Poliomielitis: qué es, síntomas, tratamiento y vacunas

La poliomielitis (paralisis infantil) es una enfermedad infecciosa causada por el poliovirus, el cual suele vivir en el intestino pero puede llegar al torrente sanguíneo y, en algunos casos, afectar el sistema nervioso central causando parálisis de los miembros, cambios motores e incluso causar la muerte.

El virus de la poliomielitis se transmite de una persona a otra, a través del contacto con secreciones como saliva o por el consumo de agua y alimentos contaminados, afectando con mayor frecuencia a los niños, especialmente en los lugares donde hay malas condiciones de higiene.

A pesar de que actualmente son pocos los casos reportados de poliomielitis, es importante vacunar a los niños hasta los 5 años para evitar que la enfermedad vuelva a aparecer y el virus pueda transmitirse a otros niños. Conozca más sobre la vacuna contra la poliomielitis.

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Síntomas de la poliomielitis

Los síntomas de la poliomielitis varían de acuerdo al tipo de infección, como se indica a continuación: 

1. Poliomielitis no paralítica

Los principales síntomas de poliomelitis no paralítica son:

  • Fiebre baja;
  • Dolor de cabeza y en la espalda;
  • Malestar general;
  • Vómitos y náuseas;
  • Garganta inflamada;
  • Debilidad muscular;
  • Dolor o rigidez en los brazos o en las piernas;
  • Estreñimiento.

En algunos casos, puede ocurrir rigidez en el cuello cuando la infección evoluciona hacia meningitis aséptica. Conozca cómo identificar los síntomas de la meningitis viral.

Además, cuando afecta la médula espinal, puede causar síntomas como espasmos musculares graves y dolor muscular.

En la poliomielitis no paralítica, no se desarrolla parálisis.

2. Poliomielitis paralítica

En pocos casos la persona puede desarrollar la forma grave y paralítica de la enfermedad en la que ocurre la destrucción de células neuronales del sistema nervioso central, causando parálisis en uno de los miembros con pérdida de la fuerza y de los reflejos.

En situaciones aún más raras, si una gran parte del sistema nervioso central se ve comprometida es posible que haya pérdida de la coordinación motora, dificultad para tragar e inclusive puede ocurrir una parálisis respiratoria, pudiendo causar la muerte.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la poliomielitis lo realiza el pediatra, médico general o infectólogo a través de la evaluación de los síntomas, el historial de salud y de vacunación, y el examen físico.

Además, el médico puede solicitar análisis de sangre, cultivos virales respiratorios y de heces, y RT-PCR para detectar la presencia del poliovirus y su serotipo.

Si el médico sospecha de meningitis viral, también puede solicitar una punción lumbar. Conozca cómo se realiza la punción lumbar.

Cómo se transmite

El virus de la poliomielitis es transmitido por:

  • Vía fecal-oral a través del contacto con heces contaminadas, como consumir agua o alimentos contaminados con el poliovirus o cambiar un pañal, no lavarse las manos después y llevarse la mano a la boca, o, aunque sea menos común, a través del agua contaminada de piscinas, por ejemplo;
  • Vía oral-oral que ocurre por medio de la inhalación de gotitas de saliva o secreciones nasales liberadas cuando la persona infectada tose, habla o estornuda.

Además, la transmisión también puede ocurrir al tocar una superficie contaminada con el poliovirus y llevarse la mano a la nariz o boca.

La contaminación es más común en ambientes con poco saneamiento y malas condiciones de higiene, siendo los niños los más afectados. Sin embargo, también es posible que los adultos se vean afectados, especialmente cuando la inmunidad está comprometida, como ocurre más frecuentemente en ancianos y personas desnutridas.

¿Dónde ataca el virus de la poliomielitis?

Después de la transmisión, el virus de la poliomielitis ataca y se multiplica en los tejidos linfáticos de la garganta y del tracto gastrointestinal.

En algunos casos, puede atacar el sistema nervioso causando su destrucción y resultando en parálisis permanente de las piernas o de los brazos.

Además, el virus de la poliomielitis puede atacar el cerebro, en regiones responsables de la respiración, lo que puede llevar a una parada respiratoria y poner en riesgo la vida.

Cómo se realiza el tratamiento

Al igual que otras virosis, la poliomielitis no tiene un tratamiento específico, siendo recomendable el reposo y la ingesta de líquidos para acelerar la recuperación.

Además, el médico puede recetar el uso de medicamentos como paracetamol o dipirona para aliviar la fiebre y los dolores corporales.

En los casos más graves, en los que hay parálisis, el tratamiento también puede incluir sesiones de fisioterapia, en las que se emplean técnicas y aparatos como órtesis para ajustar la postura y ayudar a devolver cierta autonomía en la vida diaria.

Cómo se puede prevenir

Para evitar la infección por el virus de la polio es importante invertir mejorías en saneamiento ambiental, evitando la ingesta de agua no potable y lavando correctamente los alimentos.

Sin embargo, la principal forma de prevenir la enfermedad es a través de la vacunación, la cual existe 2 tipos la oral llamada Sabin o inyectada llamada Salk, cuyo modo de administración dependerá del país y de las condiciones en que se encuentre.

¿La poliomielitis tiene cura?

La poliomielitis no tiene cura, sin embargo, puede prevenirse con la aplicación de la vacuna contra la poliomielitis.

Además, aunque no tiene cura, existen tratamientos médicos para aliviar los síntomas, acelerar la recuperación, tratar las secuelas y prevenir complicaciones.