Dolor en la ingle en el embarazo: 6 principales causas y qué hacer

Actualizado en agosto 2022

El dolor en la ingle en el embarazo puede estar relacionado con ciertas alteraciones que ocurren durante la gestación, como aumento de peso, cambios en el cuerpo o liberación de hormonas, por ejemplo. 

Asimismo, durante el embarazo, las articulaciones pélvicas pueden tornarse rígidas o inestables, con la finalidad de preparar el cuerpo de la mujer para el parto, pudiendo causar incomodidad o dolor o incluso afectar la movilidad; no obstante, la madre no debe preocuparse, pues esta condición no perjudica al bebé. 

El dolor en la ingle generalmente no indica problemas en la gestación y suele desaparecer poco después del nacimiento del bebé. Sin embargo, si el dolor en la ingle está acompañado de síntomas como fiebre, escalofríos, secreción vaginal o ardor al orinar, por ejemplo, se debe acudir al médico inmediatamente. Es importante consultar al gineco-obstetra con frecuencia y hacerse los análisis y pruebas correspondientes del período prenatal, para garantizar un embarazo tranquilo y seguro. 

Imagem ilustrativa número 1

Las principales causas de dolor en la ingle en el embarazo son:

1. Aumento de peso del bebé

Una de las principales causas de dolor en la ingle durante el embarazo es el aumento de peso del bebé, principalmente en el primer trimestre de la gestación. Esto ocurre porque, en esta fase, los ligamentos y los músculos de la pelvis se relajan y estiran para acomodar al bebé en crecimiento, pudiendo causar dolor en la ingle. 

Qué hacer: para reducir la incomodidad, se debe evitar levantar o cargar peso y se deben llevar a cabo actividades como hidrogimnasia, caminatas leves o ejercicios de Kegel para fortalecer la musculatura y los ligamentos de la pelvis. 

2. Cambios en el cuerpo 

Los cambios en el cuerpo de la mujer son normales y fisiológicos durante el embarazo, siendo una de las principales alteraciones la que ocurre en la curvatura de la columna para ajustarse al crecimiento del bebé y prepararse para el momento del parto, lo que puede causar la distensión de los músculos y los ligamentos de la pelvis y, a su vez, ocasionar dolor en la ingle. 

Qué hacer: se debe realizar actividad física para fortalecer la musculatura de la pelvis y también la de la espalda. Además, se debe evitar usar zapatos de tacón y apoyarse en una sola pierna cuando se esté de pie, y se debe descansar con la espalda apoyada y dormir con una almohada entre las rodillas. En ciertos casos, el médico puede aconsejar el uso de una faja de soporte para el embarazo o la realización de fisioterapia para fortalecer la musculatura pélvica. 

3. Liberación de hormonas

El dolor en la ingle puede deberse a la liberación de la hormona relaxina, que actúa relajando los ligamentos y las articulaciones de la cadera y de la pelvis para acomodar al bebé en crecimiento durante el embarazo. Asimismo, esta hormona es liberada en mayor cantidad durante el trabajo de parto, con la finalidad de facilitar el paso del bebé, pudiendo causar dolor en la ingle que mejora luego del parto. 

Qué hacer: se debe permanecer en reposo y realizar ejercicios para fortalecer los músculos de la pelvis; además, el médico puede indicar el uso de una faja para la cadera, la cual ayuda a estabilizar la articulación y a mejorar el bienestar. 

4. Aumento de peso de la madre

Durante los 9 meses o 40 semanas de gestación, la mujer suele aumentar de 7 a 12 kg. Este aumento de peso puede sobrecargar los músculos y los ligamentos de la pelvis, causando dolor en la ingle, el cual puede ser más frecuentes en mujeres con sobrepeso o sedentarismo antes de quedar embarazadas. 

Qué hacer: se debe evitar el uso de zapatos de tacón, optando por zapatos más cómodos y bajos; asimismo, también se debe evitar forzar la columna, utilizando siempre los brazos como apoyo al sentarse y levantarse. Es importante realizar actividades físicas leves, como caminar o hidrogimnasia, por ejemplo, para controlar el peso y fortalecer la musculatura de la pelvis. Se puede llevar a cabo una dieta balanceada con el seguimiento de un médico o un nutricionista, con el fin de que el aumento de peso en el embarazo ocurra de forma saludable. 

5. Desprendimiento de la placenta

El desprendimiento de la placenta puede suceder en cualquier etapa de la gestación, y uno de los síntomas es el dolor en la ingle de forma súbita, el cual está acompañado por otros síntomas como hemorragia, dolor abdominal intenso, debilidad, palidez, sudoración o taquicardia. 

Qué hacer: buscar ayuda médica de inmediato o acudir a emergencias para que sea realizada una evaluación y el tratamiento más adecuado, el cual depende de la gravedad y de la fase de la gestación y es individual para cada paciente.

Conozca más información sobre el desprendimiento de la placenta

6. Infecciones

Ciertas infecciones, como infección urinaria, intestinal, apendicitis o infecciones de transmisión sexual, pueden causar dolor en la ingle y suelen presentar otros síntomas como fiebre, escalofríos, náuseas o vómitos, por ejemplo. 

Qué hacer: se debe buscar atención médica de forma inmediata para iniciar el tratamiento más adecuado, el cual puede ser realizado con antibióticos permitidos en el embarazo, siempre prescritos por el médico. 

Imagem ilustrativa número 2

Cuándo acudir al médico 

El importante buscar ayuda médica lo antes posible cuando el dolor en la ingle esté acompañado de otros síntomas, tales como los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos;
  • Dolor o ardor al orinar;
  • Ganglios inflamados;
  • Dolor abdominal;
  • Dolor intenso en el lado derecho del abdomen. 

En estos casos, el médico podrá solicitar pruebas de laboratorio como hematología y niveles hormonales, evaluar la presión arterial y hacer pruebas como la ecografía y la cardiotocografía, con la finalidad de evaluar la salud de la madre y del bebé y de iniciar el tratamiento más idóneo.