Presión arterial baja (hipotensión): síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en noviembre 2022

La presión baja, también llamada hipotensión arterial, ocurre cuando la presión arterial llega a valores iguales o inferiores a 9x6, es decir, 90 mmHg x 60 mmHg. Generalmente, los individuos con presión baja no presentan síntomas, en especial cuando la persona siempre ha tenido presión baja; sin embargo, cuando la presión disminuye de forma brusca, puede ocasionar el surgimiento de síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad o sensación de desmayo, por ejemplo. 

La hipotensión es muy común luego de un cambio de postura repentino, como al levantarse de la cama rápido, pero también puede ocurrir debido a ciertos problemas de salud, como deshidratación, infecciones o enfermedades cardíacas, por ejemplo. 

Se aconseja consultar un médico general o cardiólogo cuando existe sospecha de hipotensión, en especial si hay síntomas, con el objetivo de identificar precozmente si existe algún problema que requiera de tratamiento, el cual puede incluir tan solo el aumento de la ingesta de líquidos y el uso de medias de compresión, o tratamientos específicos para algún problema de salud, por ejemplo. 

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Calculadora online de presión arterial

Si cree que puede tener hipotensión o presión arterial baja, ingrese sus datos en nuestra calculadora a continuación:

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Principales síntomas

La hipotensión generalmente no causa síntomas, en especial en personas que suelen tener la presión baja. No obstante, algunos síntomas pueden surgir cuando la presión disminuye de forma repentina, por debajo de 9x6. 

Los signos y síntomas que pueden surgir cuando la presión está baja incluyen: 

  • Sensación de falta de energía o debilidad;
  • Dolor de cabeza;
  • Cabeza pesada y sensación de vacío;
  • Mareos o vértigos;
  • Náuseas;
  • Piel húmeda;
  • Palidez;
  • Visión nublada o borrosa;
  • Somnolencia;
  • Dificultad de concentración;
  • Confusión, especialmente en adultos mayores;
  • Respiración acelerada;
  • Pulso débil y rápido;
  • Pérdida de conciencia o desmayo.

En caso de que surjan algunos de estos síntomas, es importante consultar el cardiólogo o acudir a un centro de salud para evaluar los síntomas, diagnosticar la hipotensión e iniciar el tratamiento más adecuado. 

Asimismo, se debe buscar el servicio de emergencia más cercano en caso de que ocurra más de un desmayo, los síntomas no mejoren en algunas horas o exista confusión mental, aumento de los latidos cardíacos o respiración acelerada, pues pueden indicar problemas de salud más graves que requieran de ser identificados y tratados lo antes posible. 

Posibles causas

La hipotensión puede ocurrir en cualquier persona y a cualquier edad, y puede no tener ninguna causa aparente, no siendo preocupante, especialmente cuando no existen síntomas asociados. 

Una causa muy común es la hipotensión postural, o hipotensión ortostática, que consiste en una caída repentina de la presión arterial cuando la persona se levanta rápidamente después de estar sentada o acostada, provocando síntomas de mareos, visión borrosa e incluso desmayo. 

Asimismo, existen otros factores que también pueden contribuir al desarrollo de la hipotensión, los cuales incluyen:

  • Embarazo;
  • Deshidratación;
  • Problemas cardíacos como infarto, insuficiencia cardíaca o enfermedades en las válvulas del corazón;
  • Problemas endocrinos, como enfermedad de Addison, hipoglucemia o diabetes;
  • Heridas graves o hemorragia interna, que ocasionan una pérdida de grandes volúmenes de sangre;
  • Quemaduras graves;
  • Infección generalizada;
  • Reacción alérgica grave o choque anafiláctico;
  • Uso de medicamentos como diuréticos, betabloqueantes, antidepresivos o fármacos para la enfermedad de Parkinson o para la disfunción eréctil, por ejemplo. 

Asimismo, otra causa de la hipotensión es la anemia causada por la deficiencia nutricional de vitamina B12, ácido fólico o hierro, por ejemplo, pues impide la producción de glóbulos rojos en la sangre y la oxigenación de los tejidos, causando disminución de la presión arterial. 

Qué hacer en caso de una crisis de hipotensión

Durante una crisis de hipotensión, existen algunas medidas que pueden ser llevadas a cabo para ayudar a reducir el malestar, las cuales incluyen:

  1. Sentarse con la cabeza en el medio de las piernas, en una zona fresca y aireada para evitar desmayos;
  2. Acostarse con las piernas elevadas, por encima del nivel del corazón, más o menos a 45º del suelo, pues permite que la sangre fluya en dirección al corazón y al cerebro más fácilmente, aumentando la presión;
  3. Aflojar la ropa, especialmente alrededor del cuello, para respirar mejor;
  4. Beber líquidos, como agua, café o jugo de naranja, cuando la persona esté recuperada, para ayudar a aumentar la presión.

Es importante buscar ayuda médica en caso de que las crisis de hipotensión sean frecuentes, para que pueda ser evaluada la causa e iniciado el tratamiento recomendado por el médico. 

Vea más sobre qué hacer cuando se baja la presión arterial.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la hipotensión debe ser realizado por el cardiólogo a partir de los síntomas y la evaluación de los antecedentes personales y familiares y de la presión arterial. 

Asimismo, el médico puede indicar la realización de examen de sangre para verificar si existe otra condición que pueda estar causando la hipotensión, como diabetes, hipoglucemia o anemia, por ejemplo. 

El cardiólogo también puede solicitar la realización de electrocardiograma, con el objetivo de verificar alteraciones en el corazón, como ritmo y frecuencia de los latidos cardíacos; o la prueba de la mesa basculante, también conocida como la prueba de la mesa inclinada, para investigar cómo el cuerpo reacciona a los cambios de posición. 

Cómo es realizado el tratamiento

La hipotensión que no genera síntomas y no tiene una causa aparente, por lo general no requiere de tratamiento médico específico. 

Sin embargo, cuando la hipotensión provoca algún tipo de molestia o causa síntomas leves, el médico puede indicar algunos cuidados para combatir la presión baja, entre los cuales se incluyen los siguientes:

  • Beber de 1 a 2 litros de agua por día, pues ayuda a aumentar el volumen sanguíneo y a prevenir la deshidratación;
  • Usar medias elásticas, para ayudar al retorno de la sangre de las piernas hacia el corazón, mejorando la presión arterial;
  • Levantarse lentamente, respirando profundamente;
  • Aumentar el consumo de sal, con el objetivo de intentar elevar la presión arterial. No obstante, este aumento solo debe ser realizado bajo la orientación de un médico o nutricionista, pues el uso exagerado de sal puede acabar siendo perjudicial para la salud;
  • Hacer comidas poco voluminosas, comiendo poco en intervalos cortos, cada 2 o 3 horas;
  • Tomarse correctamente los medicamentos para la presión alta, de acuerdo con las indicaciones médicas y nunca en dosis superiores a la recomendada;
  • Practicar actividad física regularmente, indicadas por el médico, para fortalecer los músculos de los brazos y las piernas, pues ayuda a la sangre a llegar más fácilmente al corazón y al cerebro. 

Ahora, cuando la hipotensión es causa por algún problema de salud, como diabetes, hipoglucemia, anemia o insuficiencia cardíaca, por ejemplo, el médico debe indicar el tratamiento específico para cada enfermedad. 

Es importante tener el seguimiento regular de un cardiólogo, y si la causa de la hipotensión es el uso de medicamentos, el médico puede alterar las dosis o sustituir el medicamento por otro. Es importante recalcar que solo el médico debe realizar la alteración de cualquier tipo de tratamiento, por lo que la persona no debe iniciar el uso de medicamentos o parar el tratamiento por cuenta propia. 

Vea a continuación paso a paso cómo debe medirse la presión arterial correctamente:

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