Descarga eléctrica: qué hacer y posibles complicaciones

Actualizado en julio 2023

Una descarga eléctrica es la entrada y salida de una corriente eléctrica a través del cuerpo, situación que puede provocar un susto o puede ser lo suficientemente grave como para dejar inconsciente a alguien y detener su corazón, pudiendo poner la vida de la persona en riesgo. 

Esta descarga puede ocasionar quemaduras, principalmente donde la electricidad entró y salió del cuerpo, y/o un paro cardíaco, claro que esto dependerá del voltaje, del tipo de corriente y si la corriente involucró el corazón.

Es importante llamar a una ambulancia o acudir a las urgencias más cercanas si alguien ha tenido una descarga eléctrica y ha perdido el conocimiento o presenta dificultad respiratoria, por ejemplo. Además, así no se observe alguna lesión física, una descarga eléctrica puede causar daños internos, incluso si es leve, siendo importante una evaluación médica para verificar si ha afectado o no el corazón.

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Qué hacer después de una descarga eléctrica

Los primeros auxilios que se deben aplicar después de una descarga eléctrica son:

  1. Cortar o apagar la fuente de energía, pero no debe tocar a la víctima;
  2. Alejar a la persona de la fuente eléctrica que provocó la descarga, usando materiales no conductores y secos como madera o plástico, paños gruesos o caucho;
  3. Llamar a una ambulancia (consulte el número correspondiente al país en que se encuentra) o acudir al centro de urgencia hospitalaria más cercano;
  4. Observar si la persona se encuentra consciente, si respira lento o rápido o si las pulsaciones están muy rápidas, lentas o irregulares;
  • Si se encuentra consciente: tranquilice a la víctima hasta que llegue el equipo médico;
  • Si se encontrara inconsciente, pero respirando: recuéstela de lado, colocándola en posición lateral de seguridad;
  • Si se encontrara inconsciente y no respira: inicie el masaje cardíaco y la respiración boca a boca. Conozca cómo realizar una reanimación cardiopulmonar.

     5. Continuar realizando el paso anterior hasta que llegue la ayuda médica.

Las posibilidades de rescate de la víctima electrocutada disminuyen con el tiempo y a partir del minuto 4 de haber recibido la descarga eléctrica las posibilidades de supervivencia son inferiores al 50%.

De esta forma, estos primeros auxilios deben iniciarse lo más rápido posible, especialmente el primer paso, para evitar que la corriente eléctrica haga muchos daños en el organismo y resulte en complicaciones graves.

Complicaciones de la descarga eléctrica

Además del riesgo inmediato de muerte, cuando la corriente es muy alta, la descarga eléctrica puede afectar el cuerpo de otras formas, como:

1. Quemaduras

La mayor parte de los accidentes con descargas eléctricas sólo provocan pequeñas quemaduras en la piel en el lugar del choque, sin embargo cuando el voltaje es muy grande, el exceso de electricidad puede afectar a los órganos internos.

Cuando la electricidad logra llegar a los órganos internos puede causar graves problemas en su funcionamiento, por lo que la persona puede necesitar tratamiento para la insuficiencia renal, cardíaca o de otro órgano afectado, por ejemplo.

2. Problemas cardíacos

Cuando una pequeña corriente eléctrica atraviesa el pecho y logra llegar hasta el corazón puede provocar una fibrilación auricular, que es un tipo de arritmia cardíaca que debe ser tratada en el hospital para evitar poner en riesgo la vida de la víctima.

Cuando la corriente eléctrica es muy elevada, como en el caso de choques en postes de alta tensión, la corriente es tan elevada que interfiere con la actividad eléctrica del corazón y detiene el músculo, provocando un paro cardíaco que puede resultar en la muerte.

3. Lesiones neurológicas

Todas las corrientes eléctricas pueden afectar los nervios de alguna forma, por lo que cuando hay choques repetidos o muy fuertes, la estructura de los nervios puede verse afectada, resultando en neuropatía. La neuropatía puede provocar síntomas como dolor o adormecimiento en las piernas y brazos, dificultad para mover los músculos o mareos frecuentes, por ejemplo.