El herpes genital no se puede curar ni eliminar para siempre. Esto se debe a que el virus del herpes simple (HSV-1 o HSV-2) permanece en estado latente en los ganglios nerviosos, donde los medicamentos no logran alcanzarlo.
Sin embargo, es posible controlar los síntomas y reducir la frecuencia de los brotes mediante el uso de medicamentos antivirales, como aciclovir, valaciclovir o famciclovir, que siempre deben ser prescritos por el médico. Conozca más sobre el herpes.
Estos antivirales ayudan a que las heridas cicatricen más rápido, disminuyen el dolor, la comezón y el enrojecimiento, y reducen el riesgo de transmisión a otras personas.
La transmisión del herpes genital puede reducirse con el uso de métodos de barrera, como el preservativo masculino o femenino, en todas las relaciones sexuales, incluso cuando no haya lesiones visibles, ya que el virus puede transmitirse en ausencia de síntomas.
También es fundamental evitar las relaciones sexuales durante los brotes activos, cuando el riesgo de contagio es mayor, y seguir adecuadamente el tratamiento antiviral prescrito por el médico, lo que ayuda a disminuir la probabilidad de transmisión y contribuye a proteger a la pareja.
¿Cómo es el tratamiento del herpes genital?
El tratamiento del herpes genital se realiza con antivirales orales, indicados por el médico. Con el tratamiento adecuado, las lesiones suelen mejorar en un plazo de 7 a 10 días. Durante este tiempo, se recomienda:
- Evitar el contacto íntimo hasta la cicatrización completa de las lesiones.
- No compartir toallas, ropa interior u otros objetos de uso personal.
- Usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas, para permitir que la piel respire.
- Realizar baños de asiento con agua tibia para aliviar la molestia.
Además, mantener un estilo de vida saludable y una buena alimentación puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, lo que contribuye a reducir la frecuencia de los brotes, aunque no sustituye el tratamiento médico. Conozca más sobre el tratamiento para el herpes genital.