Lactancia Materna: factores que pueden interferir y qué hacer

Actualizado en abril 2020

Los problemas más comunes que pueden desalentar o interferir con la lactancia materna son el surgimiento de problemas con los pezones, inadecuada producción de leche, dolor en las mamas, congestión de las mamas, mastitis y abscesos de las mamas, cólicos del bebé y que el niño no quiera mamar. Generalmente estos problemas surgen durante los primeros días después del parto o pueden ocurrir mucho tiempo después de amamantar al bebé.

Normalmente estas situaciones causan dolor y malestar para la madre, por lo que existen ciertas técnicas simples como cuidar de los senos y tener una buena postura a la hora de amamantar, que ayudan a evitar este tipo de problemas. Vale la pena mencionar que el amamantamiento es un proceso de aprendizaje tanto para la madre como para el niño, que con el tiempo, ambos se tornan expertos y logran el amamantamiento hasta en las circunstancias más difíciles.

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Conozca qué debe hacer en cada una de las situaciones que se mencionan a continuación:

1. Pezón agrietado y dolorido

Cuando los pezones se agrietan o tienen excoriaciones, la madre suele sentir mucho dolor al momento de amamantar, además de observar la salida de sangre. Este problema surge debido a que puede que el bebé esté succionando solamente el pezón, porque se retira al niño de la mama jalándolo sin romper la fuerza de succión o porque el pezón está reseco. Este problema suele surgir durante las primeras semanas después del parto.

Qué hacer: Esta situación puede resolverse colocando una gota de leche en los pezones después de cada mamada y exponiendo los pezones al sol o al aire entre cada toma. La leche actúa como un cicatrizante natural de los pezones. 

En caso de que el dolor sea muy intenso, la madre puede utilizar los facilitadores de lactancia, consisten en un envase limpio donde se coloca la leche extraída por medios mecánicos o manuales, el cual se conecta a un tubo flexible, cuyo extremo más lejano se ubica en la areola de la mama en que se coloca al niño a mamar. De esta forma, el niño se alimenta y estimula a la mama con la succión. Este método se puede usar hasta que los pezones cicatricen. 

Existen también unos protectores de pezones de silicona que reducen el dolor provocado por la succión del bebé o también es posible utilizar pomadas con lanolina que ayudan a cicatrizar el pezón. Además de esto, es importante que el bebé no sólo succione del pezón, se debe estimular con el pezón o con el dedo en la mejilla para que abra bien la boca y tome tanto el pezón como la areola. Para retirar al niño de la mama se debe romper la fuerza de succión introduciendo el dedo meñique entre la comisura labial del niño y la mama. 

2. Mastitis

Esto ocurre cuando se queda la leche acumulada en los senos y no sale, debido a que los conductos por donde sale leche están tapados. En estos casos la mujer suele sentir unas bolas o nódulos en los senos, puede haber enrojecimiento de la mama en esa región y mucho dolor, y que si no es tratado a tiempo puede evolucionar y causar una infección en el seno llamada mastitis. Conozca más sobre la mastitis.

Qué hacer: Es importante que la madre use ropa ancha y un sujetador que apoye bien los senos sin comprimir la mama para evitar que los conductos obstruyan. Además de esto, se debe permitir que el niño succione cada vez que quiera, y en loa casos en que no se pueda remover suficiente cantidad de leche porque la madre debe ausentarse por un período breve, ésta debe ser extraída manualmente, evitando su acumulación en el seno. 

Otra recomendación es cambiar de posición al bebé en cada mamada (sentada, acostada, posición de sandía) con el fin de variar la fuerza de presión sobre la areola, ya que puede suceder que un lado del seno no se esté vaciando correctamente y los conductos de leche se obstruyan produciendo dolor.

También es posible realizar un masaje desde la axila hasta la areola de forma circular, e inclusive para ayudar a extraer un poco de leche hasta disminuir la molestia, antes que el niño comience a succionar, y evitar una mastitis.

3. Hinchazón y endurecimiento de los senos

La hinchazón y endurecimiento de los senos se le llama ingurgitación mamaria y ocurre cuando existe una elevada producción de leche, pudiendo surgir alrededor del 2º día después del parto. En estos casos, la mujer tiene fiebre y la mama se vuelve rojiza, la piel se estira y se ve brillante y el seno se vuelve tan duro e hinchado que amamantar se vuelve muy doloroso.

Qué hacer: Para solucionar la ingurgitación de los senos se debe permitir que el niño succione cada vez que quiera, para ayudar a vaciar la mama. Además de esto, después de la toma se debe aplicar agua fría en los senos, con una compresa o en el baño, esto ayudará a disminuir la hinchazón y el dolor. En caso hayan nódulos o bolitas se debe aplicar calor directamente sobre éstos, seguidos de masajes circulares para disolver la leche impactada y extraerla.

Cuando el problema de ingurgitación mamaria no se resuelve a tiempo puede ocurrir una mastitis, que es una infección del seno, que provoca síntomas como fiebre elevada y malestar, similar a una gripe. En este caso, es necesario tomar un antibiótico, prescrito por el médico y no se debe interrumpir la lactancia materna a menos que sea bajo indicación médica. En casos más graves donde surge un absceso, la lactancia materna debe suspenderse exclusivamente en la mama afectada hasta que se resuelva l patología, pero hay que extraerse la leche regularmente. 

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4. Pezón invertido o plano

Tener el pezón invertido o plano, no es exactamente un problema porque el bebé necesita tomar tanto la areola como el pezón para succionar y no sólo el pezón, por esto, aunque la mujer tenga los pezones invertidos o muy pequeños ella conseguirá amamantar.

Qué hacer: Para que la madre con pezones planos o invertidos amamante con éxito es posible estimular el pezón antes de la toma, por lo que al estimular el pezón éste será más visible. Esta estimulación puede realizarse con una bomba para extraer leche, debiendo realizarse siempre durante 30 a 60 segundos antes de amamantar.

También es posible el uso de los facilitadores de lactancia, de los protectores de pezones de silicona o de una jeringa adaptada como se muestra en la imagen, para poder amamantar al bebé.

5. Producción de poca leche

Producir poca leche no debe ser visto como un problema, ya que no pone en riesgo la vida de la mujer ni la del bebé, pudiéndose en estos casos intentar estimular la producción de leche con algunas técnicas. 

Qué hacer: Para aumentar la producción de leche se debe dar lactancia materna a libre demanda, lo que significa que se debe dejar que el niño mame cuando quiera y por el tiempo que quiera, ofreciendo primero un seno y cuando éste se vacíe ofreciéndole el otro. También es importante verificar la posición de la madre a la hora de amamantar que debe ser cómoda y verificar la forma en que el bebé está succionando, ya que debe tener tanto el pezón como la areola dentro de la boca para que la succión sea efectiva. 

También es importante que la madre se relaje y se concentre en el placer de amamantar, debiendo aumentar el consumo de tés, jugos naturales y alimentos ricos en agua como la sandía, el pepino, la piña, entre otros, ingiriendo un total de 3L de líquidos al día. Vea cuáles son los tés que no se deben tomar durante esta fase.

Existen algunos medicamentos que pueden estimular la producción de leche, sin embargo, son poco utilizados porque pueden pasar a la leche y afectar al bebé, por esto lo ideal es consultar al médico para que de las indicaciones más adecuadas según sea el caso, en los casos donde se haya realizado todo y la producción de leche sea nula existen fórmulas infantiles sustitutas de la leche materna que pueden ser dadas con un biberón. 

Vea también Remedios caseros para aumentar la producción de leche materna.

6. Producción de mucha leche

Cuando existe una producción elevada de leche, hay mayor riesgo de desarrollar fisuras, ingurgitación mamaria y mastitis. En estos casos, debido al exceso de leche, la lactancia materna se vuelve más difícil para el niño, pero no traerá ningún perjuicio para la salud.

Qué hacer: Se debe procurar extraer el exceso de leche con una bomba y conservarlo en el frigorífico durante 3 días o congelado durante 3 a 4 meses, pudiendo darse en otro momento al bebé. También es importante utilizar siempre copas para recoger leche de silicona, evitando así el exceso de humedad en los pezones.

Vea cómo conservar la leche materna.

Otras situaciones que pueden interferir

Otras situaciones que pueden interferir en la lactancia además de los mencionados anteriormente son los cólicos del bebé y que el bebé no quiera mamar, en caso que el bebé no quiera no se debe introducir precozmente fórmulas lácteas sin antes intentar todo para darle lactancia materna como descartar que no tenga dificultades respiratorias o lesiones en la boca, retirando olores fuertes de la ropa o la piel de la madre y que sea examinado por un médico para descartar alguna enfermedad. 

En el caso de los cólicos se debe dejar que el niño vacíe una mama por completo antes de darle la otra, ya que retirarlo antes hace con que el niño sólo se alimente de una leche rica en carbohidratos que podría causarle cólicos e impedirle ganar peso adecuadamente. Además de esto, no se debe fijar un tiempo de permanencia en cada mama, se debe ayudar al bebé a expulsar los gases efectivamente durante y luego de la alimentación y, por último, la madre debe restringir los alimentos que pueden estarle causando gases al bebé

Vea cómo debe ser la alimentación de la madre durante la lactancia materna.

Recomendaciones para evitar problemas durante la lactancia

Para evitar algunos problemas comunes de la lactancia como ingurgitación mamaria, mastitis y grietas en los pezones, es fundamental mantener algunos cuidados a diario con los senos como:

  • Lavar los pezones sólo una vez al día con agua tibia, evitando el uso de jabón;
  • Dejar que el bebé suelte el seno espontáneamente o, si es necesario, se debe colocar un dedo suavemente en la boca del bebé para interrumpir la succión y, nunca se debe retirar al niño del seno bruscamente;
  • Aplicar una gota de leche en el pezón y en la areola, después de cada toma y después del baño, ya que facilita la cicatrización;
  • Exponer los pezones al aire, siempre que sea posible, durante el intervalo de una toma y otra;
  • Evitar que los pezones se queden húmedos, debiéndose optar por el uso de protectores de pezón de silicona.

Estas medidas deben ser adoptadas durante el período en que la mujer amamanta y deben ser cumplidos a diarios para cuidar los senos y los pezones, evitando complicaciones. Vea cuáles son las mejores posiciones para amamantar