El impétigo es una infección de la piel, altamente contagiosa, que provoca pequeñas heridas con pus y una costra dura de color dorado o similar a la miel, que suelen aparecer alrededor de los labios y la nariz.
Aunque es más frecuente en niños, puede presentarse a cualquier edad y afectar otras partes del cuerpo, como brazos, piernas o pies. El contagio ocurre por contacto directo con las lesiones, por lo que se recomienda aislamiento durante los dos primeros días de tratamiento.
Ante la aparición de síntomas compatibles con impétigo, es importante acudir con un dermatólogo o pediatra para evaluar las lesiones e iniciar el tratamiento, que normalmente incluye el uso de pomadas antibióticas o, en algunos casos, antibióticos orales.
Principales síntomas
Los principales síntomas de impétigo son:
- Heridas rojas, con piel irritada;
- Ampollas con líquido amarillento o anaranjado;
- Costra de color dorado;
- Comezón en el área de las heridas;
- Inflamación de los ganglios cercanos a las lesiones.
Los síntomas pueden variar según el tipo de impétigo presente en la persona.
Cómo empieza
Al inicio en el impétigo aparece con pequeños puntos o llaguitas rojas en zonas expuestas, como alrededor de la nariz y la boca, brazos y piernas.
Estas lesiones pueden convertirse en ampollas superficiales que se rompen y liberan líquido, dejando costras de color miel. Suelen causar comezón y se contagian con facilidad.
Tipos de impétigo
Los diferentes tipos de impétigo son:
1. Impétigo ampolloso
En el impétigo ampolloso se forman ampollas llenas de líquido que, al romperse, dejan costras. Aunque su aspecto pueda parecer alarmante, estas lesiones suelen sanar sin dejar cicatrices permanentes.
Este tipo de impétigo es menos común y afecta sobre todo a bebés pequeños.
Lea también: Impétigo ampolloso: qué es, síntomas, causas y tratamiento tuasaude.com/es/impetigo-ampolloso2. Impétigo no ampolloso o contagioso
Los síntomas del impétigo no ampolloso surgen en 1 semana, siendo notada la aparición de pequeñas lesiones alrededor de la nariz y de la boca, que evolucionan a costras de color amarillento o dorado. Vea otras lesiones que pueden surgir en el área de la nariz.
3. Ectima o impétigo profundo
El ectima es una forma de impétigo con síntomas más graves, ya que compromete capas más profundas de la piel.
En estos casos, aparecen heridas abiertas con pus, dolorosas con costras grandes y amarillentas, que tardan más en cicatrizar y pueden dejar marcas.
Principales causas
El impétigo es provocado por bacterias presentes en la piel, como Streptococcus pyogenes o Staphylococcus aureus, que habitualmente no causan síntomas ni enfermedad.
La infección suele comenzar cuando estas bacterias penetran en la piel a través de una herida, como cortes, picaduras de insecto o erupciones.
En algunos casos, puede aparecer incluso sin lesiones visibles, especialmente después de otras enfermedades de la piel, como varicela, eccema, sarna o pediculosis.
Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar impétigo se incluyen tener entre 2 y 5 años, el contacto directo con una persona infectada, ser adulto mayor o padecer enfermedades autoinmunes.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de impétigo lo realiza un pediatra o dermatólogo mediante la observación de las lesiones durante un examen físico, lo cual suele ser suficiente para identificar la enfermedad.
En ciertos casos, el médico puede tomar una muestra de la lesión y enviarla al laboratorio para determinar qué bacteria está causando la infección, lo que ayuda a seleccionar el antibiótico más adecuado.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para el impétigo debe ser indicado por un pediatra o dermatólogo y puede incluir:
1. Pomadas antibióticas
Las pomadas antibióticas se indican cuando hay pocas lesiones y la infección es leve. Se aplican directamente sobre la piel, generalmente de 3 a 4 veces al día, durante un periodo de 5 a 7 días.
Entre las más utilizadas se encuentran la mupirocina, la retapamulina, la gentamicina, la neomicina y el Cicatrene. Estas favorecen una cicatrización más rápida y ayudan a prevenir la propagación de la infección a otras zonas.
Antes de aplicar la pomada, se recomienda lavar el área afectada con agua y jabón neutro si las costras son pequeñas. En caso de heridas más grandes, lo ideal es no retirar la costra y aplicar el medicamento directamente.
En algunas situaciones, el médico puede indicar el uso de solución salina para ablandar la costra y mejorar la absorción del medicamento.
2. Antibióticos orales
Los antibióticos orales, ya sea en comprimidos o en suspensión, se utilizan cuando el impétigo afecta una mayor área de la piel o presenta numerosas lesiones. Son esenciales para controlar la infección y prevenir posibles complicaciones.
Entre los fármacos más utilizados se encuentran las cefalosporinas, la clindamicina y el trimetoprim con sulfametoxazol. Otras opciones que puede recetar el médico incluyen la amoxicilina con clavulanato, especialmente en bebés y niños.
El tratamiento con antibióticos orales suele durar entre 7 y 10 días. Aunque las lesiones mejoren antes, es esencial completar el tratamiento para evitar recaídas o la aparición de resistencia bacteriana.
3. Cuidados de higiene
Durante el tratamiento del impétigo, es importante cubrir las heridas con vendajes o ropa para evitar que la bacteria se propague.
Después de tocar o rascar las lesiones, es esencial lavarse bien las manos. Lo ideal es evitar manipular o rascar las heridas para que no empeoren.
Durante este periodo, no se deben usar piscinas, jacuzzis públicos ni compartir objetos personales como toallas, ropa o sábanas.
Además, el médico puede indicar el uso de soluciones antisépticas para limpiar las lesiones, lo que reduce el riesgo de nuevas infecciones.
Cómo prevenir el impétigo
Para prevenir el impétigo, es fundamental mantener una buena higiene diaria, como lavarse las manos con frecuencia o usar gel antibacterial cuando no haya agua y jabón.
También es recomendable mantener las uñas cortas para evitar rasguños que faciliten la entrada de bacterias.
Otra medida preventiva es limpiar y cubrir adecuadamente cualquier corte o raspadura, lavándolo con agua y jabón neutro, y protegiéndolo con un vendaje.
Además, es importante evitar rascar lesiones o áreas irritadas, como ocurre en la varicela o el eccema, para prevenir que la infección aparezca o se propague.
Lea también: 5 cuidados durante la varicela y cuánto tiempo dura tuasaude.com/es/cuidados-de-la-varicela¿El impétigo es contagioso?
El impétigo es altamente contagioso y puede transmitirse fácilmente por contacto directo con las heridas o a través de objetos contaminados, como toallas, ropa o sábanas.
Por esta razón, se recomienda aislamiento durante los dos primeros días de tratamiento, manteniendo las heridas cubiertas, una higiene adecuada y evitando compartir objetos personales.