Cardiopatía congénita: qué es, síntomas, causas y tratamiento

La cardiopatía congénita es la alteración en la estructura del corazón del bebé durante la gestación, lo que compromete el funcionamiento cardíaco y genera síntomas como cansancio excesivo al ser amamantado, bajo peso o coloración morada en la punta de los dedos o del labio del bebé.

Estas alteraciones pueden ocurrir en vasos sanguíneos, válvulas, aurículas o ventrículos, y pueden ser causadas por rubéola, consumo de alcohol o de drogas, diabetes y uso de medicamentos durante el embarazo, o por factores genéticos.

La cardiopatía congénita tiene cura y puede ser detectada en los exámenes prenatales, lo que es fundamental para la planificación del parto y el tratamiento luego del nacimiento, que normalmente es llevado a cabo mediante cirugía, la cual varía de acuerdo con la complejidad de la cardiopatía.

Médico auscultando a un bebé

Síntomas de cardiopatía congénita

Los principales síntomas de la cardiopatía en el bebé incluyen:

  • Cansancio excesivo al ser amamantado;
  • Cianosis, que es la coloración morada en la punta de los dedos, lengua o labios;
  • Respiración rápida y corta, incluso en reposo;
  • Somnolencia y cansancio excesivos;
  • Palidez y apatía;
  • Poca ganancia de peso y poco apetito;
  • Hinchazón en las piernas, abdomen u ojos.

Estos síntomas pueden variar de intensidad de acuerdo con la gravedad de la cardiopatía, y ocurren debido a la alteración en el flujo de sangre en el cuerpo, pudiendo estar presentes después del nacimiento del bebé.

Sin embargo, es posible que los síntomas de cardiopatía congénita surjan a lo largo del desarrollo del niño o en la vida adulta, pudiendo ocurrir también infecciones respiratorias frecuentes, corazón acelerado, boca morada luego de esfuerzos o cansancio fácil en comparación con otros niños de la misma edad.

Cómo es realizado el diagnóstico

Las cardiopatías congénitas pueden ser detectadas por el obstetra aún durante la gestación, a través de la realización de ecografía y ecocardiograma fetal.

Luego del nacimiento del bebé, el diagnóstico de la cardiopatía congénita es llevado a cabo por el cardiólogo pediatra, mediante el test de oximetría de pulso aún en la maternidad.

Asimismo, el médico también puede solicitar exámenes como electrocardiograma, radiografía de tórax o resonancia magnética, y en ciertos casos, cateterismo cardíaco.

En ciertas ocasiones, las cardiopatías congénitas solo son diagnosticadas durante la infancia o en la edad adulta.

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Posibles causas

La cardiopatía congénita es causada por alteraciones en el desarrollo del corazón del bebé, principalmente al inicio del embarazo, pues el corazón y los vasos sanguíneos comienzan a formarse en las primeras 6 semanas de gestación.

Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollo de cardiopatías congénitas incluyen:

  • Antecedentes familiares de cardiopatía congénita;
  • Diabetes gestacional;
  • Rubéola durante el embarazo;
  • Abuso de drogas, alcohol o sustancias químicas durante el embarazo;
  • Fumar en el embarazo.

Asimismo, el uso de medicamentos durante la gestación, como talidomida, isotretinoína, estatinas, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, antiepilépticos y ansiolíticos, también pueden aumentar el riesgo de cardiopatías congénitas.

En muchos casos, la cardiopatía congénita puede estar asociada a algunos síndromes, como síndrome de Down, de Alagille, de DiGeorge, de Holt-Oram, de LEOPARD, de Turner y de Williams.

Principales tipos

De acuerdo con las alteraciones estructurales y funcionales, la cardiopatía puede clasificarse en dos tipos principales:

1. Cardiopatía congénita cianógena

Este tipo de cardiopatía es más grave, pues el defecto en el corazón puede afectar de manera significativa el flujo sanguíneo y la capacidad de oxigenación de la sangre, y dependiendo de su gravedad, puede provocar síntomas como palidez, coloración azul de la piel, falta de aire, desmayos e incluso convulsiones y muerte.

Las cardiopatías congénitas cianógenas son la tetralogía de Fallot, la anomalía de Ebstein y la atresia pulmonar, que causa ausencia de comunicación entre el corazón derecho y los pulmones, impidiendo que la sangre sea oxigenada correctamente.

Idealmente, la cardiopatía congénita cianógena debe ser diagnosticada lo antes posible, aún en el útero materno, para planificar el parto, o justo después del nacimiento, con la finalidad de iniciar el tratamiento lo más rápido posible.  

2. Cardiopatía congénita acianógena

Este tipo de cardiopatía provoca alteraciones que no siempre originan repercusiones tan graves en el funcionamiento del corazón, y la cantidad e intensidad de los síntomas dependen de la gravedad del defecto cardíaco, que van desde la ausencia de síntomas, o la presencia de síntomas solo durante los esfuerzos, hasta la insuficiencia cardíaca.

Las principales cardiopatías acianógenas son:

  • Comunicación interauricular (CIA): ocurre una comunicación anormal entre las aurículas cardíacas, que son las cámaras superiores;
  • Comunicación interventricular (CIV): hay un defecto entre las paredes de los ventrículos, que son las cámaras inferiores, provocando una comunicación inadecuada de estas cámaras y, por ende, la mezcla de sangre oxigenada y no oxigenada;
  • Conducto arterial persistente (CAP): este conducto existe naturalmente en el feto para unir el ventrículo derecho del corazón a la aorta, para que la sangre siga en dirección a la placenta y reciba oxígeno, pero se debe cerrar después del nacimiento. Su persistencia puede originar dificultades en la oxigenación de la sangre del recién nacido;
  • Defecto septal auriculoventricular (DSAV): provoca una comunicación inadecuada entre la aurícula y el ventrículo, dificultando la función cardíaca.

Dependiendo de los síntomas provocados, estas alteraciones pueden ser descubiertas inmediatamente después del nacimiento o solo en la edad adulta.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la cardiopatía congénita debe ser realizado bajo la orientación del cardiólogo pediátrico o cardiólogo, y puede implicar el uso de medicamentos para controlar los síntomas, regular la frecuencia cardíaca y aumentar la intensidad de los latidos.

No obstante, el tratamiento definitivo es la cirugía para la corrección del defecto en el corazón, indicada para casi todos los casos, la cual es capaz de curar la cardiopatía. Vea cómo es la recuperación de la cirugía cardíaca.

Muchos casos demoran años en ser diagnosticados y pueden resolverse de manera espontánea a lo largo del crecimiento del niño, haciendo que su vida sea normal. Sin embargo, los casos más graves requieren de cirugía durante el primer año de vida.

Asimismo, diversos síndromes genéticos pueden presentar defectos cardíacos, razón por la cual el funcionamiento del corazón debe ser bien evaluado en caso de que el bebé sea diagnosticado con alguna de estas enfermedades.