Mioclonías: qué son, causas y cómo es el tratamiento

Actualizado en febrero 2024

La mioclonía es una contracción muscular repentina e involuntaria o un movimiento breve, rápido y brusco, similar a un shock, causado por la contracción de un músculo o grupos de músculos. Las mioclonías pueden surgir debido a cambios en el sistema nervioso, problemas metabólicos, reacción a medicamentos o ser consecuencia de la actividad física o la ansiedad, por ejemplo.

Este espasmo repentino, en la mayoría de los casos, ocurre en una de las extremidades y puede variar en intensidad, sin embargo, también puede afectar el habla o los músculos gastrointestinales, resultando en síntomas como dificultad para hablar y tragar, en algunos casos.

El tratamiento de las mioclonías debe ser indicado por un reumatólogo y depende de su causa, pudiendo recomendarse el uso de medicamentos anticonvulsivos, tranquilizantes o, en los casos más graves, la realización de una cirugía, especialmente en los casos en los que los espasmos son frecuentes e interfieren en la calidad de vida.

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Cuáles son los síntomas

Generalmente, las personas con mioclonías describen un tipo de espasmo muscular repentino, breve e involuntario, como si de un shock se tratara y que puede variar en intensidad y frecuencia. El espasmo puede ser en una sola parte del cuerpo o en varias y, en casos muy graves, puede interferir con la alimentación y la forma de hablar o caminar.

Qué puede causar mioclonías

Las mioclonias pueden ser causadas por diferentes problemas, clasificándose como se indica a continuación: 

1. Mioclonía del sueño

La mioclonía nocturna es cuando se producen espasmos musculares durante el sueño, cuando la persona siente que se cae o se desequilibra, y suele ocurrir cuando se está quedando dormido, en el que los brazos o piernas se mueven de forma involuntaria.

Aún no se sabe exactamente qué causa estos movimientos, pero se cree que consiste en un tipo de conflicto cerebral, en el que el sistema que mantiene despierta a la persona interfiere con el sistema que induce el sueño, ocasionando los espasmos.

2. Mioclonía fisiológica

Este tipo de mioclonía ocurre en personas normales y sanas y rara vez requiere tratamiento, ya que puede estar relacionado con situaciones normales del cuerpo. Algunas de las causas del mioclono fisiológico son el hipo, temblores o espasmos debidos a la ansiedad o a la actividad física. 

3. Mioclonía idiopática

En la mioclonía idiopática, el movimiento mioclónico aparece de forma espontánea, sin asociarse a otros síntomas o enfermedades, y puede interferir con las actividades diarias. Su causa aún se desconoce, pero normalmente se asocia a factores hereditarios.

4. Mioclonía epiléptica

Este tipo de mioclonía surge debido a un trastorno epiléptico, donde se producen convulsiones que causan movimientos rápidos tanto en los brazos como en las piernas. Conozca más sobre los síntomas de la epilepsia.

5. Mioclonía secundaria

La mioclonía secundaria, conocida también como mioclonía sintomática, generalmente ocurre como resultado de otra enfermedad o condición médica, como una lesión en la cabeza o en la médula espinal, la presencia de una infección, insuficiencia renal o hepática, enfermedad de Gaucher, envenenamiento, privación de oxígeno prolongada, reacción a medicamentos, enfermedades autoinmunes y metabólicas.

Además, existen otras condiciones relacionadas con el sistema nervioso central que también puede provocar mioclonía secundaria, como es el caso del un ACV, tumores cerebrales, enfermedad de Huntington, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, enfermedad de Alzheimer y Parkinson, degeneración corticobasal y demencia frontotemporal.

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Cómo se realiza el tratamiento

La mioclonía no siempre requiere tratamiento, pues dependerá de la causa que lo origina. En los casos donde se requiera, un médico general o reumatólogo podrá recomendar el uso de medicamentos, terapias o incluso una cirugía para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Los principales tratamientos para las mioclonías son:

  • Tranquilizantes, como el clonazepam, suelen ser la primera opción de tratamiento para el mioclono cortical. Sin embargo, puede provocar efectos secundarios como pérdida de coordinación y somnolencia;
  • Anticonvulsivos, como el ácido valproico, la primidona o el levetiracetam, por ejemplo, los cuales ayudan a controlar las convulsiones y reducir los síntomas de las mioclonías. Los efectos secundarios de estos medicamentos son náuseas, cansancio, mareos o sedación;
  • Inyecciones de botox, para tratar diversas formas de mioclono, especialmente cuando solo se ve afectada una parte del cuerpo. La toxina botulínica bloquea la liberación de un mensajero químico que provoca la contracción muscular.

Además, en los casos en los que el mioclono esté relacionado con la presencia de un tumor, una lesión en el cerebro o en la médula espinal, el médico podría recomendar la realización de una cirugía.