La larva migrans en humanos es una infección causada por algunos parásitos que pueden causar síntomas como líneas rojas en la piel, náuseas, hinchazón en el abdomen y dificultad para enfocar, dependiendo del parásito involucrado y de la zona del cuerpo afectada.
Esta infección es conocida como larva migrans cutánea, cuando es causada por los parásitos Ancylostoma braziliense o Ancylostoma caninum, y larva migrans visceral u ocular, cuando es causada por el parásito Toxocara sp.
En caso de sospecha de larva migrans, se debe acudir con un médico infectólogo o dermatólogo en caso de síntomas en la piel; o a un oftalmólogo, en caso de que haya síntomas en la vista. El tratamiento se realiza normalmente con antiparasitarios, como albendazol y mebendazol.
Principales síntomas
Los principales síntomas de larva migrans en humanos son:
- Puntos pequeños o bolita roja en la piel;
- Líneas rojas y tortuosas en la piel, formando un camino que aumenta con el tiempo;
- Comezón intensa en la piel que empeora durante la noche;
- Fiebre;
- Vómitos;
- Dolor abdominal;
- Tos persistente;
- Silbido en el pecho;
- Ganglios en partes del cuerpo;
- Hinchazón en el abdomen, debido al aumento del hígado y del bazo.
Estos síntomas son más comunes en la piel del pie o de las piernas, ya que el parásito normalmente entra en el cuerpo debido al contacto con el suelo contaminado.
En algunos casos el parásito puede llegar al globo ocular, causando dificultad para enfocar, enrojecimiento, dolor y comezón en el ojo, apareciendo manchas blancas en la pupila y, en casos más graves, pérdida de la vista. Vea cómo reconocer los síntomas.
Ciclo de vida de la larva migrans cutánea
Los gatos y perros son considerados hospederos definitivos del parásito y se infectan cuando entran en contacto con larvas de Ancylostoma braziliense o Ancylostoma caninum presentes en el suelo. Estas larvas se desarrollan el intestino hasta la fase adulta, que es cuando liberan sus huevos que son eliminados en las heces de estos animales.
En el suelo, el huevo se rompe y libera larvas que se desarrollan hasta su fase infectante, entrando en el organismo humano por medio de una herida en la piel o por medio de un folículo capilar. Este permanece en la piel conduciendo a la manifestación de signos y síntomas de la infección.
Cómo se contagia
Cuando el parásito es Toxocara sp., la transmisión de la larva migrans ocurre por el consumo de vísceras o carne mal cocida de animales infectados, como conejos o aves, o la ingesta accidental de huevos del parásito que son liberados en las heces del animal enfermo.
Por otro lado, en el caso de parásitos como Ancylostoma braziliense y Ancylostoma caninum, la larva migrans es transmitida por contacto directo con larvas presentes en el suelo, que son capaces de penetrar la piel. Estas larvas se forman de huevos liberados en las heces del animal enfermo.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la larva migrans en humanos normalmente es realizado por el infectólogo o médico general tomando en consideración los síntomas presentes y los resultados de exámenes de sangre, como hemograma y la búsqueda de anticuerpos contra el parásito.
Además, también es posible consultar al dermatólogo en caso de alteraciones de la piel, o al oftalmólogo en caso de que surjan alteraciones en la vista para confirmar el diagnóstico.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la infección por larva migrans cutánea debe ser prescrito por el médico, siendo importante su continuación a pesar de ya no haber síntomas. Normalmente, el tratamiento se realiza con el uso de antiparasitarios, como albendazol, tiabendazol o mebendazol durante 5 días. Conozca más sobre el tratamiento para la larva migrans cutánea.
Cuando la infección produce síntomas oculares, el médico normalmente indica el uso de corticoides en forma de colirios o comprimidos para disminuir la inflamación y evitar la progresión de la enfermedad.
Cómo se puede prevenir
Para prevenir el contagio con la larva migrans se debe:
- Evitar caminar descalzo en sitios que puedan estar contaminados con heces de animales, como playas, jardines, parques o calle;
- Lavarse las manos siempre después de jugar con animales y antes de preparar o consumir alimentos;
- No consumir agua no tratada o filtrada, debido al riesgo de contaminación;
- Evitar comer carne o vísceras mal cocidas de animales como conejos o aves, especialmente cuando no se tiene certeza de su calidad.
Asimismo, las personas que tienen un animal doméstico deben recoger siempre las heces de sus animales en la calle, por ejemplo, y deben desparasitarlos regularmente.