Colon inflamado: qué es, síntomas y medicamentos

El colon inflamado es una expresión común que se utiliza para describir molestias o alteraciones en el intestino grueso, como dolor, hinchazón o cambios en el ritmo intestinal. El colon es la parte final del sistema digestivo y su función principal es absorber agua, electrolitos y formar las heces antes de ser eliminadas.

Cuando el colon no funciona bien, pueden aparecer síntomas que afectan la calidad de vida, aunque en la mayoría de los casos no se trata de una enfermedad grave. El síndrome de intestino irritable (SII) es la causa más frecuente de estos síntomas, pero existen otras condiciones que también pueden inflamar el colon.

El tratamiento para el colon inflamado dependerá de los síntomas que la persona presenta, por lo que deberá ser indicado por el médico. Este podrá incluir el uso de medicamentos, así como cambios en los hábitos alimentarios y/o terapias para manejar el estrés, por ejemplo.

Qué síntomas produce el colon inflamado

Los principales síntomas del colon inflamado son:

• Dolor o cólicos abdominales, que pueden mejorar después de evacuar.
• Hinchazón o distensión abdominal.
• Cambios en el ritmo intestinal: diarrea, estreñimiento o alternancia de ambos.
• Exceso de gases o flatulencia.
• Sensación de evacuación incompleta.
• Presencia de moco en las heces.
• Fatiga o malestar general.

Estos síntomas pueden variar en intensidad y frecuencia según la persona y la causa del problema.

Cómo se diagnóstica

El diagnóstico del colon inflamado, especialmente cuando se sospecha síndrome de intestino irritable, es principalmente clínico. El médico realiza una historia detallada de los síntomas, antecedentes personales y familiares, y un examen físico para descartar otras enfermedades.

En la mayoría de los casos, no se requieren estudios complejos. Sin embargo, si existen signos de alarma como pérdida de peso, sangrado rectal, fiebre o antecedentes familiares de enfermedades intestinales graves, pueden solicitarse análisis de sangre, estudios de heces, colonoscopia u otros exámenes para descartar otras causas.

El diagnóstico se confirma si los síntomas han estado presentes al menos una vez por semana durante los últimos tres meses y comenzaron hace al menos seis meses.

Causas de colon inflamado

Las principales causas del colon inflamado son:

• Alteraciones en la movilidad y sensibilidad del intestino.
• Cambios en la comunicación entre el cerebro y el intestino.
• Infecciones gastrointestinales previas.
• Estrés y factores emocionales.
• Cambios en la flora intestinal (microbioma).
• Factores genéticos y hormonales.
• Intolerancia a ciertos alimentos.

En muchos casos, estos factores se combinan y varían de una persona a otra.

Tratamiento para el colon inflamado

El tratamiento depende de los síntomas predominantes y debe ser siempre personalizado. A continuación se describen los principales grupos de medicamentos y cómo se utilizan:

1. Medicamentos

El gastroenterólogo podrá indicar el uso de medicamentos, dependiendo de los síntomas que la persona presente. Algunos de estos los medicamentos para el colon inflamado son:

• Dimeticona o simeticona (Espaven): ayudan a eliminar el exceso de gases y reducir la hinchazón. 
• Carbón activado: puede disminuir la formación de gases intestinales.
• Alfa-D-galactosidasa: útil en casos de intolerancia a ciertos azúcares.
• Antiespasmódicos (trimebutina), alivian los espasmos musculares del colon y el dolor abdominal.
• Antidiarreicos (loperamida), para disminuir la frecuencia de las evacuaciones.
• Antibióticos (rifaximina), que puede indicarse en casos seleccionados.
• Suplementos de fibra para aumentar el volumen de las heces y facilitan su eliminación.
• Laxantes suaves, como polietilenglicol.
• Probióticos: ayudan a regular la flora intestinal.
• Antidepresivos en dosis bajas: pueden ser útiles en casos con dolor abdominal persistente.
• Otros medicamentos, como lubiprostona, linaclotida o plecanatida, indicados en casos crónicos y bajo prescripción médica.

Todos estos medicamentos deben ser prescritos por un médico, quien evaluará la dosis y duración más adecuada según el estado de salud de cada persona.

2. Cambios en la dieta

Cuando el colon está inflamado, es importante realizar diversos cambios en la dieta, como aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, evitar aquellos que producen gases o molestias y reducir el consumo de alimentos con alto contenido de grasa.

Además, en algunos casos, dependiendo de la causa, se puede considerar seguir una dieta baja en FODMAP, siempre bajo la orientación de un nutricionista.

No obstante, durante la fase aguda, cuando hay inflamación y la persona presenta síntomas intensos, se recomienda llevar una alimentación de fácil digestión, que permita al intestino descansar y aliviar el malestar.

En esta etapa, es aconsejable incluir frutas y vegetales sin cáscara ni semillas, preferiblemente cocidos, así como sopas, jugos naturales, alimentos blandos como purés de papa, camote o calabaza, y proteínas magras y deshebradas, como pollo o pescado, por ejemplo. Vea cómo hacer una dieta blanda de fácil digestión.

La individualización de la dieta y el acompañamiento profesional son claves, ya que la tolerancia a los alimentos varía entre personas y es importante evitar restricciones innecesarias que puedan afectar el estado nutricional de la persona.

3. Otros tratamientos

Además de los medicamentos y de los cambios en la dieta, existen medidas que pueden ayudar a controlar los síntomas del colon inflamado:

• Realizar actividad física regular.
• Técnicas de manejo del estrés, como meditación o yoga.
• Terapias psicológicas, especialmente en personas con ansiedad o depresión asociadas.
• Dormir bien y mantener horarios regulares de comida.

Estas estrategias pueden mejorar notablemente la calidad de vida y reducir la frecuencia de los síntomas.

¿El colon inflamado es peligroso?

El colon inflamado por síndrome de intestino irritable no representa un peligro grave ni causa daño permanente en el intestino. No aumenta el riesgo de cáncer ni de enfermedades graves, aunque puede afectar la vida diaria por la incomodidad de los síntomas.

Sin embargo, si aparecen síntomas como sangrado rectal, pérdida de peso inexplicada, fiebre o antecedentes familiares de enfermedades intestinales, es fundamental consultar al médico para descartar otras condiciones más graves.