Hipo constante: 7 causas y qué hacer

El hipo constante puede ser causado debido al consumo excesivo de bebidas gaseosas o alimentos que aumentan la producción de gases. Sin embargo, también puede estar relacionado con ciertas condiciones de salud, como el reflujo gastroesofágico, la neumonía o enfermedades neurológicas, entre otras.

En la mayoría de los casos, el hipo es inofensivo y desaparece en pocos minutos, ya sea de forma espontánea o con la ayuda de algunos estímulos, como contener la respiración, soplar o beber agua fría. No obstante, el hipo constante se caracteriza por varios episodios a lo largo del día, durante varios días seguidos. Existen algunos remedios caseros que pueden ayudar a detener el hipo.

Cuando el hipo persiste por más de 48 horas, es fundamental investigar su causa, ya que podría estar relacionado con alteraciones neurológicas, o con problemas en el sistema gastrointestinal o respiratorio. En estos casos, es necesaria la evaluación de un médico general para identificar el origen del problema e indicar el tratamiento adecuado.

7 causas de hipo constante

Las principales causas del hipo constante son:

1. Consumo excesivo de bebidas con gases

El consumo excesivo de bebidas gaseosas, como refrescos, agua con gas o cerveza, por ejemplo, aumenta la cantidad de dióxido de carbono en el estómago, lo que puede provocar su distensión.

Esta distensión del estómago puede irritar los nervios frénico y vago, que inervan el diafragma, dando lugar a episodios de hipo constante.

Qué hacer: se recomienda evitar el consumo frecuente o excesivo de bebidas con gas, optando por alternativas sin gas, como agua, jugos naturales o infusiones.

Además, para ayudar a detener el hipo, se pueden utilizar técnicas como contener la respiración, soplar o beber agua fría.

2. Alimentos que aumentan la producción de gases

El consumo excesivo de alimentos que aumentan la producción de gases, como el repollo, el brócoli, los frijoles, los guisantes o el arroz integral, por ejemplo, también puede provocar la distensión del estómago y estimular el nervio frénico, lo que puede dar lugar a hipo constante. Vea los alimentos que causan gases. 

Además, el consumo excesivo de alimentos picantes o muy condimentados también puede desencadenar episodios frecuentes de hipo.

Qué hacer: adoptar una dieta equilibrada y reducir el consumo de alimentos que generan gases, así como de comidas muy picantes, puede ayudar a disminuir la frecuencia de las crisis de hipo.

3. Tragar mucho aire

Algunas situaciones, como comer demasiado rápido, masticar chicle con frecuencia, hablar mucho o hablar mientras se come, pueden hacer que se trague una gran cantidad de aire, lo que provoca la distensión del estómago y puede causar hipo constante.

Además, tragar aire en exceso, lo que se conoce científicamente como aerofagia, también puede generar otros síntomas, como sensación de hinchazón abdominal, pesadez en el estómago, eructos frecuentes o exceso de gases intestinales.

Qué hacer: es recomendable comer despacio, evitar masticar chicle y no hablar mientras se come, con el fin de reducir la cantidad de aire ingerido y, por tanto, disminuir los episodios de hipo. Vea otras formas de tratar la aerofagia.

4. Problemas gastrointestinales

El hipo constante puede estar causado por problemas gastrointestinales, como la esofagitis por reflujo o el reflujo gastroesofágico, que provocan irritación en el esófago debido al retorno del contenido del estómago hacia el esófago e incluso hacia la boca. Esta irritación puede generar espasmos o contracciones en el diafragma, dando lugar al hipo.

Además, pueden presentarse otros síntomas relacionados con la esofagitis o el reflujo gastroesofágico, como acidez o sensación de ardor constante que empeora después de las comidas, ardor que puede llegar hasta la garganta y el pecho, además del estómago, o regurgitación de alimentos. Vea los síntomas de reflujo y esofagitis.

Qué hacer: se debe acudir al gastroenterólogo para diagnosticar correctamente el problema gastrointestinal e iniciar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos como omeprazol o esomeprazol.

También se recomienda adoptar una dieta más adecuada y realizar cambios en el estilo de vida, como evitar acostarse inmediatamente después de comer, entre otros.

5. Alteraciones en el sistema respiratorio 

El hipo constante puede aparecer debido a alteraciones en el sistema respiratorio, ya sea por enfermedades como la neumonía o por un aumento en la frecuencia respiratoria después de un ejercicio físico extenuante, lo que puede disminuir la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en la sangre.

Qué hacer: se pueden aplicar algunas medidas que estimulan el nervio vago y ayudan a aumentar los niveles de CO₂ en el organismo, como soplar, beber agua fría, contener la respiración por unos segundos o respirar dentro de una bolsa de papel, por ejemplo.

Sin embargo, si el hipo no se detiene con estas técnicas, es importante acudir al médico para identificar la causa y comenzar el tratamiento más adecuado.

6. Enfermedades neurológicas

Algunas enfermedades neurológicas, como traumatismos o tumores cerebrales, meningitis, encefalitis o accidentes cerebrovasculares (ACV), pueden afectar las áreas del cerebro que transmiten señales al abdomen, incluyendo el músculo diafragma, lo que provoca contracciones o espasmos y da lugar a hipo constante.

Además, otras enfermedades que pueden dañar los nervios, como la esclerosis múltiple o la diabetes no controlada, también pueden alterar el control de los músculos respiratorios, contribuyendo a la aparición de hipo persistente.

Qué hacer: es fundamental tratar la enfermedad de base que está causando el hipo, bajo la orientación de un neurólogo, reumatólogo o endocrinólogo, según el caso.

También puede ser necesario el uso de medicamentos para aliviar los episodios de hipo constante, como la clorpromazina. En casos graves que no responden al tratamiento farmacológico, el médico puede optar por aplicar anestesia en el nervio frénico para ayudar a controlar el hipo.

7. Cirugía en la región abdominal

El hipo constante puede aparecer después de procedimientos quirúrgicos en la región del tórax o del abdomen, ya que estos pueden provocar algún tipo de estimulación o irritación en la zona del diafragma.

Estas causas están estrechamente relacionadas con la aparición del hipo, aunque aún no se conoce con certeza qué lo desencadena exactamente. 

Qué hacer: se debe consultar al médico responsable de la cirugía, quien podrá indicar el uso de medicamentos para aliviar el hipo, como baclofeno, clorpromazina o metoclopramida, entre otros.

Hipo constante en bebés

El hipo en los bebés es una situación común, ya que en esta etapa sus músculos torácicos y el diafragma aún se están desarrollando y adaptando. Además, es frecuente que el estómago se llene de aire después de la lactancia.

Por lo general, el hipo no representa un motivo de preocupación, y se pueden tomar algunas medidas sencillas para ayudar a que desaparezca más rápido, como mantener al bebé en posición vertical o hacerlo eructar. Vea otros consejos útiles para aliviar el hipo en los bebés.

Sin embargo, si el hipo dura más de 24 horas o interfiere con la alimentación, la lactancia o el sueño, es importante consultar al pediatra, ya que podría estar relacionado con un problema más serio, como una infección o inflamación.