Dolor crónico: qué es, tipos y tratamiento

Actualizado en febrero 2023

El dolor crónico es aquel que dura más de 3 meses o que persiste después de 1 mes de haberse resuelto la lesión, y generalmente indica una disfunción en el sistema nervioso o en las fibras nerviosas del lugar afectado, surgiendo en la mayoría de los casos junto con una enfermedad crónica, como artritis reumatoide, artrosis de la columna o de las rodillas, fibromialgia o cáncer, por ejemplo.

El dolor es una sensación desagradable localizado en alguna parte del cuerpo, que suele ser causado por algún daño en los tejidos, como un corte, quemadura, inflamación o por estímulos del sistema nervioso, pudiendo ser influenciado por cuestiones emocionales, ya que situaciones como ansiedad y depresión tienen importancia en la intensidad y duración del dolor.

El tratamiento para el dolor crónico puede variar de acuerdo al tipo de intensidad del dolor, pudiendo recomendarse el uso de medicamentos, realización de infiltraciones o inyecciones, fisioterapia y, en los casos más graves, cirugía.

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Principales tipos de dolor crónico

El dolor puede surgir en cualquier lugar del cuerpo y puede tener diversas causas, de acuerdo al tipo. La clasificación del tipo de dolor es muy importante para el médico, ya que ayuda a determinar el mejor tipo de tratamiento para cada persona. Para identificar el tipo, el médico realiza un análisis de los síntomas junto con la realización de un examen físico.

Los principales tipos de dolor crónico y sus posibles causas son:

1. Dolor nociceptivo o somático

Es el dolor que surge debido a una lesión o inflamación de los tejidos de la piel, lo cual es detectado por los sensores del sistema nervioso como una amenaza, y persiste mientras la causa del dolor no se resuelve.

Posibles causas: cortes, quemaduras, golpes, fracturas, esguinces, tendinitis, infecciones y contracturas musculares.

2. Dolor neuropático

El dolor se produce por disfunción del sistema nervioso, ya sea en el cerebro, médula espinal o en los nervios periféricos. Es común que surja en forma de ardor, puntadas u hormigueo. Vea cómo identificar el dolor neuropático.

Posibles causas: neuropatía diabética, síndrome del túnel del carpo, neuralgia del trigémino, estrechamiento del canal medular, posterior a un ACV, neuropatías de causas genéticas, infecciones o por sustancias tóxicas.

3. Dolor mixto o inespecífico

Es el dolor que es causado por componentes del dolor nociceptivo y neuropático o por causas desconocidas 

Posibles causas: dolor de cabeza, hernia de disco, cáncer, vasculitis, osteoartrosis que puede lesionar varios lugares como rodillas, columna o cadera, por ejemplo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de dolor crónico es complejo e incluye cuidados específicos indicados por el médico, además del uso de analgésicos y antiinflamatorios. Por eso, siempre que haya dolor persistente, es necesario acudir con un médico, el cual, por medio de una evaluación clínica determinará el tipo de dolor y la causa.

El tratamiento para el dolor crónico se realiza de forma individual, orientado de acuerdo a las necesidades de cada persona y puede hacerlo el médico general o, en casos más complejos, por especialistas en dolor. Las principales causas de tratamiento incluyen:

1. Medicamentos

Los medicamentos para el dolor crónico indicados de acuerdo a la intensidad del dolor, pueden ser:

  • Dolor leve (grado 1): analgésicos (dipirona o paracetamol) y/o antiinflamatorios (ibuprofeno o ketoprofeno);
  • Dolor moderado (grado 2): analgésicos o antiiflamatorios + opioides débiles (tramadol o codeína);
  • Dolor intenso (grado 3): analgésicos o antiinflamatorios + opioides fuertes (morfina, oxicodona, fentanilo transdérmico o metadona). Conozca para qué sirve la metadona y en qué dosis tomar

En algunos casos, el médico puede indicar el uso de algunos medicamentos auxiliares  dependiendo del tipo de dolor crónico, independientemente del grado de intensidad, como antiepilépticos, antidepresivos y relajantes musculares, por ejemplo.

2. Inyecciones e infiltraciones

En algunos casos puede ser necesario realización infiltraciones o inyecciones en la zona del dolor, principalmente en casos de dolor neuropático o mixto. La inyección o infiltración se realiza a través de la aplicación de medicamentos en las terminaciones nerviosas, como anestésicos, corticoides o bloqueadores neuromusculares como botox, por ejemplo.

Este tipo de tratamiento debe hacerse por médico certificados, para disminuir la sensación de dolor, inflamación y espasmos musculares, con efectos que duran de semanas a meses.

3. Fisioterapia

La fisioterapia puede indicarse para algunos tipos de dolor, principalmente cuando hay limitación del movimiento. De esta forma, en las sesiones de fisioterapia se realizan ejercicios apropiados que además de promover el alivio del dolor, ayudan a evitar la rigidez de la articulación y la flacidez muscular. 

Además, en los casos de dolor nociceptivo o somático, por ejemplo, la aplicación de frío también puede ayudar a aliviar el dolor.

4. Terapias alternativas

Las terapias alternativas son excelentes formas de mejorar la percepción corporal, aliviando la tensión y los estímulos nerviosos, que tienen gran influencia sobre el dolor. Algunas opciones son:

  • Terapia cognitivo-conductual, un abordaje de la psicoterapia que puede ser muy útil en el tratamiento del dolor en general, principalmente por tratar situaciones de depresión o ansiedad;
  • Masaje, una excelente forma de tratamiento, principalmente para dolor muscular asociado a contracturas y tensión;
  • Acupuntura, es una buena forma comprobada para aliviar dolores de tipo miofascial, asociados a contracturas, osteoartritis y otros dolores musculares crónicos;
  • Actividad física practicada regularmente, por lo menos 3 veces a la semana, es muy útil para aliviar diversos tipos de dolor crónico;
  • Técnicas de relajación disminuyen las contracciones y mejoran la autopercepción del cuerpo.

A medida que el dolor mejora, el médico podrá ir reduciendo algunas formas de tratamiento, de forma que se use cada vez menos medicamentos. Sin embargo, las terapias alternativas pueden mantenerse y son buenas formas de prevenir nuevos cuadros de dolor.

5. Cirugía

Existen casos de dolor crónico de difícil tratamiento que no mejoran con medicamentos y tratamientos alternativos. Por ello, pueden realizarse algunos procedimientos quirúrgicos, principalmente por neurocirujanos u ortopedistas, que pueden corregir deformidades óseas o bloquear nervios que son responsables del dolor.

De esta forma, la cirugía puede hacerse con el objetivo de corregir alteraciones estructurales y anatómicas de la columna vertebral, como la remoción de hernias discales, corrección del canal estrecho por donde pasan los nervios o corrección de las alteraciones vertebrales, ya que de esta forma es posible disminuir la sobrecarga en los nervios y aliviar el dolor.

Además, la cirugía puede hacerse para implantar un electrodo en la médula espinal, llamado neuroestimulador, que es capaz de enviar señales que bloquean la recepción de estimulos dolorosos. Este procedimiento está indicado principalmente en el tratamiento del dolor crónico de los miembros o del tronco.