La insuficiencia renal se detecta principalmente con un análisis de sangre que mide la creatinina y permite calcular la tasa de filtración glomerular. Estos exámenes muestran si los riñones logran eliminar bien los desechos y regular los líquidos en el cuerpo.
También se realiza un análisis de orina para buscar proteínas como la albúmina. Si los niveles están altos, puede haber daño renal. Las pruebas de imagen, como el ultrasonido, ayudan a identificar cambios en la forma o tamaño de los riñones.
Cuando los exámenes muestran alteraciones, pueden aparecer síntomas como hinchazón, fatiga o cambios en la orina. Estos problemas ocurren porque los riñones ya no funcionan correctamente.
Es importante consultar al nefrólogo si se detecta una baja tasa de filtración glomerular en los estudios de laboratorio. El especialista podrá definir el diagnóstico y el tratamiento adecuado. Conozca más sobre la insuficiencia renal.