5 causas de fiebre y qué hacer

Actualizado en abril 2022

La fiebre es el aumento de la temperatura corporal encima de la temperatura que es considerada normal, entre 36 y 37,5ºC, siendo fácil alcanzar la temperatura máxima en los días muy calientes o cuando se utilizan muchas capas de ropa. Para confirmar la fiebre, el termómetro axilar debe marcar una temperatura superior a 38ºC.

Esta elevación de la temperatura normalmente surge con una respuesta del organismo a algún agente infeccioso, lo que ocasiona una respuesta inflamatoria, para intentar combatir la infección. Sin embargo, la fiebre también puede surgir en el caso de una enfermedad autoinmune, cáncer o como efecto secundario de algunos medicamentos.

Dependiendo de cuál sea la causa, es común que la fiebre se acompañe de otros síntomas como escalofríos, dolor de cabeza, malestar y sudoración fría.

Para saber la temperatura y confirmar la fiebre, se recomienda el uso de un termómetro digital o de vidrio, el cual debe ser colocado en las axilas, boca o ano, o de infrarrojos que debe apuntarse hacia la frente o el oído. Vea con más detalles cómo medir la temperatura.

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Las principales causas de fiebre son:

1. Infecciones

Las infecciones por virus, bacterias o parásitos son las principal causa de fiebre. Esto ocurre debido a que la presencia de estos agentes infecciosos en el organismo estimula el sistema inmunológico, lo que ocasiona la liberación de citoquinas y el aumento de la temperatura, con el objetivo de promover y eliminar el agente responsable por la infección. Las principales infecciones que ocasionan fiebre son:

  • Neumonía, que puede ser causada tanto por virus como por bacterias;
  • Gripe, que es causada por virus;
  • Sinusitis, que puede ser causado por virus o bacterias;
  • COVID-19, que es causada por el virus SARS-CoV-2;
  • Pielonefritis, que es una infección urinaria causada por bacterias;
  • Malaria o paludismo, que es causada por el parásito Plasmodium spp.;
  • Sepsis, que es la infección en la sangre causada por bacterias.

Además de la fiebre, es común que surjan otros síntomas asociados al tipo de infección, pudiendo ocasionar alteraciones a nivel respiratorio o urinario, dolor de cabeza, malestar, cansancio excesivo y debilidad, por ejemplo.

Qué hacer: ante la presencia de signos y síntomas indicativos de infección, es importante consultar al médico general para que se realicen exámenes que ayuden a identificar el agente infeccioso, de manera de iniciar el tratamiento más adecuado, que puede implicar el uso de antibióticos o antivirales, así como mantener de reposo e hidratarse bien, combatiendo así la fiebre y la infección.

2. Enfermedades autoimunes

Algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn, también pueden tener fiebre alta persistente como uno de los síntomas. Esto se debe a que, a medida que el sistema inmunitario produce anticuerpos contra las células sanas del organismo, se desarrolla una inflamación crónica que provoca un aumento de la temperatura corporal.

En el caso de la artritis reumatoide, además de la fiebre, también son frecuentes el dolor y la rigidez articular, el enrojecimiento y la dificultad para mover la articulación afectada. En el caso de la enfermedad de Crohn, además de la fiebre, otros síntomas son diarrea intensa, calambres abdominales y pérdida de peso, por ejemplo.

Qué hacer: en estos casos, es importante que se sigan las indicaciones del médico, que suelen indicar el uso de fármacos que disminuyen la actividad del sistema inmunitario, ayudando a controlar los síntomas asociados.

Además, también puede ser recomendado el uso de medicamentos antiinflamatorios o corticoides para aliviar los síntomas. En el caso de la enfermedad de Crohn, es fundamental que la persona cuente también con la orientación de un nutricionista, pues es importante tener una alimentación adecuada para prevenir las crisis.

Vea qué comer en la enfermedad de Crohn.

3. Vacunas

Algunas vacunas pueden ocasionar fiebre como efecto secundario, debido a que son fabricadas con el agente infeccioso o la toxina atenuada, es decir, que poseen baja actividad, por lo que son incapaces de ocasionar la enfermedad pero es suficiente para estimular la actividad del sistema inmunológico, el cual comienza a producir anticuerpos contra el agente infeccioso o la toxina, lo que resulta en inmunidad.

Algunas de las vacunas que tienen como efecto secundario la fiebre son la vacuna contra el tétanos, la vacuna contra la difteria y las vacunas contra el COVID-19, por ejemplo.

Qué hacer: la fiebre se considera normal después de la vacunación, desapareciendo al cabo de unas horas sin ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, para aliviar la fiebre y ayudar a regular la temperatura corporal es posible bañarse con agua tibia, permanecer en un ambiente ventilado y colocarse una toalla mojada con agua fría en la frente y en las muñecas.

Vea cómo bajar la fiebre.

4. Uso de medicamentos

Algunos medicamentos como los antimicrobianos, antihistamínicos, antidepresivos, opioides, antieméticos y estimulantes del sistema nervioso central, también pueden ocasionar fiebre como efecto secundario. Esto se debe a que pueden interferir con el mecanismo fisiológico de la regulación de la temperatura corporal, estimular una respuesta inmune o las propiedades pirogénicas de la droga, causando un aumento de la temperatura corporal.

Qué hacer: si la fiebre es causada por el uso del fármaco, es importante informar al médico sobre este efecto secundario, para que evalúe si es necesario cambiar o suspender el fármaco.

5. Cáncer

La fiebre puede estar presente en algunos tipos de cáncer, especialmente en los estadios más avanzados, en los que otros órganos se ven afectados por las células tumorales.

Qué hacer: en este caso, es importante informar al médico del síntoma presentado y proceder con el tratamiento recomendado. En algunos casos, es posible que sea necesario ajustar el tratamiento para evitar una mayor progresión de la enfermedad.