La gangrena de Fournier es una infección bacteriana grave y no contagiosa que ocasiona la muerte de las células de la piel, la grasa y otros tejidos del escroto, pene y ano, generando gangrena, dolor intenso y constante, hinchazón y un olor muy fuerte.
Las lesiones pueden extenderse hasta la parte superior del muslo y el abdomen, y su aparición suele estar vinculada a una higiene deficiente en la zona, lo que favorece el crecimiento de bacterias capaces de destruir las células mediante la liberación de toxinas.
Esta infección tiene cura, pero requiere tratamiento oportuno para disminuir el riesgo de amputación y evitar que se extienda a otros órganos, lo que podría poner en riesgo la vida.
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Principales causas
La gangrena de Fournier es provocada por bacterias que se multiplican en la zona afectada y generan la muerte celular a través de la liberación de toxinas.
Entre las principales bacterias asociadas a esta condición se encuentran el Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Proteus mirabilis, Streptococcus sp, Enterococcus y Pseudomonas spp.
Algunas situaciones pueden favorecer la proliferación de estas bacterias y aumentar el riesgo de desarrollar la gangrena de Fournier son:
- Falta de higiene;
- Pliegues en la piel que acumulan bacterias;
- Diabetes mellitus;
- Obesidad mórbida;
- Desnutrición;
- Sepsis;
- SIDA;
- Infección del tracto urinario.
Además, otros factores de riesgo, como cirrosis, alcoholismo, hipertensión, abuso de drogas y antibióticos sin prescripción médica, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar gangrena de Fournier, ya que promueven la permanencia de bacterias más resistentes. Conozca más sobre las consecuencias del uso de drogas.
¿La gangrena de Fournier se contagia?
La gangrena de Fournier no se contagia entre personas, ya que se origina por infecciones bacterianas que afectan directamente los tejidos de la zona genital y perianal.
Principales síntomas
Los principales síntomas de la gangrena de Fournier incluyen:
- Enrojecimiento de la piel de la zona íntima, que evoluciona a un color más oscuro;
- Dolor intenso y constante;
- Crepitación o chasquido al tocar la piel;
- Olor muy fuerte en la región afectada;
- Ampollas e hinchazón en la región pélvica;
- Fiebre superior a 38º C;
- Cansancio excesivo.
Es importante que, al aparecer los primeros signos de lesiones en la región íntima, el urólogo, infectólogo o ginecólogo, en el caso de las mujeres, realice una evaluación médica. De esta forma, se puede iniciar el tratamiento lo antes posible y evitar la progresión de la infección.
Gangrena de Fournier en mujeres
Aunque es menos frecuente, la gangrena de Fournier también puede presentarse en mujeres, observándose gangrena en la vulva y la ingle.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la gangrena de Fournier se establece principalmente mediante la evaluación de los signos y síntomas.
El médico también puede solicitar análisis de laboratorio, como hemograma para detectar infección y hemocultivo para identificar microorganismos en la sangre.
Para conocer la extensión de la infección y la presencia de gas en los tejidos, el especialista puede indicar estudios de imagen, como tomografía computarizada o resonancia magnética.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la gangrena de Fournier siempre debe ser orientado por un urólogo o ginecólogo, siendo generalmente necesaria la cirugía.
La cirugía se conoce como desbridamiento y consiste en retirar la piel y las células afectadas para evitar la progresión de la enfermedad. El tejido extraído se envía al laboratorio para identificar el microorganismo responsable, lo que facilita la elección del antibiótico.
Además de la cirugía, se utilizan antibióticos como vancomicina, penicilina, clindamicina, metronidazol o cefalosporinas, para eliminar por completo todas las bacterias.
En los casos más graves, puede ser necesario retirar grandes áreas de piel y tejidos afectados y realizar una cirugía reconstructiva en la región íntima.
Cómo prevenir
Debido a que la gangrena de Fournier es causada por bacterias que se encuentran de forma natural en la zona genital, es importante adoptar medidas que eviten su proliferación, siendo importante mantener una higiene correcta de la zona genital, además de evitar alimentos ricos en azúcar, ya que puede favorecer el desarrollo bacteriano.
Además, es importante evitar los factores de riesgo, siendo importante tener una alimentación saludable, evitar el consumo de bebidas alcohólicas o drogas y no utilizar antibióticos sin indicación médica. Vea las principales consecuencias de la automedicación.