas y, de ser necesario, realizará exámenes de ultrasonido o tomografía de abdomen y análisis de sangre que detecten la infección en el intestino.

Causas de la diverticulitis

La manifestación de los divertículos en la porción final del colon recibe el nombre de diverticulosis, y cuando estos divertículos se inflaman se le conoce como diverticulitis. Esta inflamación puede suceder como consecuencia del envejecimiento, debido a que hay pérdida de la elasticidad de la musculatura del intestino, lo que contribuye a que pequeños pedazos de las heces permanezcan en la zona y conduzcan a una inflamación del divertículo.

Asimismo, otras situaciones que pueden favorecer la inflamación de estas estructuras son dieta baja en fibras y estreñimiento crónico, esto lleva a la formación de heces poco hidratadas, lo cual aumenta la presión en el intestino y favorece la inflamación de los divertículos. De igual forma, la alimentación rica en grasas, el sedentarismo y el sobrepeso también contribuyen al surgimiento de diverticulitis. 

Además, debido a la presencia de pequeñas porciones de heces, también es posible que se favorezca la infección local, que también produce el surgimiento de signos y síntomas de diverticulitis.

Como se hace el diagnóstico

El diagnóstico de la diverticulitis debe ser realizado por el gastroenterólogo, mediante la evaluación de los signos y síntomas presentados por la persona, aparte de ser importante la realización de exámenes de imagen que ayuden a confirmar la inflamación de los divertículos. 

De esta manera, puede ser solicitada por el médico la realización de tomografía computarizada, ecografía abdominal y colonoscopia, que es esencial para evaluar la mucosa intestinal y confirmar el diagnóstico.

Vea cómo es realizada la colonoscopia

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la diverticulitis debe ser orientado por el gastroenterólogo o el médico general, y se hace por medio de:

  1. Uso de antibióticos, como ciprofloxacino y metronidazol, para controlar la infección por aproximadamente 10 días;
  2. Uso de analgésicos, como paracetamol; antiinflamatorios, como ibuprofeno, para aliviar el malestar abdominal, y antieméticos, como la metoclopramida, para controlar las náuseas;
  3. Cuidado con la dieta, la cual en los primeros 3 días debe ser en ayuno o líquida, y después ir añadiendo gradualmente alimentos sólidos para no aumentar la presión dentro del intestino. Conozca qué debe comer durante una crisis de diverticulitis.

En la medida en que la inflamación de los divertículos y los síntomas van disminuyendo, el paciente debe ir introduciendo en sus comidas diarias alimentos ricos en fibras, como frutas y vegetales frescos o cereales integrales, por ejemplo, de forma que se evite que los divertículos se inflamen nuevamente.

Cuando la persona es capaz de seguir correctamente las indicaciones y cuando el cuadro es leve, este tratamiento puede hacerse en casa; sin embargo, en el caso de diverticulitis aguda complicada, en la que hay formación de absceso, fístula u obstrucción intestinal, es importante la hospitalización para recibir medicamentos en la vena y que se evalúe la posibilidad de cirugía.

Asimismo, en los casos de diverticulitis recurrente, es decir, que ocurre más de una vez en la persona, y en individuos con el sistema inmune debilitado, como en VIH, insuficiencia renal o trasplantados, también es importante la hospitalización para prevenir infecciones que puedan poner en riesgo la vida del paciente. 

Para el tratamiento quirúrgico de la inflamación, puede hacerse una punción para el drenaje del pus o una cirugía para retirar la parte perjudicada del intestino, procedimiento que puede llevarse a cabo por laparoscopia o por cirugía abierta convencional.

Remedios caseros

Los remedios caseros para la diverticulitis tienen como objetivo prevenir las crisis, ya que ayudan a recuperar la pared intestinal, disminuyendo el riesgo de inflamación. Algunas opciones de tratamiento natural son el té de manzanilla y valeriana, y el té de uña de gato, por ejemplo, ya que son ricos en antioxidantes y antiinflamatorios.

Vea otras opciones de remedios caseros para la diverticulitis.

Posibles complicaciones

Cuando la diverticulitis no recibe tratamiento al surgir los primeros síntomas o cuando el tratamiento no se realiza de acuerdo con la orientación del médico, es posible que surjan algunas complicaciones, como por ejemplo:

  • Sangrados, que pueden ser intensos y observarse por la presencia de sangre roja en las heces;
  • Absceso en la zona, que puede causar bastante dolor y aumentar el riesgo de desarrollar infecciones más graves;
  • Formación de fístulas, que son comunicaciones del intestino con otros órganos, los cuales se originan debido a la inflamación de las heridas en las paredes;
  • Perforación del intestino, que es una complicación grave de la diverticulitis y que produce inflamación intensa de la región abdominal;
  • Obstrucción intestinal, en que la inflamación impide el paso de líquidos y heces por el intestino, lo que provoca inflamación, cólicos abdominales y vómitos.

De esta forma, para evitar estas complicaciones y prevenir nuevas crisis de diverticulitis, es importante seguir las recomendaciones del médico para disminuir la inflamación.

Cómo prevenir la diverticulitis

Para prevenir la formación de divertículos en el intestino grueso, o impedir nuevas crisis de diverticulitis, es importante tener una alimentación rica en fibras, puesto que estimulan el funcionamiento y limpieza del intestino e impiden que sus paredes se tornen delgadas y se formen nuevos pliegues.

Para un buen funcionamiento del intestino, es importante también beber bastantes líquidos a lo largo del día, alrededor de 2 litros de agua, además de comer despacio y masticar bien antes de deglutir.