Cardiopatía congénita: qué es, tipos y tratamiento

Actualizado en junio 2023

La cardiopatía congénita es un defecto en la estructura del corazón del recién nacido, que se desarrolla dentro del vientre de la madre durante el período embrionario, capaz de comprometer su funcionamiento.

Existen diferentes tipos de cardiopatías, que pueden ser leves, y solo ser descubiertas en la edad adulta, hasta las más graves, que son las cardiopatías cianógenas, capaces de causar alteración en el flujo sanguíneo del organismo. Pueden tener causas genéticas, como ocurre en el síndrome de Down, o causadas por hábitos en el embarazo, como el abuso de drogas, alcohol, sustancias químicas o infecciones en la mujer embarazada.

La cardiopatía congénita puede ser detectada en el útero materno, por ecografía y ecocardiograma. Esta enfermedad puede tener cura, ya que su tratamiento se puede realizar a través de una cirugía para corregir el defecto, y dependerá del tipo y de la complejidad de la cardiopatía.

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Principales tipos

La cardiopatía puede clasificarse como:

1. Cardiopatía congénita cianógena

Este tipo de cardiopatía es más grave, ya que el defecto en el corazón puede afectar de forma significativa el flujo sanguíneo y la capacidad de oxigenación de la sangre y, dependiendo de su gravedad, puede originar síntomas como palidez, coloración azul de la piel, falta de aire, desmayos, convulsiones y muerte. Las principales incluyen:

  • Tetralogía de Fallot: impide el flujo de sangre del corazón a los pulmones, debido a una combinación de 4 defectos, caracterizados por el estrechamiento de la válvula que permite el paso de sangre a los pulmones, comunicación entre los ventrículos cardíacos, alteración en el posicionamiento de la aorta e hipertrofia ventricular derecha;
  • Anomalía de Ebstein: dificultad del flujo sanguíneo por anomalías en la válvula tricúspide, que comunica las cámaras del corazón derecho;
  • Atresia pulmonar: provoca la ausencia de comunicación entre el corazón derecho y los pulmones, impidiendo la oxigenación adecuada de la sangre.

Lo ideal, es que la cardiopatía congénita cianógena sea diagnosticada lo más temprano posible, aún en el útero materno o después del nacimiento, a través de ecocardiograma, que detectan estas alteraciones cardíacas, para planificar una intervención y evitar secuelas al bebé.

2. Cardiopatía congénita acianógena

Este tipo de cardiopatía provoca alteraciones, que no siempre originan repercusiones tan graves en el funcionamiento del corazón, y la cantidad e intensidad de los síntomas depende de la gravedad del defecto cardíaco, que van desde la ausencia de síntomas, síntomas solo durante los esfuerzos, hasta insuficiencia cardíaca.

Dependiendo de los síntomas provocados, estas alteraciones pueden ser descubiertas inmediatamente después del nacimiento o solo en la edad adulta. Las principales son:

  • Comunicación interauricular (CIA): ocurre una comunicación anormal entre las aurículas cardíacos, que son las cámaras más superiores;
  • Comunicación interventricular (CIV): hay un defecto entre las paredes de los ventrículos, provocando una comunicación inadecuada de estas cámaras y la mezcla de sangre oxigenada y no oxigenada;
  • Persistencia del canal arterial (PCA): este canal existe naturalmente en el feto para unir el ventrículo derecho del corazón a la aorta, para que la sangre siga en dirección a la placenta y reciba oxígeno, pero se debe cerrar después del nacimiento. Su persistencia puede originar dificultades en la oxigenación de la sangre del recién nacido;
  • Defecto septal atrioventricular (DSAV): provoca una comunicación inadecuada entre la aurícula y el ventrículo, dificultando la función cardíaca.

Independientemente del tipo de cardiopatía congénita, cianógena o acianógena, se puede catalogar como compleja cuando el corazón sufre una asociación de varios defectos, que influyen gravemente en su función y que es más difícil de tratar, como suele ocurrir en la tetralogía de Fallot, por ejemplo.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas de la cardiopatía congénita dependen del tipo y de la complejidad de los defectos cardíacos. En los recién nacidos y en los bebés, pueden ser:

  • Cianosis, que es la coloración azulada en las puntas de los dedos o en los labios;
  • Sudor excesivo;
  • Cansancio excesivo durante la lactancia;
  • Palidez y apatía;
  • Bajo peso y poco apetito;
  • Respiración rápida y corta incluso en reposo;
  • Irritación.

En los niños mayores o adultos, los síntomas pueden ser:

  • Corazón acelerado y boca azulada después de los esfuerzos;
  • Infecciones respiratorias frecuentes;
  • Cansancio fácil en relación a otros niños de la misma edad;
  • No se desarrolla, ni gana peso normalmente.

También se puede observar alteraciones en el tamaño del corazón, confirmando a través de un examen de rayos X y de un ecocardiograma.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la cardiopatía congénita, se puede realizar con el uso de medicamentos para controlar los síntomas, como diuréticos, betabloqueadores, para regular la frecuencia cardíaca e inotrópicos, para aumentar la intensidad de los latidos. No obstante, el tratamiento definitivo, es la cirugía para la corrección, indicada para casi todos los casos, siendo capaz de curar la cardiopatía.

Muchos casos demora años para ser diagnosticados y pueden resolverse de manera espontánea a lo largo del crecimiento del niño, haciendo su vida normal. Sin embargo, situaciones más graves necesitan de cirugía, inclusive en el primer año de vida.

Además, diversos síndromes genéticos pueden presentar defectos cardíacos, y algunos ejemplos son el síndrome de Down, Alagille, DiGeorge, Holt-Oram, Leopard, Turner y Williams, por ejemplo, por esto, el funcionamiento del corazón debe ser bien evaluado en situaciones donde el niño es diagnosticado con estas enfermedades.