Laxantes: qué son, tipos, indicaciones y riesgos

Actualizado en septiembre 2023

Los laxantes son medicamentos que estimulan las contracciones intestinales, favoreciendo la eliminación de las heces y combatiendo de forma temporal el estreñimiento. A pesar de que ayuda a disminuir los problemas de estreñimiento, tomar más de 1 comprimido de laxante por semana puede ser perjudicial para la salud, puesto que puede crear dependencia. 

Por esta razón, el uso de laxantes sólo puede realizarse bajo orientación médica. En la dosis cierta, los laxantes pueden ser recomendados para vaciar el intestino durante la fase de preparación previa para la realización de ciertos exámenes, como la colonoscopia, por ejemplo. 

Es importante adoptar buenos hábitos de salud para evitar el estreñimiento y no tener que recurrir al uso de laxantes; siendo recomendado la ingesta de alimentos ricos en fibras, beber suficiente agua durante el día, realizar ejercicios regularmente e ir al baño cuando se tengan ganas. 

Imagem ilustrativa número 3

Indicaciones de laxantes 

El uso de laxante puede ser indicado en ciertos casos, como por ejemplo:

  • Personas que sufren de estreñimiento debido a la falta de actividad física, como es el caso de personas mayores encamadas;
  • Personas que sufren de hernias o hemorroides graves, las cuales causan mucho dolor al momento de evacuar;
  • En el postoperatorio de cirugías en las cuales no se puede realizar esfuerzo al evacuar o cuando se está mucho tiempo encamado;
  • En la preparación para exámenes médicos que necesiten que el intestino se encuentre vacío, como es el caso de la colonoscopia. 

Por otra parte, el uso de laxantes sólo debe realizarse bajo indicaciones médicas, puesto que en algunos casos puede interferir con otros medicamentos que se estén tomando en ese momento. 

Tipos de laxantes

Existen varios tipos de laxantes de acuerdo a la causa de estreñimiento, siendo los principales:

Tipo de laxante Modo de acción
Estimulantes

Estimulan directamente contracción del intestino para favorecer la eliminación de las heces. Están indicadas en caso de evacuación rápida del intestino.

Formadores de volumen Causan la absorción de agua en el intestino para formar heces blandas y de tamaño suficiente para estimular al intestino a contraerse y eliminar las heces.
Enemas

Aumentan el volumen de líquido en el intestino e hidratan las heces para favorecer su eliminación.

Osmóticos Son derivados de los azúcares, como la lactulosa y el sorbitol, y al ser metabolizados ayudan a estimular los movimientos intestinales debido a que aumentan el volumen intestinal.
Emolientes (lubricantes)

Hacen que las heces se humedezcan, haciéndolas más fáciles de eliminar.

Supositorios de glicerina Ayudan a eliminar las heces debido a que al ser introducidos por el recto, estimulan los movimientos intestinales, además de lubricar la zona debido a la glicerina que contienen.

El tipo de laxante debe ser indicado por el médico de acuerdo a la causa que origina la dificultad para eliminar las heces, por lo que se debe acudir a consulta para una evaluación clínica y la orientación adecuada del laxante.

Cómo tomar laxantes sin perjudicar la salud

Los laxantes recomendados por el médico pueden ingerirse por vía oral a través de soluciones, gotas o jarabe, o aplicándolo directamente en el ano, en forma de supositorio. Promoviendo el aumento de los movimientos intestinales, tornando las heces más suaves y facilitando su salida. 

Sin embargo, una opción más saludable y con menos riesgos para la salud que puede ser utilizada antes de los medicamentos laxantes es utilizar jugos y tés con efectos laxantes, como el jugo de papaya con naranja o el té de Senna, por ejemplo.

Vea en el vídeo a continuación cómo preparar un jugo con propiedades laxantes:

Contraindicaciones 

Comúnmente, los laxantes de contacto no son indicados durante el embarazo ni en pacientes con náuseas o vómitos, puesto que pueden aumentar la deshidratación, agravando el problema. 

También está contraindicado en niños que sufren de estreñimiento; siendo utilizados sólo bajo la indicación del pediatra, pues pueden alterar la flora intestinal y, por lo tanto, el funcionamiento normal del intestino. Vea cómo colocar un supositorio en niños

Por otra parte, este medicamento no debe utilizarse en personas que sufran de bulimia, anorexia o en aquellos que estén tomando diuréticos como la furosemida; puesto que aumenta la pérdida de agua y de minerales del organismo, lo cual puede causar un mal funcionamiento a nivel de los riñones o del corazón.

Posibles riesgos

El uso frecuente de laxantes puede causar a largo plazo problemas para la salud, como: 

1. Dependencia al laxante y agravamiento del estreñimiento

Cuando se está sin defecar por lo menos por 3 días, las heces se tornan duras, siendo más complicada su eliminación y disminuyendo las funciones del intestino, lo que trae como consecuencia el agravamiento del estreñimiento. En estos casos, se puede recomendar el uso de laxante para promover las contracciones del intestino y facilitar la eliminación de las heces. 

No obstante, cuando el uso de laxantes es frecuente, el intestino puede acabar creando dependencia y funcionando sólo cuando es estimulado por este medicamento. 

2. Mal funcionamiento de los riñones o del corazón

El uso de laxantes de forma excesiva también puede causar problemas cardíacos o renales debido a la eliminación de electrolitos importantes, como el calcio; además de vitaminas y nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. 

3. Perjudica la absorción de otros medicamentos

Aparte de influir en la absorción de otros medicamentos, puede ocasionar la irritación de la mucosa intestinal y tornar el intestino grueso más liso y largo, lo que conlleva a las heces a recorrer una mayor trayectoria para poder ser eliminadas. Asimismo, el uso frecuente de laxantes disminuye las rugosidades del intestino que ayudan a moldear las heces y contribuyen a las contracciones intestinales. 

 Cómo mejorar el funcionamiento del intestino

Para mejorar el funcionamiento del intestino sin el uso de laxantes, se recomienda optar por opciones naturales, como:

  • Beber más agua, ingiriendo por lo menos 1,5 a 2 litros de agua al día;
  • Comer alimentos ricos en fibras como pasta integral, arroz integral y pan con semillas;
  • Evitar alimentos blancos a base de harinas como el pan blanco, papas, harina de yuca o de maíz, los cuales contienen una baja cantidad de fibras;
  • Comer frutas con cáscara y con efectos laxantes como ciruelas, uva, papaya, kiwi o naranja;
  • Tomar yogur con semillas como linaza o chía. 

Generalmente, cuando el consumo de este tipo de alimentos se realiza diariamente, el intestino funciona de forma regular, pudiendo prescindir de los laxantes de contacto. Vea estos y otros consejos en el vídeo a continuación:

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