La miasis cutánea es una infección parasitaria que afecta tanto a humanos como a animales vertebrados, y se produce por la infestación de larvas de moscas del orden Díptera, como el gusano barrenador. Estas larvas ingresan al cuerpo a través de heridas o llagas en la piel, donde se desarrollan alimentándose de tejido vivo o muerto.
Esta afección es más común en regiones de clima tropical y se presenta con mayor frecuencia en lugares donde las condiciones de higiene son deficientes. Los síntomas de la miasis cutánea incluyen la presencia de pus, mal olor, fiebre, dolor localizado y una sensación de movimiento bajo la piel.
El tratamiento de la miasis cutánea consiste en asfixiar la larva aplicando alguna sustancia oclusiva para facilitar su salida y posterior extracción con pinzas, este procedimiento únicamente debe ser realizado por un médico, quien además puede recetar antiparasitarios, como la ivermectina.
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Principales síntomas
Los síntomas de la miasis cutánea en humanos son:
- Fiebre y escalofríos;
- Pus y mal olor proveniente de la herida;
- Enrojecimiento de la piel;
- Dolor y sensación de movimiento debajo de la piel;
- Llagas o heridas dolorosas en la piel.
Además, la persona puede experimentar pérdida de apetito, malestar general y, en algunos casos, inflamación en la zona afectada.
Tipos de miasis
La miasis cutánea se debe a la penetración de la larva de la superficie de la piel y puede clasificarse en:
1. Miasis cutánea foruncular
La miasis cutánea foruncular generalmente es provocada por la mosca tumbadora o de los perros (Dermatobia hominis) y por la mosca tumbadora (Cordylobia anthropophaga), insectos que generan lesiones similares a un forúnculo.
Este tipo de lesión comienza a desarrollarse aproximadamente 24 horas después de la infestación y puede alcanzar un tamaño de 1 a 3 cm de diámetro.
La herida se caracteriza por un poro central, por donde se puede observar la cola de la larva, que necesita entrar en contacto con el aire para respirar.
La infestación puede darse porque la mosca deposita los huevos en áreas expuestas de la piel como el cuero cabelludo, la cara y los miembros, o por el depósito de huevos en la ropa, pudiendo afectar a cualquier parte del cuerpo.
2. Miasis cutánea migratoria
La miasis cutánea migratoria o subcutánea se produce cuando las larvas migran bajo la superficie de la piel, y generalmente es causada por la mosca tumbadora (Cordylobia anthropophaga) y el gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax).
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En la miasis cutánea migratoria, las personas pueden notar bultos dolorosos en la piel que a veces desaparecen después de unos días, pero luego pueden aparecer de nuevo cerca del lugar original. Este ciclo puede durar hasta 10 semanas.
La infestación ocurre porque la mosca hembra se siente atraída por el olor de una herida abierta, que puede ser causada por una picadura de insecto, un raspón o un corte. Al detectar esta señal, la mosca se posa sobre la herida, donde deposita sus huevos.
Cómo se propaga
La miasis cutánea puede propagarse diferentes formas, las mismas son:
- Gusanera: la mosca Cochliomyia hominivorax se posa en la piel herida y coloca de 200 a 300 huevos, que se transforman en larvas en tan solo 24 horas y se alimentan de tejidos vivos o muertos. Después de ese período, ellas caen y se esconden en el suelo en forma de pupa, que luego de unos días darán origen a nuevas moscas.
- Larva: la mosca Dermatobia hominis coloca una larva en la piel y después de alrededor de 7 días penetra la piel activamente y permanece ahí durante 40 días aproximadamente, alimentándose de tejidos vivos o muertos. Luego de ese período, ella cae y se esconde en el suelo en forma de pupa para luego dar origen a una nueva mosca. La larva mantiene un orificio abierto en la piel, por donde consigue respirar y, por esta causa, al cubrir esta abertura la larva puede morir.
- Foresis: la foresis ocurre cuando un mosquito transporta larvas de una mosca que previamente puso sus huevos en un animal. Al picar a una persona, el mosquito puede depositar las larvas en la piel humana, lo que provoca la miasis.
Este tipo de contagio puede afectar a los seres humanos y también a los animales domésticos, ganado, ovinos y caprinos, por ejemplo; y también es posible que exista gusanera y larva al mismo tiempo, principalmente, en los animales que no son inspeccionados de forma rutinaria.
Cómo prevenir
Para evitar el contagio por larva de mosca en humanos es importante:
- Mantener buenos hábitos de higiene;
- Bañarse diariamente de forma adecuada usando agua y jabón;
- Utilizar ropa limpia y planchada a altas temperaturas;
- Utilizar repelente de insectos y telas mosquiteras;
- Dejar secar la ropa al sol;
- Mantener las heridas limpias y desinfectadas aplicando loción antiséptica diariamente.
También es muy importante mantener alejadas a las moscas, evitando que se acumulen sobre la basura expuesta al aire libre.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la miasis cutánea consiste en asfixiar las larvas, ya que sin oxígeno no pueden sobrevivir y tienden a salir de la piel.
Este procedimiento se realiza aplicando vaselina, lidocaína u otra crema sobre la herida donde se encuentra la larva, lo que provoca que intente salir al exterior, facilitando su extracción con una pinza por parte del médico. En algunos casos, puede ser necesario repetir este procedimiento varias veces.
Además, cuando hay una infestación más extensa, el médico puede recetar ivermectina por vía oral o tópica, tanto para eliminar las larvas restantes para prevenir infecciones secundarias.
En los casos más graves, puede ser necesaria una pequeña intervención quirúrgica para ampliar el orificio de salida y facilitar la extracción de la larva. Si la lesión es muy grande o ha causado daños importantes en la piel, podría ser necesario realizar una cirugía plástica para reconstruir el tejido afectado.