Poliomielitis: qué es, síntomas, tratamiento y vacuna

Actualizado en octubre 2022

La poliomielitis es una enfermedad infecciosa causada por el poliovirus, el cual suele vivir en el intestino pero puede llegar al torrente sanguíneo y, en algunos casos, afectar el sistema nervioso central causando parálisis de los miembros, cambios motores e incluso causar la muerte.

El virus de la poliomielitis se transmite de una persona a otra, a través del contacto con secreciones como saliva o por el consumo de agua y alimentos contaminados, afectando con mayor frecuencia a los niños, especialmente en los lugares donde hay malas condiciones de higiene.

A pesar de que actualmente son pocos los casos reportados de poliomielitis, es importante vacunar a los niños hasta los 6 años para evitar que la enfermedad vuelva a aparecer y el virus pueda transmitirse a otros niños. Conozca más sobre la vacuna contra la poliomielitis.

Imagem ilustrativa número 2

Síntomas de la poliomielitis

Los síntomas de la poliomielitis varían de acuerdo al tipo de infección, como se indica a continuación: 

Poliomielitis no paralítica

Los síntomas que pueden surgir después de la infección por el poliovirus normalmente están relacionados con la forma no paralítica de la enfermedad, la cual se caracteriza por:

  • Fiebre baja;
  • Dolor de cabeza y en la espalda;
  • Malestar general;
  • Vómitos y náuseas;
  • Garganta inflamada;
  • Debilidad muscular;
  • Dolor o rigidez en los brazos o en las piernas;
  • Estreñimiento.

La polio no paralítica también se conoce como poliomielitis abortiva.

Poliomielitis paralítica

En pocos casos la persona puede desarrollar la forma grave y paralítica de la enfermedad en la que ocurre la destrucción de células neuronales del sistema nervioso central, causando parálisis en uno de los miembros con pérdida de la fuerza y de los reflejos.

En situaciones aún más raras, si una gran parte del sistema nervioso central se ve comprometida es posible que haya pérdida de la coordinación motora, dificultad para tragar e inclusive puede ocurrir una parálisis respiratoria, pudiendo causar la muerte.

Cómo se transmite

La transmisión de la poliomielitis se realiza de una persona a otra, ya que los virus se eliminan en las heces o en las secreciones como saliva, flema y moco. Por lo que la infección ocurre a través del consumo de alimentos contaminados con heces o a través del contacto con gotitas de secreción contaminadas.

El contagio es más común en ambientes insalubres y con malas condiciones de higiene, siendo los niños los más afectados. Sin embargo, también es posible que los adultos se contagien, principalmente aquellos que poseen el sistema inmune comprometido como los ancianos, personas con VIH, lupus e individuos desnutridos.

Cómo se puede prevenir

Para evitar la infección por el virus de la polio es importante invertir mejorías en saneamiento ambiental, evitando la ingesta de agua no potable y lavando correctamente los alimentos.

Sin embargo, la principal forma de prevenir la enfermedad es a través de la vacunación, la cual existe 2 tipos la oral llamada Sabin o inyectada llamada Salk, cuyo modo de administración dependerá del país y de las condiciones en que se encuentre, como se indica en la tabla a continuación:

País 1º Dosis 2º Dosis 3º Dosis Refuerzos
México 2 meses VO* 4 meses VO 6 meses VO No tiene
España 2 meses VI** 4 meses VI 11-12 meses VI 6 años VI
Argentina 2 meses VI 4 meses VI 6 meses VO Entre los 15 y 18 años y luego entre los 5 y 6 años de edad VO
Venezuela 2 meses VI 4 meses VO 6 meses VO Entre los 15 y 18 meses y entre los 4 y 6 años de edad VO
Colombia 2 meses VO 4 meses VO 6 meses VO 18 meses y a los 5 años VO

Cabe acotar que en España la vacuna utilizada es aplicada con otras vacunas combinadas, es decir, no se coloca como vacuna individual. 

*VO: Vía de administración oral.

**VI: Vía de administración inyectable.

Cómo se realiza el tratamiento

Por lo que como otras virosis, la poliomielitis no tiene un tratamiento específico por lo que el médico recomienda reposo e ingestión de líquidos, además del uso de medicamentos como Paracetamol o Dipirona para aliviar la fiebre y los dolores corporales.

En los casos más graves en el que hay parálisis el tratamiento puede incluir la realización de sesiones de fisioterapia, en la que son utilizadas diversas técnicas y aparatos como órtesis para mejorar la postura y ayudar a reducir los efectos de las secuelas en el día a día de la persona.